Félix Castellanos. Director de Escuela Tantien. Profesor de Taichi y Chikung en la Universidad de Valencia
En las prácticas tradicionales chinas para transformar y refinar la energía vital (chi o qi) como la meditación taoísta, el chikung (qigong) y taichí chuan (taiji quan) la figura del mono aparece en diferentes trabajos y con diferentes sentidos. Vamos a ver algunos de ellos.
En primer lugar, “la mente de mono” es una metáfora que se refiere a la característica que tiene el cerebro para “saltar de rama en rama”, de un pensamiento a otro de forma incansable. Esta actividad incesante es como un ruido que produce una sordera que nos impide escuchar la verdadera voz interior que nos conecta con el Yo Superior, el Sentido o Camino, Tao (dao), manteniéndonos en la ignorancia y el sufrimiento. La sobrexcitación es el Fuego que genera una energía yang (excitación, estímulo) y que al ser excesiva evapora y agota el Agua que genera la energía yin (tranquilidad, estabilidad). Así, en la meditación taoísta, la mente Xin (corazón, mente emocional de naturaleza Fuego) es amaestrada por Yi (voluntad, intención, de naturaleza Agua).
Se trata de permanecer en la quietud, observando todos los movimientos del “mono” que aparecen, sin juzgar, anclándolo en la postura corporal y la respiración hasta que se vaya serenando. Con la perseverancia se va aprendiendo esta capacidad de conectar con el silencio interno y nuestra mente se volverá más clara y poderosa. Resumiendo: el ejercicio de la observación interna (nei guan) como práctica meditativa nos lleva a un estado de serenidad (jing) que nos conecta con la vacuidad (kong). La meditación taoísta utiliza técnicas con nombres tan significativos como “Encerrar el corazón de mono y atar el caballo que corre del intelecto”, “Ayuno de la mente”, “Penetrar en la serenidad” o simplemente “Sentarse tranquilo”.
Podemos ver que los principios y objetivos obtenidos no son exclusivos del taoísmo, si no que con matices más simbólicos que prácticos son muy similares a otros métodos y escuelas orientales. Además existen prácticas de meditación taoístas que trabajan más con la intención y la visualización sanadora: los meridianos energéticos, sonidos, colores, afirmaciones, respiraciones diversas, etcétera.
En segundo lugar, los movimientos de chikung del mono del “Juego de los cinco animales” (Wuqinxi) nos aportan unos ejercicios más activos donde ejercitamos el cuerpo, la respiración y la mente regulando la circulación de la sangre y el Corazón (elemento Fuego). Los movimientos se caracterizan por las habilidades propias el mono como la rapidez, agilidad y ligereza cultivando a la vez la actitud alegre, vivaz, juguetona y despierta. A pesar de todas estas actitudes yang (activas) se trata de cultivar, como en todo ejercicio de chikung, el aspecto yin (calmado), encarnado lo que llamamos “la relajación activa” o “Wu wei” (hacer sin forzar o acción apropiada).
Como muchos ejercicios de chikung, supone una meditación en movimiento a la que aquí se suma el poder de antiguas prácticas chamánicas de gran transformación para adquirir los potenciales físicos, mentales, energéticos y espirituales mencionados del animal totémico. El juego del mono comprende cinco ejercicios: el mono salta, el mono coge la fruta, el mono ofrece la fruta, el mono se frota y el mono se rasca.
Las prácticas comentadas no se refieren a ejercicios propios para el Año Chino del Mono, pero nos pueden ayudar a estar más atentos a las señales que aparecen en este año y así responder con agilidad y discernimiento. Es mi deseo que este año te acompañe la chispa festiva del “mono que juega con la fruta”, por una parte y la serenidad del “mono aquietado” por otra. ¡Feliz Año del Mono de Fuego!
Cabalgata
El sábado 6 de febrero, a las 18, en calle Pelayo (Valencia) se hará la Cabalgata del Año Nuevo Chino organizada por el Instituto Confucio de la Universitat de Valencia, con la participación de la Escuela Tantien. Así se dará la bienvenida al año 4714, que según el calendario chino corresponde con el Año del Mono de Fuego.