Olga Lava Mares. Kinesióloga e Instructora de Síntesis Energética
Aún a día de hoy gran parte de la población desconoce que en nuestros intestinos se halla un mundo microscópico viviente considerado por los expertos como un “nuevo órgano”, cuyas funciones específicas son claves en el mantenimiento de nuestra buena salud.
Se denomina microbiota o flora intestinal y es el conjunto de bacterias que vive en nuestro aparato digestivo. Cada individuo alberga 100 billones de microorganismos, la mayoría son bacterias pertenecientes a más de 400 especies distintas, entre ellas las llamadas “bacterias buenas” como el Lactobacillus y Bifidobacterium.
La composición y cantidad de bacterias varía dependiendo del tramo del sistema digestivo. Por ejemplo, en el estómago es donde menos cantidad hay por el pH ácido, y a medida que vamos pasando por el intestino aumenta hasta llegar al colon, que es donde más cantidad encontramos.
Al nacer, el ser humano no tiene incorporada la flora intestinal, sino que la va adquiriendo primero de la madre por transferencia en el canal del parto, a través de la lactancia y el medio ambiente, y posteriormente la flora continúa desarrollándose con la ingesta de alimentos, el contacto con el exterior y los hábitos higiénicos. Se puede decir que cada individuo posee una composición única, como si de una huella digital se tratara, y su desarrollo equilibrado es primordial para la salud y el bienestar. La cantidad de microbiota fluctúa a lo largo de la vida y varía en función de los hábitos alimenticios, el estrés, los cambios hormonales, algunas enfermedades, el uso de antibióticos y otros medicamentos.
Entre las importantes funciones que realiza y lleva a cabo la flora intestinal, nos encontramos con que es muy importante para el buen funcionamiento del sistema inmunitario; las bacterias presentes en la flora intestinal se encargan de mostrarle a los linfocitos T qué cepas son útiles para el organismo y cuáles no, ayudando a que nuestro sistema inmune sea capaz de reconocer a los antígenos invasores. Pero sus funciones no quedan aquí, también ayuda a sintetizar las vitaminas del grupo B y la vitamina K, y participa en la correcta absorción del calcio, hierro y magnesio.
Si la flora intestinal se altera, se pierde el equilibrio y disminuye la resistencia ante las posibles infecciones víricas y bacterianas, se reduce la capacidad de absorción de nutrientes y puede aumentar la proliferación de bacterias culpables de trastornos intestinales.
Existen distintas causas por las cuales la flora intestinal puede verse afectada, como una incorrecta alimentación, el uso excesivo de antibióticos o laxantes, alergias o intolerancias alimentarias, infecciones recurrentes, trastornos gastrointestinales, déficit del sistema inmune, etcétera.
Los síntomas que nos podrían indicar si hay un desequilibrio en nuestra microbiota son: trastornos digestivos tales como hinchazón abdominal, gases o flatulencias; cambios en el hábito a la hora de ir al baño con estreñimiento o bien diarrea; cambios en las heces con olor desagradable; cólicos intestinales con dolor en el abdomen; aumento de las infecciones como consecuencia de una flora intestinal dañada y las defensas bajas.
Existen algunos hábitos útiles y fáciles a la hora de seguir para cuidar y regenerar la flora intestinal: tomar yogur o kéfir, comer alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, cereales, legumbres y frutos secos, tomar probióticos y prebióticos. En la farmacia podemos encontrar muchas marcas, aunque lo más recomendable sería testar cuál es la cepa que cada persona necesita y sobre todo averiguar la causa de ese desequilibrio en la flora intestinal.
Gracias al test kinesiológico esto es muy fácil de averiguar para poder dar un tratamiento eficiente y no sólo corregir los síntomas sino el origen que los ha generado. Por ejemplo, podría aparecer una flora intestinal dañada, causada por una intolerancia alimentaria que a su vez está impidiendo la absorción de una vitamina B, y esto hace que la persona, además de tener hinchazón y dolor de abdomen cada vez que come, se encuentra muy cansada y con la energía muy baja. Todo esto se resolvería en una sola consulta de Kinesiología.
Si tu caso es parecido, si ya estás teniendo unos hábitos saludables y el problema persiste, te recomiendo probar una sesión, estaremos encantados de ayudarte. Pide cita con Atit Dharma Das Jesús (649 104 786) o con Olga Lava (679 320 928).
El 27 de enero se realizará en Valencia un taller de Kinesiología para aprender a testar todo tipo de intolerancias y alergias alimentarias y saber qué alimentos nos sientan bien o no. Averiguar qué suplementos podemos necesitar como probióticos, vitaminas, oligoelementos, aminoácidos… El test es aplicable a cualquier tipo de producto, ya sean alimentos, suplementos, cosmética, medicamentos, flores de Bach, etc.
Es una herramienta realmente extraordinaria y aprenderemos a utilizarla con nosotros y con los demás.
Más información: olgalava.com