Mari Carmen Vilata Climent. Directora Instituto Aluna
Todos pertenecemos a un linaje, a un origen, nuestro árbol genealógico es la clave para poder superar las repeticiones existentes y el ingrediente clave es la conciencia. Nos encontramos que ante un problema o conflicto en una generación dada los miembros reaccionan ante ese problema por medio de la mejor solución que su nivel de conciencia, en ese mismo momento, les permite ofrecer.
Pero a menudo esa "solución" es una simple repetición porque están utilizando una receta ya conocida, probada y validada por su entorno familiar, social y cultural. Por ejemplo: ante una vergüenza familiar (encarcelamiento, ingreso en un psiquiátrico, hijo ilegítimo, etcétera) y que produce desconcierto emocional, elegirán guardar dicha vergüenza en el mayor de los secretos o podrán escoger no volver a hablar de una persona desaparecida o, por el contrario, hacerla el centro de la atención y convertir al desaparecido en un santo, un héroe o heroína.
Estas son soluciones desencaminadas que en su momento funcionaron bien a estos padres y se puede encontrar en todos los árboles genealógicos, pero es en la segunda generación cuando los estragos (violencia, secretismo, rupturas, demandas emocionales imposibles de satisfacer, etcétera) comienzan a hacerse sentir en unos hijos convertidos a su vez en padres: "nuevas heridas para las que tendrán que buscar soluciones".
Y si estas soluciones son tan conformistas como las de su generación anterior, los nietos pagarán las consecuencias.
Estudiando nuestra historia familiar, no resulta difícil localizar esos hechos que han podido ser fuente de sufrimiento. Pero aun así nuestra primera reacción será justificar esa forma de actuar con comentarios tipo "es que mi padre/madre/abuelo no tenía otra opción...", "son cosas que ocurren en todas las familias", justificando los acontecimientos del árbol desde la razón, pero por otro lado el corazón y la psique infantil sufren sin poder resolver el trauma.
Con mucha frecuencia esta es la situación paradójica en la que se encuentra una persona cuando inicia un trabajo personal.
Desde este enfoque ofrecemos la posibilidad de colocarse más allá de esa comprensión intelectual dónde el fin será comprender por qué y cómo pudieron emerger esas falsas soluciones, qué repeticiones familiares, sociales y culturales están interviniendo y cuál podría ser la actitud de un adulto enfrentado a los obstáculos que se manifiestan en su árbol genealógico. Dicho en otros términos, lo que vamos a hacer es preguntarnos cuál era "el nivel de conciencia" que tenían nuestros ascendientes ante determinado conflicto.
Un nivel bajo de conciencia se manifiesta por una insatisfacción constante, sea porque la persona pierde la alegría de vivir o porque lo que hace es compensar su insatisfacción profunda a través de adquisiciones ilusorias (acumulación de bienes materiales o inmateriales, éxitos u objetos, etcétera).
Sin desarrollo de la conciencia no hay satisfacción auténtica, tener cada vez más conciencia significa tener cada vez más libertad.
Así pues, cuanto más consciente se es, mejor se acepta el no tener que definirse con estrechez de miras, uno tiende a unirse con la totalidad del mundo, dejando de identificarse estrictamente con el clan.
Las identificaciones serán roles con los que entramos en contacto y funcionamos en base a esas formas que nos predeterminan a ser o actuar de una determinada manera, los Arquetipos.
Ellos nos permiten ampliar nuestra conciencia al reconocerlos, pudiendo iluminar las partes no aceptadas de uno mismo.
Nuestro sistema de energía se distribuye en las diferentes áreas de vida del ser humano: familia, pareja, hijos, relaciones, autoestima, trabajo... y quedan impresos en nuestra biología la forma de relacionarnos y el nivel de conciencia que habita en cada uno de ellos.
El auténtico poder personal radica en practicar unas sencillas y poderosas verdades sagradas que te invito a conocer a través de El Arte del Transformación, y que te llevarán a disolver los velos de la ilusión e integrar dónde reside la auténtica fuerza y transformación.
Una síntesis única que facilita el autoconocimiento a través de tu árbol genealógico integrando los arquetipos y el sistema de energía del ser humano.
Para progresar es necesario proponerse un objetivo que nos permita unir el mundo interior, nuestra verdadera identidad, y el exterior, alcanzando ese destino que es verdaderamente el nuestro, actuando auténticamente en el mundo.
El nivel de conciencia nos reenvía a una concepción evolutiva del ser humano y la responsabilidad que tenemos en participar de este proceso que va de ser un adulto emocionalmente hablando, para fusionarse con una conciencia colectiva de la que todos participamos y a la cual todos pertenecemos.