Aurelio Álvarez Cortez
Después de una violenta experiencia cercana a la muerte a los seis años de edad, Lisa Cairns tuvo una especie de despertar. Esto le inspiró a embarcarse en una larga e intensa búsqueda de la verdad de las cosas. Estudió con grandes maestros de Oriente y de Occidente, a través de diferentes tradiciones espirituales. Su búsqueda comenzó en el budismo, donde estuvo involucrada en diversas prácticas y mucha meditación. Continuó explorando con talleres y terapias que le enseñaron sobre el cuerpo-mente, como el reiki, el shiatsu, la terapia cognitiva y la medicina china. Durante todo el período de sus años de búsqueda pasó tiempo con algunos conocidos maestros de la No Dualidad, como Eckhart Tolle, Tony Parsons, Ramesh Balsekar, Nathan Gill, Roger Castillo, Gangaji y César Teruel.
Durante los últimos seis años, Lisa Cairns ha estado viajando por el mundo, dando charlas y retiros en más de 20 países sobre la No-Dualidad, la Unidad. En una conversación mantenida con ella, a raíz de la presentación de su último libro en España, “Por amor a todo” (Editorial Sirio), comenzó diciendo que “muchos creen que somos un alma, que existe en el tiempo y que esa alma “vive” este “ahora”. ¿Esto es real? Si te lo preguntas honestamente e investigas quién eres, puedes tener una visión experiencia muy profunda tan íntima, que no se puede poner en palabras”.
A través del contacto con quienes acuden a sus presentaciones, observa que esa cuestión de saber quiénes somos realmente “se está volviendo cada vez más popular”. ¿Quién ve a través de nuestros ojos, quién habla, quién escucha en este momento? “Nuestra imaginación dice que es alguien del pasado”, expresa. Por eso “cuando trabajo con la gente, también lo hago con el cuerpo emocional y la mente hasta cierto punto, porque la primera vez que nos conocemos con alguien veo que tiene mucho equipaje de esta vida y a menudo debo calmar los pensamientos”.
Y como vivimos en una imaginaria línea del tiempo, que se disuelve en el mundo inmaterial, la pregunta es inevitable. Lisa afirma: “El tiempo no es fijo, sino nuestra vía de comunicación como humanos. Nos hemos inventado la idea del tiempo, hacemos guerras por la idea del tiempo, el 99,9 por ciento de la población cree que el tiempo es real. Este pensamiento nos abre a otra posibilidad: la verdadera realidad es infinita y sin espacio, no hay distancia ni tiempo, hay algo más misterioso y mágico ocurriendo, no podemos comprenderlo ni pensarlo”. Y añade que nuestra experiencia con el tiempo está limitada al tamaño y capacidad de nuestro cerebro”.
Lisa también responde a la cuestión de la paz, su búsqueda y alcance. “Nunca vas a encontrar la paz en el tiempo –asegura–. En realidad no hay un fuera y un dentro en cada uno de nosotros. Cuando una persona está sufriendo, crea guerras externamente. Cuando no hay sufrimiento interno no hay guerras externas. Si no hay fronteras dentro de ti, tampoco existen fuera de ti”.
Y si alguien escucha su propuesta de “perderse a sí mismo” para terminar con el sufrimiento, ¿qué debe entender exactamente? “Eso significa Amor”, contesta, para añadir: “Cuando amas realmente algo, desapareces en ello”.
Por último, sobre las experiencias cercanas a la muerte dice “lo bello de la muerte física es el magnífico recordatorio de que no hay nada que te puedas llevar. Estamos tan apegados a nuestras posesiones, el cuerpo, el dinero… ¡qué alivio no poder llevarse nada!”.