Teresa Márquez Sanmartín. Profesora de Yoga y Eutonista
En este transitar por los caminos del yoga me he dejado atravesar por otras técnicas que me permitieron experimentar de otra manera con mi propio cuerpo y poder trasladar ese aprendizaje a mis clases.
Los pasos dados por la Eutonía han dejado profundas huellas en mi conciencia corporal, enriqueciendo los conceptos adquiridos por medio del Yoga.
La Eutonía facilita el autoconocimiento y lo hace por medio de su pedagogía que utiliza el cuerpo como premisa fundamental del ser.
Es una disciplina de carácter terapéutico y educativo, basada en la experiencia sensitiva del propio cuerpo, que conduce a la persona hacia una toma de conciencia de sí misma y de su cuerpo.
La palabra Eutonía proviene del griego y significa "eu", bueno, óptimo, armonioso; "tonus", tono, tensión. Expresa la idea de un tono muscular armónico y adaptado a cada situación de la vida cotidiana.
Su creadora, Gerda Alexander, nació en Alemana 1906 y murió en Dinamarca 1994 a la edad de 86 años. Desde muy niña se dedico a la danza y a la música, pero a los 16 años, después de reiterados ataques de fiebre reumática, contrajo una enfermedad cardiaca, por la cual los médicos le prohibieron todo tipo de movimientos, inclusive los más elementales para su autonomía. Así, tuvo que aprender a moverse utilizando el mínimo de energía y a descansar antes que apareciera la fatiga.
Gerda estuvo postrada dos años, pero no fue un periodo inútil, ya que comenzó a experimentar en su estado de casi inmovilidad sutiles movimientos, casi imperceptibles, que conducían a aliviar el dolor. Así fue como, en 1940, fundó en Dinamarca la Escuela de Eutonía y a partir de entonces esta disciplina comienza a difundirse por el mundo.
Recursos básicos
La Eutonía desarrolla en grado sumo la sensibilidad y la percepción como los recursos básicos que todos los individuos poseen. Recursos que llevan a elevar la conciencia y a tomar contacto con los pensamientos, emociones, sentimientos y estados de ánimo.
Uno de los objetivos más importantes a nivel físico de esta técnica es la regulación del tono muscular. Hoy conocemos los vínculos y las interacciones constantes entre el tono neuromuscular, el tono neurovegetativo y las actividades cerebrales con sus estados bioquímicos internos; la interrelación estrecha de nuestro psiquismo con los estados emocionales, el tono postural y el conjunto de regulaciones fisiológicas.
Los estados y cambios emocionales, como la tristeza o la alegría, el agotamiento físico y psíquico y las depresiones, están en íntima relación con el tono.
Todos experimentamos estos cambios. La misma escalera que cuando estamos alegres la subimos sin esfuerzo, nos parece interminable en un estado depresivo. También la conducta de los demás modifica la tonicidad. Una persona tranquila y relajada puede lograr una influencia bienhechora, sobre todo en un grupo. Mientras que otra, nerviosa y tensa, consigue el efecto contrario.
Esta influencia sobre el tono muscular para nivelarlo se realiza por medio del tacto y el contacto consciente, que es uno de los principios de la Eutonía.
La Eutonía es una disciplina muy singular. No hay prácticas preestablecidas, es decir, no hay un profesor que muestre los movimientos para ser imitados.
El "eutonista" acompaña al alumno en el proceso de exploración personal sin interferir, evitando ejercer influencias. Por medio de consignas, lo invita a participar del movimiento o del reposo. No son ejercicios sino experiencias corporales que van abriendo espirales de movimientos en respuesta a las necesidades, deseos o búsquedas propias de cada alumno.
Algunos lo asocian con técnicas de relajación, pero es mucho más que eso. De hecho es una práctica que posee una gran variedad de campos de aplicación.
Es accesible tanto para personas sanas como para aquellas que padecen alguna discapacidad o enfermedad, como la fibromialgia, hernias discales, lumbalgias, secuelas de accidentes, osteoporosis, etcétera.