Pilar Ivorra. Asistente e instructora RRS
Muchos de nosotros ya contactamos hace mucho con lo metafísico, lo que va más allá de lo puramente material. Hemos experimentado que somos algo más... mucho más que un cuerpo, que una mente, incluso que un alma encarnada. El Espíritu ya nos rozó con su toque sutil para que empezáramos a investigar qué somos, para obligarnos a hacer el intento de reconocernos.
Hemos descubierto que somos seres multidimensionales, que funcionamos en varias dimensiones a la vez y que lo que hacemos en esta realidad, de alguna manera, afecta a eso que somos en las demás dimensiones y viceversa.
Somos realmente los más poderosos seres de la creación, compuestos por la misma materia que el universo, que las estrellas y albergando la semilla divina en miniatura, es decir, toda la creación en nosotros. Y sin embargo, en vez de reconocernos, adoramos dioses, invocamos ángeles, veneramos maestros y avatares, confiamos en santos, adoptamos creencias religiosas, filosóficas o místicas y, a menudo, hasta les cedemos nuestro poder ilimitado.
No se trata de desdeñar toda la sabiduría que se está manifestando en el planeta en estos tiempos, que buena falta nos hace, sino de aprovecharla para despertar a nuestro dios-ángel-maestro-santo interior, buscando nuestra propia verdad.
Es el momento de dejar de buscar afuera, todo está dentro. No debemos postergar más lo inevitable. La divinidad que somos se va a manifestar muy pronto o se está manifestando ya, y no es prudente dejar que nos pille desprevenidos. La grandeza de nuestro espíritu desciende o está descendiendo a esta dimensión física. La co-creación del Cielo en la Tierra es un hecho y si queremos participar, debemos aprender qué somos y qué papel jugamos en esta parte de la historia.
Lo sabemos, podemos sentirlo, pero tener la experiencia, la vivencia, eso nos cuesta un poco más... para eso está la RRS (Retire & Recognition), para que podamos acercarnos a quiénes somos en realidad, a la totalidad del Ser que somos.
Retirarnos, recogernos, permanecer en soledad replegados sobre nosotros mismos como primer paso para reconocernos, para llegar a saber qué somos realmente. Aprender a manejarnos con la disciplina, con la voluntad, con la meditación. Aprender cómo funciona nuestra mente para usar el pensamiento creativo como herramienta y poner la mente a nuestro servicio.
Visualizar, usar el don de la imaginación, de la co-creación. Aprender a conectar el fabuloso poder del universo que somos con el ilimitado poder del Universo para co-crear con consciencia. Aprender a retirarnos para dejar que se manifieste la energía crística que todos encarnamos.
Desaprender todas las limitaciones, todas las falsas creencias, todas las falsas opiniones vertidas sobre nosotros, particular y colectivamente, tanto por las iglesias (todas ellas) como por la educación recibida. Deshacernos de la falsa modestia inculcada, de la falsa realidad impuesta. No voy a caer en la tentación de decir que es fácil o difícil, ¡es lo que es! Y hay que ir a por ello, simplemente.
La ayuda está aquí, tenemos el equipamiento necesario, solo hay que querer, tener la curiosidad y el coraje suficiente para investigar, para mirar dentro sin asustarse ni de nuestra Sombra, ni de nuestra Luz. Tras años de aprender a lidiar con nuestra Sombra, de recuperar el poder que concede su integración, quién nos iba a decir que nos iba a dar más miedo la Luz que somos...
Y realmente es así, tememos Ser quiénes somos y qué somos porque es mucho poder, y mucho poder entraña mucha responsabilidad. Y en este proceso inevitable nos vemos envueltos, unos antes y otros después, nadie quedará exento. Mejor prepararse.
RRS nos ayuda, sobre todo, a mantenernos firmes y equilibrados ante el poder ilimitado que vamos encontrando en nuestro interior. Sin perdernos en delirios de grandeza ni ilusiones, ganando confianza de forma suave y segura, con los pies en la Tierra y en conexión con el Espíritu.
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