Carla Iglesias.Aqua Aura
Todos los problemas, por más complicados que sean, tienen una solución. Grandes conflictos surgidos entre padres e hijos, parejas, hermanos o jefes... todos poseen un elemento y una piedra en común para poder ser resueltos: la comunicación es siempre el principio de la solución a cualquier problema y la turquesa, la energía que lo hace posible.
Muchas veces la comunicación va unida a más energías, no sólo a la de la palabra. Una buena comunicación empieza por uno mismo, escuchar lo que estoy pensando. Luego integrar esos pensamientos con mis sentimientos y después comunicar con claridad, sin barreras emocionales.
Nuestro quinto chacra, o chacra de la garganta, energéticamente es el punto principal de activación de esa energía y su piedra por excelencia, la turquesa.
Este mineral, también conocido como "piedra de Turquía", se encuentra en diferentes partes del mundo y es admirada por culturas tan distintas como la egipcia, la maya o la azteca. También, se la utiliza en el norte de India y, como piedra sagrada, en la cultura tibetana. Nativos americanos como los hopis o los chéroqui creen en su poder curativo y fuerte energía protectora.
La turquesa, símbolo del aire, es una piedra que varía su color, del verde al azul intenso. Piedra sensible a productos agresivos como la sal, debe ser limpiada con agua mineral y jamás puesta al sol. Se potencia con la energía de la luna creciente y se prepara con una profunda respiración completa por parte de la persona que la utiliza, inhalando y exhalando: sobre la piedra, la programamos con nuestro aliento y energía del elemento aire, más profundo, que sale del interior.
También es símbolo de animales totémicos, como el halcón y el águila; representa la libertad y la verdad, despierta el don de la videncia y enseña que comunicar es sentir a través del aire.
Asimismo, es una de las piedras más imitadas sintéticamente. En el mercado es conocida como turquenita, y la howlita, de nacimiento blanca, se tiñe de azul y es vendida indiscriminadamente por precios irrisorios. Sepamos, por lo tanto, que nunca el coste de una turquesa verdadera resulta económico.
Símbolo de fuerza y comunicación con el elemento aire, la turquesa nos ayuda a tener fluidez en la expresión de nuestros pensamientos, pero también a que seamos fieles con lo que sentimos. Si en algún momento debemos decir "no", nos ayudará a entender que lo más importante es la sinceridad con nosotros mismos.
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