Mar Tarazona. Odontóloga
La alimentación se ha analizado mucho cuantitativamente, pero no se ha valorado la calidad de la misma ni la importancia de la combinación de todos sus componentes. ¿Qué hay vivo en nuestra alimentación diaria? Casi todo se come cocinado y desnaturalizado, lo cual no nos aporta la energía necesaria para mantenernos sanos y activos. Hay que aprender a alimentarse, no a llenarse. Se puede comer de todo, pero con medida, teniendo en cuenta que lo importante es una alimentación vital en forma de vegetales, frutas y semillas, para mantener nuestra energía vital.
En la dieta diaria se peca por exceso y por defecto. Hay demasiadas proteínas y grasas de origen animal, alimentos refinados, cocinados y aditivos alimentarios como colorantes, conservantes, edulcorantes, hormonas y muchos más. En cambio hay escasez de proteínas y grasas de origen vegetal, alimentos integrales y crudos, alimentos naturales como zumos, frutas y demás productos que nos da la naturaleza.
Para disfrutar de una vida sana y de dientes y encías sanas, hay que saber que no es sólo importante lo que se come sino cuándo se come. Los alimentos que se toman en una comida son menos nocivos porque se libera más saliva durante la comida, que ayuda a eliminar los alimentos de la boca y reducir los efectos de los ácidos.
Si se consumen demasiados refrescos azucarados, bebidas frutales endulzadas y aperitivos poco nutritivos, aumenta el riesgo de sufrir caries dental. Ocurre cuando las bacterias entran en contacto con el azúcar en la boca y causan los ácidos que atacan los dientes durante 20 minutos o más, produciendo su desmineralización. En los periodos entre las distintas ingestas (de comida o bebida) la saliva arrastra los restos de comida que quedan en la boca, neutraliza los ácidos y aporta calcio y fosfato a los dientes. A este proceso se le conoce como remineralización. La caries sólo se produce cuando el proceso de desmineralización es mayor al de remineralización durante un cierto periodo de tiempo. Si se come o se bebe frecuentemente, no le damos tiempo al esmalte de los dientes a remineralizar completamente y las caries comienzan a producirse. Por eso comer o beber continuamente durante todo el día no es aconsejable.
La caries del biberón o caries de la lactancia afecta a los dientes de leche debido a un contacto frecuente y prolongado a bebidas con azúcares. Los problemas empeoran si el niño se acuesta con el biberón de leche de fórmula o zumo, ya que estos líquidos permanecen alrededor de los dientes durante la noche y no tenemos la protección de la saliva porque el flujo de ésta se reduce durante el sueño.
Los alimentos que se pegan a los dientes aumentan el riesgo de caries, en comparación con los alimentos que desaparecen de la boca rápidamente. Cuanto más tiempo se queden los alimentos que contienen carbohidratos alrededor de los dientes, más tiempo tienen las bacterias para producir ácido, provocando una mayor desmineralización.
Qué alimentos protegen contra las caries
• Frutas y verduras ricas en fibra, la fruta mejor tomarla entera o como macedonia. Los alimentos que contienen fibra estimulan el flujo de saliva, que es una defensa natural contra la caries. Y otros como la zanahoria, la manzana y el apio también ayudan a remover la placa de los dientes y a refrescar el aliento. El plátano y la uva son menos recomendables por ser más blandos y ricos en azúcar, por lo que enseguida de haberlos tomado hay que cepillarse los dientes.
• Queso, leche, yogur natural y otros productos lácteos, que nos aportan calcio, fosfatos y vitamina D, minerales importantes para la salud de los dientes. Si no tomas lácteos existen otras alternativas que te pueden aportar el calcio necesario a tu dieta como soja, garbanzos, avellanas, almendras, brócoli, berro, albahaca y algunos pescados (sardinas, bacalao, calamar...).
• Frutos secos: almendras, avellanas, nueces por su alto contenido en magnesio, que refuerza la estructura de nuestros dientes.
• Té verde y té negro: previenen las caries y reducen la inflamación de las encías.
• Goma de mascar sin azúcar, consumirlo después de las comidas y los refrigerios puede ayudar a eliminar los ácidos nocivos para los dientes. Siempre es mejor un buen cepillado después de las comidas, el chicle puede ser un sustituto si no se tiene un cepillo a mano. Debemos evitar su consumo en exceso.
• Beber agua en abundancia ya que la saliva es un protector anticaries y está compuesta en un 99% por agua.
Qué alimentos provocan caries
• Dulces y golosinas con azúcar (cuanto menos pegajosos sean y menos permanezcan en la boca, mejor). Es mejor consumirlos como postre de una comida principal y luego cepillarse bien los dientes.
• Cereales azucarados, bollería, miel y azúcar, tanto blanco como moreno.
• Zumos envasados, batidos azucarados, bebidas carbónicas energizantes, tés helados y limonadas embotelladas, ya que contienen grandes cantidades de azúcar y pueden contener ácidos que desgastan el esmalte de los dientes.
• Hidratos de carbono refinados con almidón como las patatas fritas, el pan, las pastas y las galletas saladas.
• Las bebidas gasificadas, los zumos de frutas cítricas naturales y los alimentos ácidos pueden dañar los dientes ya que causan erosión del esmalte. Es aconsejable evitar comer alimentos y bebidas acídicos durante el día, limitando su consumo a las comidas principales. Las frutas cítricas y los alimentos con tomate (pizza, sopa y salsa para pastas), los encurtidos, la miel y el vino pueden ser dañinos para sus dientes si se consumen con mucha regularidad o si se mantienen en la boca durante demasiado tiempo.
Los cambios en la alimentación infantil han aumentado la incidencia de caries en los niños, convirtiéndolo en un problema serio de salud. Además de unos correctos hábitos de higiene bucal, conviene incluir en la dieta alimentos que frenen las caries. Lo ideal es la lactancia materna hasta el sexto mes, evitar la alimentación nocturna a partir de la erupción del primer diente, evitar el uso del biberón con líquidos que no sean agua y nunca mojar el chupete con sustancias azucaradas.
Cuando crecen los niños los padres pueden controlar los hábitos alimenticios de sus hijos ayudándoles a evitar los problemas dentales y las caries. Hay que ofrecer alternativas saludables para las meriendas como manzanas, zanahorias, pasas y otros alimentos naturalmente dulces, evitando las golosinas, el chocolate y otros alimentos que contengan azúcar refinado.
En los países industrializados domina la alimentación ácida con sus nefastas consecuencias, no sólo sobre los dientes sino también sobre todo el organismo. El promedio normal del PH en personas sanas oscila entre 6,8 y 7,2. Pero la mayoría de los habitantes no llega a estas cifras, sino que sus valores se inclinan a la acidez. Ello es debido a que la población ingiere más alimentos de reacción ácida (cereales, especialmente las harinas refinadas, arroz, carne, pescado, huevos, queso curado) que de reacción alcalina como las verduras crudas, ensaladas, frutas maduras, crudas, leche y queso fresco, patatas y otros.
Se ha demostrado que la dieta alcalina disminuye la incidencia de caries y que numerosas piezas careadas sufrieron una completa petrificación, incluso las más profundas cavidades en donde no fue posible una limpieza.