Quién es
Estudió periodismo en el Aula de Lletres de Barcelona y también filosofía en la Universidad de Girona.
Desde su adolescencia empezó su camino de búsqueda personal por la astrología y la filosofía oriental. Sin cesar ha continuado investigando y experimentando a través de múltiples escuelas y maestros de conocimiento psicológico, filosófico y espiritual. Colabora con varias revistas especializadas. Autora de "Lo íntimo y lo sagrado", acaba de publicar su segundo libro, "En busca de la libertad. Desde la voluntad secuestrada", ambos por Editorial Kairós.
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Aurelio Álvarez Cortez
-Para empezar, Montse, ¿cómo llegaste a escribir estos libros donde se percibe un intento de aunar filosofía, psicología, terapias, poesía y esoterismo?
-Estuve 20 años en una empresa familiar que fabricaba maquinaria agrícola, y entré directamente en el mundo del esoterismo, antes de hacer una inmersión en el ámbito de la cultura, de la filosofía, del conocimiento. Estuve trabajando con tarot y astrología siguiendo la línea de Enrique Eskenazi, entrevistado en mi primer libro "Lo íntimo y lo sagrado". Luego estudié filosofía seis años y psicoanálisis y pude observar que algunas personas que se interesan por lo esotérico desconocen gran parte de la cultura tradicional y por otra parte mucha gente de la cultura tradicional menosprecia lo esotérico. Por ejemplo, al leer a Antonio Machado nos quedamos sólo con lo estético, pero si quien tiene inclinación por los temas esotéricos lee alguno de sus poemas, encontrará allí un gran caudal de significado. Mi intención es hacer llegar esa información a la gente que se queda con lo que le es más próximo o fácil. Aprovechando este interés mío por lo espiritual, lo esotérico y la cultura en general, pienso que a estas personas las puede nutrir tanto como a mí.
-En tu último trabajo te refieres a la libertad. ¿Por qué has elegido este tema?
-Al trabajar durante ocho años interpretando tarot y astrología para mucha gente, constaté que en nuestro interior todos somos mucho más parecidos de lo que aparentamos. El ser humano comparte inquietudes y nuestros problemas más nucleares no son tan distintos, aunque cada uno tiene su particular forma de vivirlos y de haberlos percibido. Esto me dio confianza para decidirme a publicar lo que era mi propia búsqueda personal, y a través de mis investigaciones y entrevistas plasmo lo que puede interesar y ayudar a mucha otra gente: la lucha por conseguir la propia libertad interior.
-¿Qué conclusión has sacado después de escuchar a tus entrevistados?
-Que debemos crearnos un espacio para poder ser libres, para que pueda emerger esa libertad, que la podamos integrar o "dialogar" con ella desde un lugar analítico, no tiene por qué ser meditativo. No temer al vacío y cambiar un estado de no-libertad que se sostiene por identificaciones, apegos tóxicos y miedo, ahí es donde reside el trabajo principal. De este modo nos concederemos ese espacio donde pueda surgir lo no previsto, lo que habita ya en uno, reconsiderando así una libertad que no nos atrevíamos a pedir o que exigíamos al exterior. Es un proceso de vital importancia porque a dicha libertad la constituye el oxígeno necesario para seguir viviendo, dejando ya por fin de tan solo sobrevivir. Estamos "secuestrados" en nuestra libertad por palabras, silencios, dictados familiares, el entorno... En la mayoría de los casos cada uno, en su particular historia personal, está limitado, le es muy difícil ver otra salida a su situación presente a la que sigue apegado, por miedo al cambio y por no poder entrever una libertad más allá de la cual no cree poder acceder.
-¿La búsqueda de la libertad en el hombre moderno es también como una búsqueda del sentido de la vida?
-La libertad es lo que permite encontrar el sentido a la vida. Aunque no lleguemos a ser libres del todo, porque no sería natural, el camino hacia ella es lo que da sentido. Hablar de libertad es como hablar de iluminación en términos más esotéricos o espirituales. Todos los grandes maestros hablan de pequeñas iluminaciones. Se van abriendo puertas al bordear los puntos donde habíamos quedados atrapados y luego nos podemos sacar la cadena que nos ataba.
-Tus entrevistados pertenecen a distintos ámbitos, como el psicoanálisis, la antropología, la teología, el arte, la mística, las terapias corporales. ¿Hay un denominador común en su pensamiento?
-Sí, es la preocupación por el bienestar y el bien decir de las personas. El denominador común es lo esotérico en el mejor sentido de la palabra, es decir la dirección hacia el interior de las personas, hacia sus vivencias particulares e intransferibles, tanto sea basándose en el cuerpo, en la palabra, en el arte o en el estudio de lo sublime en uno. Abordado tanto desde la experiencia de los místicos, hasta los ultimísimos estudios en el mundo del psicoanálisis donde todo ello converge, con la interpretación de los sueños, de los lapsus y de las casualidades que ellos llaman contingencias, etcétera.
-Por este motivo tú intentas validar lo esotérico con estas otras fuentes del conocimiento humano.
-Mi intención es tender puentes y echar las descalificaciones de ambos lados. Se trata de unir fuerzas para enriquecernos de todo lo que desconocemos y algunas veces rechazamos sin conocimiento. Quiero autentificar lo esotérico dentro de lo que "parece más serio". Hay una separación que me irrita, son formas intolerantes que abundan en nuestra sociedad, cuando son distintos vocabularios para hablar de lo mismo. Me gusta validar una experiencia mística, por ejemplo, con catedráticos, gente muy reconocida por lo académico y la sociedad en general porque parte del mundo esotérico queda, a veces, como superficial. Mi trabajo ha sido buscar fuentes muy sólidas, que hablen de esos temas mucho más sutiles. El cómo ven cada una de estas fuentes el tema de la libertad, y este secuestro de identidad que a menudo sufrimos.
-Repasemos la lista de tus entrevistados, tal vez no todos, pero algunos.
-Bien. De Carlos Ventura, psicoanalista junguiano, destaco la riqueza del símbolo y también la bondadosa faceta del sentido que tenía Jung y que tanto nos gusta pero que los psicoanalistas lacanianos, que siguen a continuación en el libro, saben bien que el sentido no cura, aunque sea una "pomada" que sienta muy bien y realmente calma. Luego, con Victoria Cirlot, catedrática de filología románica, el tema central es el mito del Grial, que es un objeto espiritual y no material, con la historia del Caballero Cobarde, que me enternece, hasta que descubre que es valiente. Me gusta trasladar esas epopeyas de grandes caballeros a lo que puede suceder actualmente, en nuestra sociedad.
-Perdón que te interrumpa, pero estamos en una época tan oscura que parece imposible siquiera el anhelo del Grial.
-¡En absoluto! Ahora más que nunca es el momento. ¡Nos quieren deslumbrar con los focos de una sociedad de consumo dislocada! Pero debemos girar la mirada hacia nosotros y es en nuestra oscuridad particular de cada uno, como le sucedió a San Juan de la Cruz, en la noche oscura del alma, donde habita nuestra herida, nuestra fisura personal, por la cual puede entrar la luz que provee la curación. La luz propia, la iluminación, la conciencia, es lo que nos puede alumbrar el camino, para salir de la propia oscuridad y entrever un nuevo horizonte, mucho más amplio.
-Prosigamos...
-Lluis Lluch, antropólogo, teólogo, es un gran sabio. Me sorprendió porque siendo un hombre espiritual, un monje de Montserrat, no le gusta Jung para nada, prefiere mil veces antes a Freud. Con un gran corazón y una mente privilegiada, se lamenta de que vivimos una época oscura porque estamos viviendo una adolescentización de la sociedad. Luego, Amador Vega, catedrático de estética, me apasionó porque para mí es una entrevista de las más espirituales, de una sutileza sin igual. La recomiendo a cualquier persona por su tremenda actualidad de lo espiritual.
-¿Diferenciamos espiritual de religioso?
-En el caso de Lluch, evidentemente es un religioso, pero sin duda espiritual. En este libro como en el anterior "Lo íntimo y lo sagrado" siempre abordo el tema espiritual aunque pueda entrevistar a religiosos de distintas tradiciones. Amador, por ejemplo, aborda lo espiritual desde el arte y la mística, cita a Goethe y en un momento expresa "salir de ti para entrar de nuevo en ti", una expresión de los místicos clásicos pero que resulta muy contemporánea, revolucionaria, diría.
-¿Porque apuntan a cambios profundos, estructurales, de era?
-Hemos empezado la era acuariana y esto nos conlleva a otra dimensión, es el nuevo paradigma, de las redes, de lo grupal y relacional, del altruismo, pero también de una individualidad bien configurada, en lo singular.
-¿Consideras revolucionario el contenido de tu libro?
-Estoy entusiasmada con el resultado. Si fuera a una isla desierta sin duda me lo llevaría. Actualmente, existe mucha gente dispersa en distintas disciplinas, cada una en su gueto, con su verdad y falta interrelación, una red de vínculos nutritivos, intensos, de calidad y tolerantes. Lo que aparece en el libro es una reactualización de todo lo pasado, que nos puede sacar de nuestro actual vacío existencial, con todos los saberes que puede utilizar un individuo del siglo veintiuno.
-Xavier Melloni, jesuita, afirma que lo que nos impide ser libres es el miedo.
-Efectivamente la herida básica del ser humano, también lo explicó muy bien Claudio Naranjo en el eneagrama, en mi anterior libro, es el miedo. El miedo es la raíz de nuestras neurosis, paralizaciones o secuestros. Melloni es una persona muy carismática y presentará mi libro en Barcelona junto a Victoria Cirlot. Lo siguen muchas personas, está haciendo una experiencia muy particular en la montaña con un grupo de gente. Me entusiasmó una frase suya, "primero hay que sanar la herida psicológica antes de poner el vendaje espiritual". Dentro de nuestra ignorancia pensamos que lo psicológico es inferior y lo podemos saltar yendo directamente a lo espiritual. Pues no, bien nos lo dice Melloni, antes hay que sanar lo psicológico. Muy ético y nada escapista de nuestros problemas esenciales.
-Me resonó otra frase al referirse este religioso a un aspecto positivo de la globalización. Estamos viviendo una pascua colectiva, muriendo a lo antiguo para pasar a una energía de lo nuevo.
-Los judíos hablan de los dolores de parto. Estamos en un sistema evolutivo y aunque en algunas ocasiones lo dudemos, seguimos unos ciclos; en la India creo que nombran a esta época Kaliyuga. En esta era acuariana lo piramidal caerá, por eso sale Donald Trump ahora, para ser conscientes del síntoma de nuestra época, es decir salen las sombras, las bajas pasiones para poder poner luz donde había hasta ahora oscuridad, como decía antes. Es un proceso de saneamiento.
-La basura escondida bajo la alfombra para ser contemplada en la luz... pero no nos gusta.
-Existía igualmente, mejor verlo, porque si no con los bultos tropezamos. Al enemigo mejor verle la cara. Esta pascua, que también la nombra el poeta Josep Tarrés en el libro, es lo acuariano, hay un nuevo renacimiento. En los Evangelios se dice que en el reino de los cielos no sólo se salvan unos pocos, sino hasta que se completa el grupo. En cierto modo se impone la energía del amor. Ya estamos con los primeros pasos de los cambios acuarianos y por suerte no hay vuelta atrás. Existe una mayor conciencia que cada uno debemos ir alcanzando.
-¿Saldremos de la caverna de Platón?
-Más que salir de la caverna, se trata de ser conscientes de las polaridades. Platón era muy utópico, no hay bueno ni malo. Debemos aprender a vivir con las dualidades.
-¿No esperemos lo bueno o lo malo, sino la experiencia?
-Exacto, y tenemos que hacer el engranaje de lo apolíneo y dionisiaco que preconizó Nietzsche. Evitar por lado un Hitler, con todo lo apolíneo, la perfección y también las filosofías naifs que pueden predicar solo lo bueno para dar espacio a lo dionisíaco, con la duda, los matices, lo subjetivo... Como afirma el filósofo Joan-Carles Mèlich, quien me ha escrito el prólogo, lo importante no es el bien porque ello puede ser terrorífico, sino lo bondadoso.
-Como ha dicho Deepak Chopra acerca de Trump, a la Sombra hay que ponerle luz, no hay otra salida.
-Para mí Trump es una oscuridad necesaria. Hay que ver estas oscuridades, la basura tiene que emerger y que salga la luz. Además como todo es cíclico, es como una espiral que hay que ir subiendo paulatinamente. Afrontamos lo mismo pero en un nivel superior, como pasa en la Cábala, ir subiendo el Árbol de la Vida, a través de las columnas del rigor y de la misericordia, pero por el camino del medio.
-¿Estamos evolucionando?
-Absolutamente. Siempre hemos escuchado decir que lo pasado ha sido mejor, y no es verdad. Se pierden cosas, evidentemente, pero se ganan muchas otras.
-Por último, define tu libro.
-Necesario, rabiosamente necesario, para una escucha interior y poder lograr vivir sin prisiones mentales que nos limitan nuestra existencia, nuestra creatividad y nuestras relaciones. Es un libro que abre la mente a quien quiera recorrer un trayecto para un profundo cambio personal. Porque da luz donde habitaba la inseguridad, el miedo, la impotencia y se pensaba que solo había oscuridad. Es un libro optimista, que abre fronteras a las personas que no hallaban las respuestas que les abrieran otro camino en su vida. Y así alentarles con lo que decía Machado: "caminante, no hay camino, se hace camino al andar...", a hacer su propio camino.