Aurelio Álvarez Cortez
En Asia, según la situación geográfica, hay tres escuelas básicas de medicina: la china, el Ayurveda en la India y la tibetana en los Himalayas. Cada una tiene su tradición de hierbas medicinales, pero la tibetana, conocida como Sowa Ripa, tiene un enfoque más espiritual que las otras, más volcadas a las terapias externas. Así lo explica el doctor Nida Chenagtsang, reconocido médico graduado en la Universidad de Medicina de Lhasa (Tíbet) y creador de Sorig Khang Internacional (SKI), donde se puede estudiar y practicar la "ciencia de la salud y la felicidad".
Chenagtsang, en su última visita a Valencia para impartir el curso "Las Enseñanzas del Karmamudra. Práctica budista tradicional del yoga sexual con pareja", organizado por Sorig Khan Valencia, expresó que la medicina tibetana sigue vigente en la actualidad porque habla de equilibrio. "No decimos 'no' a la tecnología, pero sí queremos poner todo en balance. Un veneno, en una dosis adecuada, puede ser un medicamento, del mismo modo que un exceso de un medicamento puede convertirse en un veneno. Todo depende de las proporciones. El mundo digital no es un obstáculo para la medicina. La humanidad necesita avanzar y la medicina natural, como la tibetana, puede dar un soporte, porque físicamente el equilibrio siempre es un factor muy importante", dijo en el comienzo de un diálogo mantenido en un breve intermedio.
En tanto que la medicina china no contempla la dimensión interna y se vuelca más a lo externo en sus tratamientos, con agujas, "Sorig Ripa habla más de la psicología y en algunos aspectos se acerca a la neurociencia. La raíz de la cura está en estabilizar nuestro estado interno, las emociones y lo neurológico", prosiguió el médico tibetano.
Acerca de la relación entre el médico y el paciente, en este contexto médico tradicional, Chenagtsang señaló que "en medicina tibetana hablamos de tres árboles: el árbol del paciente, el árbol del doctor y el árbol de la colaboración. Alguna vez el paciente tiene que preguntar al médico qué debe hacer, pero la verdad pura está en la colaboración del médico con el paciente. Para sanarte debes trabajar contigo mismo, por eso tu médico eres tú mismo. En el budismo tibetano hacemos meditación, que también es una terapia psicológica, un autotratamiento".
Mantras, musicoterapia
Como uno de los recursos empleados en la MT, contó que "los mantras son como una terapia musical, curan como la musicoterapia. Utilizamos el sonido, la vibración, la respiración. Cuando dices un mantra emites un sonido, por eso la terapia con mantras es similar a la musical".
En sus formaciones, da lugar a la práctica de algunos mantras de sanación y otros para tratar diferentes problemas. Por ejemplo, citó un mantra para dormir: "ri - a - hung". "Cuando no puedes dormir, pronuncias este mantra hasta que te duermes. Es especialmente muy bueno para dormir a un bebé", aconsejó.
Asimismo, al referirse al tema que lo trajo a Valencia, manifestó que en un contexto social donde la sexualidad se ha exacerbado, adquiriendo características violentas, extremas, en graves episodios, "el sexo no es el problema, sino la mente, el deseo". Entonces, ¿cómo podemos trabajar con el deseo? "Con una terapia sobre el deseo –respondió–, utilizando la energía sexual de un modo positivo. En Occidente, mientras algunos tienen una fijación, como una adicción, otros sufren de disfunción sexual. El 50% de las personas es superactivo y el otro 50% casi no tiene ninguna actividad sexual. El punto de vista tibetano es ayudar a los primeros a utilizar mejor su energía, sin violencia ni abuso, y a los segundos, a alcanzar un nivel normal".
En concreto, el tratamiento incluye cambios en el estilo de vida, meditación, mantras, infusiones de hierbas... depende de lo que se necesite en cada caso. "En muchas disfunciones sexuales el problema es psicológico, mental. En este caso conviene practicar yoga, meditación. A veces el problema se vincula con la dieta y una vida extrema, entonces hay que cambiar hábitos", agregó.
Sueños
Respecto a los sueños, otro tema que suscita interés en la medicina tibetana, Chenagtsang expuso que "en Occidente los sueños se tratan como cuestiones psicológicas, pero en la medicina tibetana pueden referirse también a problemas físicos". Como el caso de quien tiene una pesadilla, que "no se trata simplemente de un tema mental sino de algo más concreto como una dolencia en el corazón", añadió. Por eso, los sueños son muy útiles para diagnosticar y también para dar un pronóstico. "Los sueños constituyen el otro lado de nosotros mismos. Lo que no vemos ahora aquí lo vemos luego en sueños, no es simplemente una ilusión", destacó.
En la despedida, el médico subrayó el concepto de que "la medicina tibetana colabora para vivir más años y mejor. Según como se utilice, una pila puede durar una hora o diez. Del mismo modo nuestro que cuerpo puede vivir muchos años si lo utilizamos bien, si lo usas mal, lo hará mucho menos".
La medicina tibetana afirma que el cuerpo humano tiene el potencial de una vida de una centuria.
Las enseñanzas del Dr. Chenagtsang son conocidas en Asia, Europa, Rusia, Estados Unidos y Australia, donde tiene estudiantes en la Medicina Tradicional Tibetana, Masaje Ku Nye, Sanación Mántrica, Dieta y Comportamiento, Análisis de los Sueños, Sa Che (geomancia) y también Nacimiento y Muerte según la Medicina Tibetana.