Mar Tarazona Beltrán. Odontóloga
En nuestra cultura el chupete se utiliza para calmar al bebé, succionarlo le aporta tranquilidad y bienestar. El chupete satisface el reflejo de succión, uno de los instintos básicos del bebé durante sus primeros meses de vida. La función de este reflejo es permitir al bebé succionar el pezón y así alimentarse del pecho materno.
La forma de succionar el chupete es diferente a la del pecho, por lo que se debe evitar su uso durante los primeros días de vida de los recién nacidos a los que se quiera dar de mamar, ya que al bebé que usa chupete le cuesta más agarrarse al pezón y no obtiene toda la leche que necesita; además, los pezones de la madre se agrietan, causando dolor.
A partir de la cuarta semana de vida del bebé la lactancia ya se ha establecido y se puede utilizar el chupete como apoyo a los que no tienen acceso al pecho de su madre en todo momento.
El chupete no debe ofrecerse como sustituto de la atención de los padres. Cuando el bebé está intranquilo o llorón, lo que necesita son los brazos de los padres acunándolo o acariciándolo, mientras se le habla con suavidad o se le canta, así se sentirá querido y podrá construir una base emocional segura y confiada, importante para su vida afectiva futura. El contacto afectivo con los padres debe ser la base de su tranquilidad y bienestar, siendo el chupete un mero apoyo.
Recomendaciones para su uso
El chupete es el método más efectivo para evitar la succión del dedo, que tiene secuelas más graves. Además, el chupete se le pude quitar al bebé en cualquier momento, mientras que el dedo el niño siempre sabe dónde encontrarlo.
• Ajustar el tamaño del chupete en relación a la boca del bebé y que tenga forma anatómica.
• No mojar el chupete en azúcar, zumo o miel ya que puede provocar la aparición de caries en los dientes de leche.
• No utilizar el chupete para retrasar una comida.
• Retirar el chupete antes de los dos años. Los problemas pueden llegar cuando el niño utiliza el chupete más allá de esa edad, afectando la posición de los maxilares y dientes y deformando el paladar.
Se ha demostrado que hay una asociación entre el uso del chupete y una reducción de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Este síndrome se define como el fallecimiento repentino e inesperado de un niño menor de un año aparentemente sano, sobre todo durante el sueño. Suele darse con más frecuencia entre los 2-4 meses de vida. Se desconoce el mecanismo por el cual el uso del chupete puede reducir el SMSL o su falta de uso aumentarlo, pero dada la evidencia científica disponible se recomienda el uso del chupete en los niños alimentados con biberón y mientras duermen, hasta el primer año de vida. También sería beneficioso cuando el bebé no tiene mucha fuerza para succionar ya que el uso del chupete sería como una especie de gimnasia.
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