Aurelio Álvarez Cortez
A través del yoga también es posible empoderar, y en especial a las mujeres. Así lo demuestran Adi Shakti y Marco Gómez Lerin en un proyecto conjunto que tiene formato de documental, bajo el título de “El arte consciente en la vorágine” (The Conscious Art of the Hustle), cuya presentación en España se está tramitando para que probablemente se pueda ver a través de Televisión Española. También, hay gestiones para exhibirlo mediante diversas plataformas.
Marco, desde Costa Rica, donde se ha rodado la película y su actual lugar de residencia, comenta que la idea pudo darse gracias a dos hobbies personales. Por un lado, el espíritu de viajero que lo ha llevado por diversos puntos del planeta, y por otro, su pasión por realizar vídeos sobre “experiencias potentes de la vida”. Esto último lo condujo a dejar su profesión de ingeniero industrial, con un máster en energías renovables en arquitectura en Reino Unido y China, para crear su propia empresa, All The Good Things, como cinematógrafo.
Así fue que, después de una travesía que lo llevó por Grecia, Portugal y España, para finalmente recalar en Costa Rica, donde había estado anteriormente, Adi Shakti le propuso llevar adelante una iniciativa personal: demostrarle a otras mujeres que el yoga, junto con otras técnicas de crecimiento personal, les abriría el camino hacia la realización de proyectos de vida y negocios, con el fortalecimiento de propios recursos propios, internos y externos.
En palabras de Adi Shakti, "el yoga es una práctica que nos proporciona las herramientas para despertar a nuestro poder interior y conocer el amor y la paz radical. Las mujeres han sido atraídas a esta práctica a nivel mundial, y con su crecimiento vemos la expansión de la capacidad de la mujer potenciada. Quiero mostrar este impacto en el ascenso de la mujer y el surgimiento del nuevo paradigma en el negocio consciente, como también educar a otros sobre cómo el yoga es un camino completo de salud holística, desarrollo personal y crecimiento espiritual".
Dos años antes Marco se había encargado de renovar passionyogaschool.com, la web de Passion Yoga School, escuela de yoga que tiene Adi Shakti en Puerto Viejo, en el sudeste de Costa Rica. “Es una escuela transformacional, que hace grande a las personas, orientada no sólo a lo físico y mental”, dice este joven madrileño. Este sitio en Internet tuvo tal impacto, que se tradujo en la llegada de muchísima gente interesada en tomar clases.
Casi como una consecuencia previsible, Adi Shakti se propuso hacer algo parecido con lo que había ella experimentado en primera persona, empoderándose como profesora de yoga, en un entorno de una belleza incomparable, y teniendo como valores el respeto por el medio ambiente y contribuir al mejoramiento personal y social.
Marco lo explica de este modo: “Ella planteó filmar un documental en el que presentásemos a mujeres de diferentes partes del mundo que vinieran aquí a enfrentar sus miedos y que se sintieran incapaces de hacer una vida más armónica, para desarrollar un negocio vinculado con sus valores”. Valores que ambos comparten “mano a mano”.
Adi Shakti ya había estado en India, donde vio a niñas completamente sometidas, con abusos sexuales, en casas de prostitución. “Mediante proyectos sociales les dio una oportunidad de salir adelante, y se dio cuenta de que su misión era continuar empoderando a mujeres de otros países, del mismo modo. Esto es necesario, la mujer tiene una sensibilidad distinta y solo necesita fuerza”, expresa el videógrafo.
De igual forma, se muestra convencido de que “muchos se esclavizan a través del trabajo, en relación con empresas que finalmente están destrozando la naturaleza. Pero existen otras posibilidades, con dificultades o no, que representan una oportunidad excelente para lograr el bien común. Algo bueno que te afectará a ti y también a los demás”. Por tal motivo, prosigue, “dejé mi carrera de lado y me embarqué en la persecución de este sueño: hacer un bien al mundo, mostrando mensajes poderosos. Prefiero este tipo de libertad”.
Entre risas, Marco confiesa que “estoy intentando practicar yoga”, pero su afición es el surf. Aun así, reconoce que el yoga es una práctica que “crea una atmósfera de relajación y fuerza”. En las sesiones de filmación y fuera de ellas fue testigo de cómo la gente entra en su mundo interior, “están con más energía, más conectadas; es una experiencia muy fuerte”. Y además del yoga, participó de ejercicios “donde se crea el sentimiento de unidad y de que todos somos iguales”.
El documental dura 40 minutos, se presentará en festivales internacionales de cine como documental corto y, según su director, “es una obra poética, bella”. En su rodaje se utilizaron drones, cámaras súper lentas y un equipamiento avanzado en tecnología digital. Ya ha tenido gran repercusión incluso antes del lanzamiento oficial. En España, concretamente, el programa “Cámara abierta” de TVE lo dará a conocer próximamente.
El fantástico escenario de “El arte consciente en la vorágine” es Puerto Viejo, cantón de Talamanca, un refugio paradisíaco de Costa Rica. “En mis viajes no he visto nada parecido. La gente viene aquí y ve la inmensidad de un mundo natural”, afirma Marco. De allí que “la experiencia de filmar fue increíble, con gente joven dispuesta a hacer cosas preciosas”. Precisamente, han participado veinte mujeres de Canadá, EE.UU., Europa, Sudáfrica, Asia y por supuesto Costa Rica.
En “sitios que compartiría con todo el mundo –agrega con entusiasmo– hemos filmado una bella aventura, con escenas muy bonitas en una cueva, también en una playa haciendo una hoguera gigante para simbolizar los nuevos fuegos que se encenderán en distintas partes del planeta a través de los proyectos que estas mujeres iniciarán. He visto gente que ha venido a buscar la unión de unos y otros, sin fronteras, con los brazos abiertos desde el corazón. Todo esto ha sido representado con mucho arte y mensaje”.
Por último, Marco confiesa: “Estoy viviendo la vida de mis sueños, rodeado de gente muy bondadosa, practico mucho deporte, con un trabajo que disfruto y que va creciendo, abriendo puertas aquí y en el resto del planeta”.