Quién es
Licenciado en derecho y diplomado en filosofía, José María Villagrasa es pionero de la macrobiótica en España, experto en geobiologia, feng-shui y radiónica. Naturópata, acupuntor, creó la psicoanalogía y la espinoanalogía. Es director de Estudios de Foratman, centro de formación que desarrolla su actividad a partir de una orientación naturista, humanista y alternativa de la medicina natural.
Ha impartido cursos, talleres y conferencias en España y en diferentes países de Europa y América. Autor de los libros "Dioses en el desempleo" y "Nombres, personas y destinos". Contacto: connexionsvitals.com
Aurelio Álvarez Cortez
La macrobiótica está en proceso de cambio, asegura José Mª Villagrasa, uno de sus pioneros en España. Jovial, alegre y rotundo en sus palabras, incorpora el lenguaje de los avances científicos y difunde nuevos conceptos de la alimentación energética. Dialogamos con él antes de su actividad profesional en Valencia
-¿Tú trabajo es una invitación a volver al hombre primitivo, José María?
-No se trata de volver a ser el hombre primitivo, pero sí a la humanidad primitiva. Me explico. El hombre actual ha avanzado en tecnología, ha trabajado mucho el exterior, y el hombre antiguo para sobrevivir sólo podía mejorar interiormente. Por lo tanto, el hombre actual deberá volver a esa parte interna donde está su esencia, pero integrando todo lo que ha conseguido en el exterior. Es un trabajo intenso y quien lo consiga hará del ser humano un ser diferente, profundo. Son cuestiones que actualmente no se contemplan.
-Estudios científicos en la actualidad afirman que la materia es básicamente información y tú le das a ésta un significado en la nutrición.
-La información es intangible. Si nos encontramos frente a un aparato de televisión estamos recibiendo una gran cantidad de microondas, desconocemos qué efectos producen en nosotros, pero las células reciben un impacto de lo que allí se proyecta. Este impacto nos afecta en la forma de comportarnos, en la manera de enfrentarnos a la vida y, desde esta perspectiva, en el comer. Para llegar a ser arroz, el gran protagonista de nuestra región valenciana, indudablemente estas semillas crecidas aquí necesitan tener una información. ¿Quién se las da? Esta información hará que sea un alimento que tenga un sentido de crecimiento y dentro del ser humano le dará un potencial u otro. Un producto manipulado industrialmente, que se adquiere en un supermercado, carece de información, aunque posea hidratos de carbono, proteínas, vitaminas que no sabemos de dónde vienen, conservantes, colorantes… Y dentro del organismo produce una información anómala, antinatural, con radicales libres.
-Dices que hemos deshumanizado la alimentación y, también, que hemos quitado el factor emocional al proceso de elaboración. Si esto es así, ¿qué consecuencias tiene para nuestra salud?
-El sistema de información que se nos ha ido instaurando a través de la alimentación nos conduce hacia un proceso competitivo, aislacionista. Nos aislamos del entorno, nos separamos. Estamos observando en el hombre un personaje egocéntrico que dice "yo estoy por encima del mundo". Se nos ha hecho creer que estamos por sobre la naturaleza y hacemos con ella lo que nos place, la destruimos.
-La religión ha tenido responsabilidad en ello. Un pasaje bíblico atribuye este mensaje, al expresar "serás el más feliz y el más inteligente de la tierra, dominarás al mundo y sus alrededores"…
-La palabra religión está muy mal entendida, viene del latín religio, recoger todo y darle un sentido, un sentido que se ha perdido, un sentido interesado hacia un camino. El único camino que existe, y esto sí que es religioso, es el que nos integra en el entorno donde estamos.
-Como unos más…
-Como unos más, ¡has dado en el punto! Como unos más y no como unos únicos. Somos unos más de los muchos que hay en este punto de transformación que es la naturaleza, y que dentro de nosotros representa la naturaleza humana, aquella que nos acerca a este otro punto, infinito, que la física cuántica le da un nombre: el Campo Punto Cero, intemporal, inespacial, donde los seres humanos pueden ser, no solamente estar.
-Otro elemento en el que pones énfasis es aquello o aquel que da vida a este planeta, el sol…
-Este planeta forma parte de un contexto, el sistema solar, que integra otro gran contexto, la galaxia. A su vez ésta forma parte de un conjunto de galaxias, que además compone un universo, y hay varios universos… Somos una pequeñísima parte de este gran holograma y el todo también tiene información nuestra. Es un ir y venir. Tan importante es la información que emite una hormiga como la información que puede darnos un colosal ordenador. Cuando se estudió el ADN se pensaba que resolveríamos todos los misterios de la vida, pero nuestro ADN resultó ser casi igual que el de la mosca de la vid, ¡qué curioso! Entonces probablemente debemos ser una mosca cojonera en este mundo (risas), en nuestro orgullo somos incapaces de observar la totalidad. Es un momento extraordinario para darle la vuelta a esta incapacidad y colocarnos en ella con la humildad necesaria.
-Por aquella cuestión holográfica, ¿hombres y mujeres guardamos en el interior también un sol?
-Naturalmente, para no olvidarme de que lo tengo dentro, cada mañana muy temprano hago 20 minutos de observación del sol, directamente. Me alimento del sol. Uno podría hacerlo simplemente porque es el canal de toda la vida que se desarrolla en este planeta, y no sólo aquí sino en el sistema planetario. El sol tiene la capacidad de proyectar muchísima energía, primero en forma de calor y después de luz. Nos manda mucha información. ¡Atención!, tenemos en la retina unas células especializadas que captan gran cantidad de luz en el momento en que observamos y son parte de la génesis de la melanina, sustancia "mágica" que nos recubre y cuyo objetivo es recoger esta información del sol. Mírate los ojos, en un espejo, y verás el sol reflejado. Los egipcios lo sabían muy bien: Ra, el gran dios, y Amón. Era la forma en que ellos entendían la influencia de la información del sol para los seres humanos.
-Corremos, comemos, respiramos, dormimos. ¿Encajamos bien el orden natural en nuestra vida diaria?
-Defino el poder de la salud en lo que llamamos la ley de los tres ochos. El ocho representa el infinito, si queremos llegar a él y trascenderlo, deberíamos respetar los tres ochos. Primero, ocho horas para dormir. El sueño es fundamental, al respecto podríamos hablar de la filosofía de Jean Pierre Garnier-Malet, físico francés que nos lleva al concepto del Doble (Teoría del Desdoblamiento). Nuestro doble puede vivir perfectamente en este espacio. ¿Dónde estamos cuando dormimos?, ¿somos éstos o aquéllos?, ¿y dónde está el tiempo? A veces tenemos sueños reveladores, ¿pero en qué momento? Pesadillas…, el tiempo se nos hace largo. Yo digo que el objetivo del hombre es ganarle la partida al tiempo. Si alguien me preguntara qué es lo que venimos a hacer en este mundo, yo diría sinceramente que venimos a perder esta noción del tiempo.
-Tenemos una de las tres leyes, faltan dos…
-Para la segunda, también con el fin de perder la noción del tiempo, podría parafrasear a Kahlil Gibran en sus versos maravillosos… Ocho horas para nuestro trabajo, interior y exterior. Necesitamos trabajar exteriormente, crear. El ser humano en esencia es creativo, un instrumento de creación, una maravilla de creación, co-creador. Dios hizo el hombre a imagen y semejanza suya, es bíblico. La creación es algo típico del hombre, por lo tanto nuestro trabajo exterior debería ser creativo, hacer un trabajo que nos gustara para perder la noción del tiempo. A veces tenemos trabajos que no nos gustan, odiamos. Solamente mirando las caras de los lunes por la mañana veo a muy pocos sonrientes. Hemos perdido la capacidad de la sonrisa. Observemos a los alimentos, ellos sonríen, ¡incluso cuando los freímos!… Y finalmente ocho horas para nuestro crecimiento interior. En ellas yo plantearía las relaciones sociales, afectivas, las aficiones, todo lo que también nos conduzca a la pérdida de la noción del tiempo. Una pareja bien avenida, que hace tantra, pierde la noción del tiempo. Unos padres que están con sus hijos disfrutando con su crecimiento, también. Al cocinar, que puede ser una profesión o un hobby, si nos gusta, perdemos la noción del tiempo.
-¿Y qué pasa cuando perdemos la noción del tiempo?
-Aparece una frecuencia de onda muy por encima de la luz, y que se llama amor, el verdadero amor. El adagio popular habla de "salud, dinero y amor", yo lo cambiaría y pondría las palabras en este orden: amor, salud y dinero. Amor, que producirá salud y ésta, dinero. El dinero es simplemente una energía que nos hemos inventado para competir en la vida, pero que si llevamos muy bien y ponemos en su lugar adecuado, también nos dará felicidad. Al revés no.
-Hablemos de psicoanalogía y alimentación.
-La psicoanalogía es la ciencia de la comparación, que hace posible cotejar una cosa con otra. Nos da la información de esta comparación, partiendo de alimentos muy simples y acabando con otros muy complejos. Podemos contrastar una situación con otra, una etapa de la vida con otra, una parte del cuerpo con la totalidad… Siempre es comparar y ver en este gran holograma del que formamos parte qué segmento está recibiendo el impacto de una información proyectiva, positiva o negativa, que nos puede generar una enfermedad, etcétera.
-¿La enfermedad es una oportunidad o un error?
-Una oportunidad, pero no deberíamos hablar de enfermedad porque es la palabra que se utiliza para demonizarla. La enfermedad debería llamarse disfunción, algo que no está en función. En matemáticas sabemos qué es una función, algo que está en avance, siguiendo una secuencia, por ejemplo la de Fibonacci, ¡fantástica! Cuando hablamos de disfunción nos referimos a algo que está fuera de la secuencia, degradándose.
-¿Qué harás en Valencia?
-Voy a perder la noción del tiempo (risas). Es una invitación a quien quiera venir a perder la noción del tiempo. Veamos, también se ha demonizado la palabra macrobiótica. Macro es grande y bio significa vida, es decir "pegarse la gran vida"… Intento enseñar siempre a la gente cómo pegarse la gran vida. He tenido la inmensa fortuna de haber podido trabajar con grandes maestros a los cuales les estoy muy agradecido. Debo hacer una referencia al doctor Ser (Vicente Serneguet Moreno), que aparte fue un gran amigo y desafortunadamente nos dejó hace pocos años, a los noventa y tantos, para nosotros fue un referente. También agradezco a Michio Kushi, un modelo en mi vida, y cómo no a quien me habló por primera vez de macrobiótica, Carlos Cruz, 40 años atrás. René Levy, otro gran maestro, con quien también me unió una gran amistad y que también nos dejó hace un tiempo. Además a los amigos que actualmente tengo en Valencia, por haber confiado en mí mucho tiempo, como Patricia Restrepo, entrañable. Todos ellos han sido un faro. Insisto en que entre todos generemos una fraternidad que haga posible gozar de esta información maravillosa.
Pero vamos a tu pregunta. La macrobiótica llama a un cambio. Hoy la llamo alimentación energética. En este momento tengo un concepto diferente de la macrobiótica que aprendí hace 40 años porque el mundo cambia, la vida también, y por lo tanto en Valencia y otras partes intento hablar de información, la información de los alimentos y de nuevos sistemas de cocción, de potenciamiento de lo que es un alimento. Para esto cuento con la extraordinaria ayuda de una gran cocinera, una persona que tiene conocimientos del orden del universo y que es mi compañera actual, Montse del Río, que nos presentará menús elaborados de una forma diferente.
-Muchas novedades…
-Muchísimas y prepárense. Trataremos temas que han sido demonizados en la macrobiótica, como los crudos por ejemplo. También, explicaremos que los alimentos actualmente tienen que cocinarse de otra manera. Nos encontramos atenazados por microondas, están por doquier. Si nuestros bisabuelos levantaran la cabeza volverían a marcharse porque no podrían aguantar el calor terrible que tenemos en este momento, aquí, en la calle y en todas partes. También nuestro concepto de la alimentación, tan maravilloso, que Ohsawa (creador de la macrobiótica) nos dejó ya hace 70 años, hay que cambiarlo. Estamos en el siglo XXI, debemos poner nuevos cimientos a una alimentación diferente donde la información será fundamentada. En este campo hablaremos de física cuántica y muchas cosas más, pero sobre todo de algo que hemos olvidado tratar en esta conversación, la intención. La intención es uno de los vehículos que utiliza el amor para transformarse en conciencia. Es algo que en estos cursos intentamos compartir.
-Sin perder la sonrisa…
-Sin perderla. En nuestra página web, regenteada por Montse y su hermana, invitamos a la gente a sonreír, proyectar al mundo sonrisas. En nuestras tarjetas de presentación verás sonrisas. Cuando sonríes mueves 22 músculos y cuando no, 44. ¿No vale la pena estar sonriendo?