Aurelio Álvarez Cortez
Un gran evento a escala planetaria no ha hecho más que dar un puñetazo en la mesa terrícola y la búsqueda de puntos de amarre en momentos de gran dificultad siempre ha sido un común denominador para mantener la cordura y la esperanza por la supervivencia. Quizá la astrología sea una herramienta, un instrumento válido, y para ello Richard Tarnas, autor de The Passion of the Western Mind (“La pasión de la mente occidental”) y Cosmos and Psyche (“Cosmos y psique”) sea un involuntario cooperador para conservar la calma y mostrarnos una puerta que dice “salida”.
Tarnas, historiador cultural y profesor de filosofía y psicología en el California Institute of Integral Studies de San Francisco, es director fundador de su programa de graduado en Filosofía, Cosmología y Conocimiento. Durante diez años vivió y trabajó en el Esalen Institute, Big Sur, California. Allí estudió junto a Joseph Campbell, Gregory Bateson, Huston Smith y Stanislav Grof, y trabajó más tarde como director de programas y educación.
Hace años, en diálogo con un comunicador social, Tarnas aclaraba una creencia muy extendida: una cosa es el cosmos, y otra, nosotros, los seres humanos. Explicaba que dicho pensamiento es una muestra de “la pasión de la mente occidental”, que “ha querido desgajarse del cosmos hasta sentirse autónoma y dejar al cosmos como un mecanismo externo e inanimado. ¡Algo que es absolutamente irreal!”. Y la razón de esta afirmación que daba es que “¡somos cosmos en forma humana!, somos el modo en que el cosmos se hace consciente de sí mismo”. Por este motivo, mostraba su satisfacción por una expresión de Plotino, filósofo griego del siglo lII: "Todo respira al unísono".
Pero, ¿cómo puede estar relacionado el cosmos con la criatura humana? “Nuestra psique no es sino respiración del cosmos”, aseguraba el psicólogo y filósofo, para dar paso a su convencimiento de que cosmos y psique “son dos formulaciones de una misma y única realidad”. Al respecto, expresaba que “las conjunciones de los astros visibilizan la dinámica cósmica, es decir, la dinámica arquetípica de la psique, y esto estudia la astrología arquetipal”, cuyo enfoque concuerda con las visiones de la psicología transpersonal, la física cuántica, la teoría del caos y de los fractales, la ecología y Gaia, la filosofía holística.
En lo particular, proseguía, “cada uno de nosotros es el cosmos actuando”. En efecto, “hay una dinámica cósmica, una melodía que cada uno interpreta con un estilo”. Como ejemplo de ello ponía el ejemplo de Hitler y Chaplin: “Nacieron casi a la vez, compartían los aspectos de sus cartas astrales, ¡y hay que ver de qué modos tan distintos los desplegaron...! Ambos tenían dificultades con la autoridad, tendencias tiránicas, apetencias artísticas, atracción por jóvenes inmaduras emocionalmente, alta capacidad comunicativa”.
Acerca de la astrología arquetipal, señalaba que “es útil para intuir la dinámica profunda de las cosas, igual que el buen surfista intuye la de las olas: comprender pasado y presente nos ayuda a surfear mejor la ola del futuro”.
Bien sabido es que desde siempre hay astrólogos. “Antes de ser perseguido por sostener que la Tierra orbitaba alrededor del Sol, Galileo había sido perseguido por astrólogo. A la Iglesia le asustaron las precisas predicciones de Galileo: ¿dónde quedaba la voluntad divina si todo estaba en los astros?”, planteaba Tarnas, citando otras mentes eminentes interesadas en la astrología: Platón, Aristóteles, Dante, Goethe, Yeats, Jung, Kepler. “La curiosidad de Newton por la astrología le condujo a las matemáticas”, afirmaba, para añadir: “En los momentos más creativos de Occidente aflora siempre la astrología”.
En particular, el pensador se mostraba impresionado por la correlación entre las configuraciones planetarias y una era axial. “A los siglos VI y V a.C. se les llama así por la formidable eclosión que vivió la humanidad: Sócrates, Buda, Confucio, Pitágoras, Lao Tse, Zoroastro, jainismo, los profeta hebreos... ¡No hay un periodo histórico igual! Urano, Neptuno y Plutón se alineaban de modo casi perfecto”, decía quien ha observado que “las alineaciones entre dos de estos tres planetas se corresponden siempre con revoluciones de conciencia. Los tres a la vez... Plutón y Urano se alinean, lo que señala innovaciones creativas y culturales”.
Todo esto, teniendo en cuenta que “los cambios de paradigma no son de un día para otro, sino que van calando en las conciencias… Copérnico hacía esta misma reflexión acerca de su revolucionario giro”, recordaba.
Acerca de los horóscopos de la prensa, Tarnas advertía que son solo entretenimiento. “Se focalizan en el Sol en el momento del nacimiento: equivale a querer abarcar el estado integral de nuestro organismo observando sólo el corazón”, explicaba, lo mismo que “decir ‘soy libra’ es como decir ‘soy periodista’: no está expresando la complejidad de su persona”.
Y concluía con una recomendación insoslayable: “No entienda el cosmos como una proyección mental: el desarrollo de la conciencia es el desarrollo del proceso de autorrevelación del cosmos”.