Olga Lava Mares. Kinesióloga e Instructora de Terapeutas
La Válvula Ileocecal (VIC) en Kinesiología es una de las técnicas prioritarias a revisar junto con todo el sistema digestivo puesto que si hay una disfunción la persona puede estar experimentando muchos gases, estreñimiento, diarrea, apendicitis, obesidad, dolor de la columna lumbar, náuseas, alergias en la piel y digestivas.
La válvula ileocecal es un anillo muscular que separa el intestino delgado del intestino grueso, permitiendo la entrada de la materia cecal gradualmente y en una sola dirección. Se encuentra en una zona denominada ciego y se puede tocar situando los dedos entre la cresta iliaca (cadera) y el ombligo en el lado derecho. Al ser un músculo puede suceder que se vuelva hipotónico o hipertónico.
Para comprender mejor la importancia de un buen funcionamiento de la VIC explicaré primero el proceso de la digestión. Comienza en la boca, envolviendo los alimentos con la saliva que es alcalina. Al pasar por el estómago se trituran y mezclan en un medio ácido. Después, el bolo alimenticio pasa a través del píloro al intestino delgado donde la vesícula biliar segrega la bilis y el bazo añade las enzimas para completar la digestión, aquí el medio es alcalino de nuevo. Finalmente el bolo pasa a través de la VIC al intestino grueso, donde el medio vuelve a ser ácido. Como se puede ver, en cada parte del sistema digestivo hay un pH distinto y por lo tanto unas bacterias diferentes que componen la flora.
Cuando la VIC se queda abierta (atónica) se produce disbiosis, la materia tóxica del intestino grueso pasa al delgado y de ahí al torrente sanguíneo, contaminando el organismo. Se altera el pH de ambos intestinos, produciendo una putrefacción de la flora y haciendo que proliferen bacterias y hongos, entre ellos la Cándida Albicans.
Si por el contrario la VIC se queda cerrada (espástica), la materia del intestino delgado pasa con dificultad al intestino grueso, produciendo estreñimiento, y del mismo modo el organismo se contamina ya que los nutrientes que deberíamos desechar pasan al torrente sanguíneo.
Las causas que afectan a la VIC son variadas, es muy sensible al estrés, la cólera, la depresión, la melancolía y todas las emociones que se relacionan con el sistema digestivo. También se ve afectada cuando hay una mala masticación o una mala combinación alimenticia, como la mezcla de hidratos de carbono con proteínas en la misma comida, y en general por alimentos tóxicos.
Los síntomas que nos pueden hacer pensar en una VIC que no está funcionando correctamente son dolores de cabeza, migrañas, cuello, hombro, codos, pecho, lumbar, abdominal, reuma en brazos o rodillas, artritis; alteraciones digestivas como flatulencia, indigestión, acidez, diarrea, estreñimiento, digestiones pesadas; problemas en la piel como eccemas, caspa, piel seca; emocionales tipo depresión, ansiedad, estrés, y otras como acúfenos, somnolencia, alergias, dietas pobres, comidas irregulares.
Detectar y equilibrar la VIC en Kinesiología es realmente sencillo e indoloro. Como la Kinesiología es una técnica holística y trabajamos de manera global en todos los aspectos de la persona, además de la equilibración estructural, será necesario revisar la nutrición y reconstruir la flora intestinal tomando probióticos, detoxificar el organismo con alguna fitoterapia que ayude a eliminar los tóxicos y metales pesados; buscar si hay emociones implicadas que no se están pudiendo gestionar o algún evento traumático concreto, y restaurar el sistema electromagnético comprobando y armonizando si hay algún tipo de fisura.
Los resultados son asombrosos, en unos días se empiezan a notar los cambios, el intestino y el tránsito se regulan y van desapareciendo todos los síntomas.