Olga Lava Mares. Kinesióloga, e Instructora de Terapeutas
Esta es una enfermedad de nuestro tiempo, un desequilibrio fruto de nuestro estilo de vida, ya que nunca nos hemos alimentado tan mal como hoy en día, y jamás hemos tomado tantos antibióticos, corticoides y hormonas sexuales como en la actualidad.
Ante todo hay que tener en cuenta dos grandes grupos de personas con candidiasis: el primer grupo ha sido diagnosticado, y unos padecen cándidas vaginales y/u orales, otros sobrellevan enfermedades inmunodepresoras, están recibiendo quimioterapia o son diabéticos. En estos casos los síntomas son muy claros y las pruebas de laboratorio han diagnosticado una infección por cándidas. En el otro grupo están los pacientes no diagnosticados que suele ser la mayoría de las personas que sufren candidiasis crónica. En este caso los síntomas son amplios, confusos, cíclicos y recurrentes, sin embargo en las analíticas no aparece nada. Debido a esta falta de diagnóstico y de tratamiento, la candidiasis suele hacerse crónica.
Tanto en el primer grupo como en el segundo los síntomas son tan variados como fatiga, malestar general, dolores de cabeza, diarreas o estreñimiento, mareos, dolor de articulaciones y músculos, molestias vaginales o anales (picores, irritación, heridas, flujo espeso), vaginitis, prostatitis o aftas recurrentes, cistitis, endometriosis, molestias en la boca (irritación, heridas o recubrimiento de una sustancia blanquecina), molestias oculares y de oídos, infecciones fungales de uñas, depresión, insomnio, mala memoria, falta de concentración, ansiedad, sensación de irrealidad, alergias, deseos de alimentos dulces, panes, alcohol, congestión nasal, mal aliento...
Algunas enfermedades y desequilibrios relacionados con una candidiasis crónica son enfermedad de Crohn, colitis, síndrome de intestino irritable, artritis reumatoide, lupus, asma, psoriasis y eccema, sinusitis, esclerosis múltiple, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, hipotiroidismo, hipoglucemia, depresión y estados de ansiedad, anemia, urticaria...
Pero, ¿qué es la candidiasis?
Es una infección causada por una levadura de la familia de las cándidas. Existen unas 150 especies distintas, aunque la más común en nuestro organismo es la Cándida albicans. Las levaduras están presentes en nosotros desde poco después de nacer y viven en armonía. Se encuentran en la piel, el aparato digestivo y genitourinario. Su función es absorber cierta cantidad de metales pesados para que no entren en la sangre, nos ayudan a degradar restos de carbohidratos mal digeridos, y junto con las bacterias mantienen nuestro equilibrio intestinal y el pH.
Sin embargo, existe una serie de factores que puede deprimir el sistema inmunitario y desequilibrar la flora intestinal, causando el crecimiento excesivo de estas levaduras y, por consiguiente, la enfermedad. Estos factores pueden ser exceso de azúcares o carbohidratos refinados, el agua del grifo puesto que contiene cloro y flúor, el uso de antibióticos, cortisona y hormonas sexuales sintéticas, el embarazo, el estrés continuo, una disminución de las secreciones digestivas o falta de nutrientes, entre otros.
Y algo muy importante que a veces es ignorado es el hecho de que el origen de la candidiasis es intestinal aunque los síntomas que contemplamos sean en vagina, boca o uñas. Las cándidas pueden cambiar su anatomía y fisiología, dejar de ser una levadura y convertirse en un micelio fungal (hongo). Se sabe que las cándidas son organismos dimórficos y pueden existir en estas dos formas.
En su estado de levadura no es invasiva, mientras que en estado fungal produce unas raíces muy largas y altamente invasivas que pueden penetrar en la mucosa, además pueden producir 79 productos tóxicos (etanol, formaldehido, acetildehido, etcétera).
La solución kinesiológica
Con el test muscular es muy fácil detectar las cándidas de forma fiable. De modo generalizado, el tratamiento inicial suele estar enfocado por un lado en la dieta, con el objetivo de debilitar las cándidas al quitarles los alimentos con que se nutren. Por otro lado, empezar a realizar las diferentes limpiezas del organismo junto con los antifúngicos, y por último, restablecer el sistema inmunitario dándole todos los nutrientes necesarios para su regeneración y prevención.
Los tratamientos son efectivos y duraderos porque, desde el punto de vista de la Kinesiología, la solución está en darle a cada persona lo que necesita, ya que cada uno tiene una individualidad bioquímica. No tratar la enfermedad sino al individuo enfermo. Dos personas con candidiasis siempre serán tratadas de forma distinta, respetando su individualidad. Por ejemplo, una puede que necesite una dieta rica en proteínas, vitamina C y zinc...Y otra con los mismos síntomas quizá necesite más carbohidratos, y otros nutrientes como la vitamina A o la biotina. Al igual que en el aspecto emocional o energético, cada caso tendrá unos componentes y unas soluciones distintas.
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