Ángeles Parra. Presidenta de la Asociación Vida Sana y directora de BioCultura
Lo ecológico está que se sale en la Comunitat Valenciana. Y, como colofón, el último fin de semana de septiembre vuelve a Fira València… BioCultura, espoleada por los buenos resultados del sector en toda el área valenciana. Porque el sector ecológico de la Comunitat Valenciana sigue creciendo de forma imparable, según datos oficiales: esa es la prueba del algodón.
Si 2018 cerró con 114.509 hectáreas certificadas, un 18,6% más que en 2017, en el primer semestre de 2019 la superficie ya superó con creces todo lo que se certificó en 2018. A 30 de junio de 2019, las tres provincias contaban con 143.404 hectáreas certificadas, 28.895 hectáreas más que el año pasado, o, lo que es lo mismo, un 25,2% más.
Por provincias, Valencia es la que más superficie tiene certificada, con 60.398 hectáreas, seguida de Alicante, con 49.611, y de Castellón, con 33.395 hectáreas.
Ha empezado el “boom” del consumo interno. Ya no sólo se produce para exportar, ni en Valencia, ni en Andalucía ni en Castilla-La Mancha. Desde Vida Sana, llevamos décadas trabajando para que el consumo sea ecológico y local, y se cierre así todo el círculo en pro de la sostenibilidad, la salud y las economías locales.
La Comunitat Valenciana tiene un papel protagonista en el ámbito productivo y de consumo en todo el estado. Es una de las comunidades autónomas que, sin duda, lidera estos dos aspectos en el marco de toda la producción ecológica.
Datos incuestionables
Los datos del Comité d’Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV) no dejan lugar a dudas. En 2018 se contaba con 2.218 operadores, con un crecimiento del 8,8% con respecto al año anterior. Los datos del primer semestre de 2019 hablan de 2.544, lo que supone haber crecido un 14,6% más en solo medio año y casi el doble que todo en 2018. En cuanto a empresas certificadas, crecieron en 2018 un 19,1% hasta alcanzar las 617 en toda la Comunitat, mientras que de enero a junio del corriente año se alcanzaron las 685, un 11% en tan solo medio año.
Podríamos seguir con un mar de datos. Pero todos desvelan lo mismo: el sector ecológico en la Comunitat Valenciana despega. Se ha notado que, desde que existe BioCultura València, las cifras en la Comunitat Valenciana empezaron a tomar vuelo. El proceso siempre es el mismo o parecido. Cuando BioCultura pasa por una comunidad autónoma, crece la consciencia del público, los medios informativos se animan a informar sobre el asunto, se crean nuevas empresas… Este año, además, la gala de la entrega de los Premios BioCultura 2019 se va a celebrar en València un par de semanas antes de que llegue la feria a Fira València. Se trata de apoyar y dar visibilidad a este crecimiento de la agricultura ecológica en la Comunitat y en toda España. La gala se celebrará el 20 de septiembre en el Palacio de la Exposición, en el centro de València, y participarán artistas locales como Rafa Arnal o Consuelo Hueso y estarán presentes todas las autoridades y protagonistas del sector.
El futuro
La agricultura ecológica y todos sus subsectores afines son muy atractivos tanto para los jóvenes como para las mujeres. Esto es muy significativo. Por muy diversas razones, tanto sociales como medioambientales, tanto económicas como sanitarias, el sector ecológico representa el futuro. Y muchas valencianas y muchos valencianos están encontrando en el sector orgánico una forma de vida, digna y con perspectivas. Se abren nuevos negocios, se recuperan recetas en ecológico, “l’horta” recupera su esplendor… Mientras otros sectores económicos representan el ayer, el sector “bio” es el presente y el mañana. Todos los datos están a nuestro favor. Ahora sólo falta que los políticos dejen de perder el tiempo en sus asuntos personalistas y se decidan a que España sea el líder mundial en producción y consumo ecológicos, porque nuestra tierra, nuestro clima, nuestras campesinas y campesinos… son de traca. Y, especialmente, la Comunitat Valenciana, una zona privilegiada en el mundo por sus características para la agricultura y, en particular, para la agricultura ecológica, que bebe del pasado pero que se proyecta hacia el futuro.