Rodrigo Salamanca
Primero fue el hygge danés, luego el ikigai japonés, y ahora llega el lagom sueco. Esta filosofía práctica, que se extiende en todos los ámbitos sociales del país nórdico, enseña a vivir desde el equilibrio y la moderación, virtudes que ayudan a poner en valor aquello que es verdaderamente importante, según explica Lola A. Akerström, autora de "Lagom. El secreto de la buena vida sueca" (Urano). Con esta escritora, conferenciante y fotógrafa galardonada con numerosos premios, colaboradora de la BBC, The Guardian, Lonely Planet y National Geographic Traveller, dialogamos para conocer un concepto que viene a significar "en su justa medida".
-Gracias a ti, podría decirse que el "secreto sueco de la buena vida" ya no es un secreto. ¿Qué la llevó a escribir sobre este tema?
-Hay muchas razones por las que he escrito este libro. Nací en Nigeria, donde estuve hasta los 15 años, después me mudé a Estados Unidos, allí viví 16 años, y finalmente viajé a Suecia, donde llevo 8 años ya. He vivido en tres culturas muy diferentes, lo que me hizo tener mucha curiosidad. La cultura sueca me llamó la atención por cómo lidian con el estrés y cómo manejan algunas de las situaciones cotidianas. A lo largo de los años, particularmente mientras aprendía el idioma, iba viajando por todo el país y escribía sobre la cultura. He aprendido que esta mentalidad es una mentalidad que de manera proactiva lucha contra el estrés y es la clave para vivir una vida óptima. Hay que guardar y quedarse con lo importante. Ese es el secreto.
-"Lagom" es una palabra sueca que parece ir más allá de una definición o significado, ya que impregna todos los niveles sociales, culturales, económicos y hasta filosóficos. ¿Qué es lo que más te impacta de ella?
-Lo que más me impacta en principio es la cultura de las emociones. Es fácil de aplicar la mentalidad lagom a situaciones más tangibles como pueden ser la decoración, la comida, el dinero, los negocios, pero la cultura emocional y la mentalidad sueca son lo más complicado de entender porque hay otra ética, otro pensamiento que impera, el jante. Jante es el parásito que siempre está siguiendo al lagom cuando hablamos de cultura emocional. Por ejemplo, la cultura lagom que se describe como "ni mucho ni poco", lo justo, quiere que encuentres tu equilibrio óptimo a nivel emocional. Cuando lo trasladas al grupo, mi lagom no va a hacer lo mismo que tu lagom. Cuando entro en un grupo observo a otro que vive con su lagom y eso me estresa porque somos humanos y puedo empezar a compararme... Por eso existe otra mentalidad que es el jante y que cuando estamos en grupo lleva a que todo el mundo piense que somos iguales, que nadie es mejor que los demás, y eso trata de crear una armonización dentro del grupo para asegurarse que nadie sobresalga demasiado, ni por arriba ni por abajo. Este es el motivo por el que para muchos suecos lagom no sea un término tan positivo; por esta visión de grupo que trata de homogeneizarlo todo. El lagom a título personal, buscando tu propio equilibrio, está bien, pero cuando se trata de manifestarlo emocionalmente dentro de un grupo es cuando las cosas se complican.
-Lagom, jante, como el yin y el yang...
- Jante es la mentalidad de grupo, de rebaño. Si entro con mi propio lagom en un grupo, jante quiere crear una armonía con todos, de manera que mi lagom no estrese a los demás. Así es como funciona el tema. El problema es que de ahí es de donde salen muchos de los estereotipos negativos. La mentalidad de grupo lo que dice es "no te pases, no te quedes corta, no fardes demasiado"... que haya armonía. Y por este motivo todo el mundo piensa en los estereotipos de la mediocridad, de quedarse en la media. Es una pena porque lagom no va por ahí. Lagom lo que hace es empujarte hacia lo óptimo, no hacia la mediocridad, pero claro en el grupo todo el mundo tiene su óptimo y lo que trata de hacer el jante es reducir el estrés que generan los lagom. Es un poco como Ricitos de Oro. Ricitos de Oro se supone que elige el bol, la silla y la cama adecuados. Nadie habla del papá oso y mamá oso, pero ellos también tienen su lagom. Mi lagom no es tu lagom.
-Explícame aquello de "el silencio de los suecos".
-Los suecos de manera natural no hablan por hablar porque les parece excesivo e innecesario. Recordemos que la mentalidad lagom consiste en reducir el exceso sin quedarse demasiado corto. Los suecos son bastante directos en la comunicación y con esos silencios lo que hacen es evitar el estrés nuevamente. Una vez que entiendes eso, comprendes que hay situaciones de confrontación que siempre tratan de evitar.
El silencio viene un poco de eso. En vez de entrar en una confrontación que va a estresar, lo que hacen es callarse y así no entran. Pero no quiero generalizar demasiado porque no todo el mundo es así.
-Hay un ritual en el contexto laboral en Suecia que es una expresión formal de lagom. Se lo conoce como "fika". ¿Qué es concretamente?
-Fika se describe como un descanso durante el día para desconectar un poco con amigos y colegas y tomarte un café. La razón por la que hacemos mucho fika, volviendo a la mentalidad lagom y de estrés, es que si durante el día tienes mucho estrés y se desestabiliza tu balanza, fika dice "¡alto!, para, vamos a recalibrar para volver al equilibrio y continúa con tu vida". Fika es un acto de recalibrado.
-También, en las empresas suecas se valora la planificación, dándole todo el tiempo necesario antes de la realización de cualquier proyecto o trabajo. ¿Cuál es tu opinión?
-La mentalidad planificadora lleva mucho tiempo presente e integrada en la cultura sueca, porque es una cultura que tiene que lidiar con unas condiciones climáticas bastante extremas y por lo tanto tienes que prepararte para eso. Por ejemplo, el hecho de salir de la oficina, pensando en la moda y en lo que te pones, requiere planificación porque en Suecia te vistes con muchas capas, ya que fuera hace frío y dentro calor. Volviendo al mundo de los negocios, lagom trata de encontrar la solución y el equilibrio óptimo, y eso significa que se va a hacer lo que haga falta para conseguir una solución inmejorable. Y si esto significa planificar, planificar y planificar hasta que se llega a lo óptimo, entonces eso es lo que la mentalidad hará. Por este motivo, a las emociones las dejan fuera del entorno de trabajo y se vuelven muy lógicos. Esto hace que sea una cultura muy abierta porque está preguntándose qué es lo mejor para cada situación. En el trabajo preguntan mucho, hacen muchas reuniones y buscan gran consenso para llegar a lo mejor. Una vez llegas como grupo a lo óptimo, con todos de acuerdo, se reduce el estrés porque todo el mundo está conforme.
-Recuerdas en un pasaje el dicho "los barriles que más ruido hacen son los vacíos". Expresa mucho en cuanto al tema de la competitividad, ¿no es así?
-Sí. Volvemos al jante otra vez. Voy a explicar cómo jante y lagom actuarían en una determinada circunstancia. En una situación de grupo estaría el aspecto jante que dice que todo el mundo tiene que ser igual y que el que grita mucho es el que está más vacío porque quiere que todo el mundo sea igual. En este sentido, lagom diría que la competencia entre nosotros no tiene sentido porque somos muy diferentes y tenemos lagom distintos. Es como si yo trato de competir con alguien que corre maratones y yo no corro ni un kilómetro. En vez de ser competitivos a lo loco, lo que tenemos que hacer es tratar de identificar nuestros puntos fuertes y reunirnos con nuestros valores para trabajar juntos. La mentalidad lagom consiste en identificar nuestras fortalezas e integrarlas en el grupo para encontrar el mejor punto para todos. Pero esa cita tiene que ver más con el lagom que dice "no te creas mejor que yo". Por eso hablo mucho de jante en el libro, porque muchos suecos no tienen buena relación con el lagom y no es por el lagom mismo, sino por el jante.
-En el ámbito nutricional, la idea de lagom se traduce como "comer lo que necesitamos cuando lo necesitamos". ¿De qué modo se entiende este principio en cuanto a lo que comemos diariamente?
-La mentalidad sueca busca la sostenibilidad para todos, que todo el mundo tenga lo suficiente. Hay unos restaurantes muy exclusivos y elitistas, pero en general es una cultura abierta en la que tienes la sensación de que tienes acceso a la comida cuando la necesitas. En este sentido, no debes comer de más por si acaso luego no hay suficiente. No existe una mentalidad de acumulación. Se trata de que todo sea accesible para que pueda tomar lo que necesite cuando lo necesite, porque siempre está ahí. A nivel individual en nuestras vidas eso tiene que ver con el control de las raciones que nos servimos. Porque a menudo lo que pasa es que necesitamos mucho menos de lo que queremos, pero el motivo por el que consumimos de más es porque pensamos que a veces algo no hay. Se trata de moderarse en las raciones que te sirves y adoptar una mentalidad de que hay lo suficiente para todo el mundo. Tener esos hábitos de sostenibilidad es muy importante.
-Ir directamente al grano, ser directo, puede ser una buena estrategia o todo lo contrario, según el contexto, pero es lo que propone el estilo de vida lagom. ¿Cómo lo vives personalmente?
-Bueno, hay cosas que puedes adoptar de otras culturas y otras cosas que también puedes evitar. Y ésta es una de las cuestiones que he adoptado en mi propia vida porque de hecho la vida es más fácil. Ser directo te hace todo más sencillo porque te ayuda a establecer unas expectativas en la mente de los demás y a gestionar adecuadamente esas expectativas. Por ejemplo, el hecho de saber decir que no a los requerimientos de otras personas hace que tanto tú como los demás sepan lo que se puede esperar de ti, y de esta manera manejas unas expectativas realistas. Es peor decir sí por compromiso y no cumplir, porque erosiona la confianza. Es una mentalidad que gestiona las expectativas muy bien. Así se tiene más claro lo que se puede y no se puede hacer sin sentirse culpable por decir no.
-En relación con la naturaleza y la sostenibilidad, la filosofía lagom parece enraizar perfectamente con los desafíos que tenemos por delante la especie humana. ¿Qué puntos esenciales señalarías en esta cuestión?
-Los suecos llevan ventaja con respecto a otras culturas porque tienen una relación muy profunda con la naturaleza, que les viene desde muy pequeños y promueve mucho el gobierno. Nos encanta la naturaleza y tenemos un vínculo profundo con ella. Si esto no se apoya a nivel político a lo largo de los años es más complicado. Por ejemplo, cuando los niños son pequeños hay programas que los sacan a la naturaleza todo el rato. Después de la Segunda Guerra Mundial hubo una iniciativa que empujaba a la gente a salir fuera, al aire libre, y a dejar las oficinas y colegios con el fin de ahorrar energía. Han empujado a la gente a disfrutar de la naturaleza. Además este disfrute es gratuito. Puedes explorar, coger y disfrutar de la naturaleza creando una mentalidad de protección, porque los suecos quieren proteger lo que pueden disfrutar de manera gratuita. Eso viene de la relación profunda que tienen con la naturaleza y su instinto de protección. Es fácil hablar con los suecos de prácticas medioambientales porque ven la naturaleza como su propia casa. De hecho, hace poco ha habido una campaña de Suecia y Airbn en la que Suecia ha puesto el país entero como un apartamento donde todo el mundo puede ir y acampar donde quiera. Esa es la mentalidad de sostenibilidad que viene de ahí. La noción de que la naturaleza es tu casa te hace querer protegerla.
-La "Jerarquía de las necesidades", del psicólogo humanista Abraham Maslow, aparece como una referencia comparativa con respecto al pensamiento lagom. ¿Por qué?
-Porque la mentalidad trata de luchar de manera activa contra el estrés para ser más productivos. Hay fuentes de estrés en la vida como es el hecho de tener o no cubiertas las necesidades básicas, como la comida, el agua o la salud. La mentalidad lagom trata de invertir en cualquier sistema que garantice que las necesidades se suplen de manera adecuada para poder ir avanzando en esa pirámide hacia arriba. Por esto la pirámide de Maslow tiene mucho sentido en la mentalidad lagom.
-Actualmente la juventud sueca cuestiona la filosofía lagom. ¿Hay un debate social que pondría en jaque este modo de vida?
-Es más una cuestión de que entiendan que le pueden decir no al jante, esa mentalidad de grupo, el parásito del lagom, que no le gusta a la gente. Por tanto, creo que en Suecia de manera colectiva hay que decir no al jante y hay que eliminarlo. Entonces se podría tener una cultura social muy potente, porque todo el mundo viviría en su punto óptimo. Esto es un lujo para una sociedad en la que las necesidades básicas están cubiertas, algo que no funciona en otros países. Por eso a muchos suecos no les gusta el jante y yo no hubiera podido escribir sobre el lagom sin hacerlo también sobre el jante, explicándolo.
-¿Qué me recomendaría para sentirme hoy satisfecho y equilibrado, según lagom?
-Lagom identifica áreas de estrés en la vida que podemos controlar con el fin de eliminarlas. Hay que tratar de eliminar el estrés que uno controla. Algunos ejemplos. Si trabajas demasiado, detente y pregúntate por qué lo haces; lagom te invita a trabajar menos. O si tienes muchas cosas en casa, mira un objeto y pregúntate por qué lo tienes. Si no tiene valor emocional y te estresa porque debes limpiarlo, lagom te sugiere que te deshagas de ello. Esa es la mentalidad lagom.