Mar Tarazona. Odontóloga
Desde hace miles de años los orientales, en especial los chinos, encontraron una relación directa y emocional entre las diferentes partes del cuerpo. Descubrieron canales de energía y les llamaron meridianos. Cada meridiano pasa por uno o más órganos, por dos o más dientes, y se conectan con diferentes emociones. No sé cómo la pérdida de dientes puede afectar a estos meridianos, pero es mejor extraer el diente si es un foco interferente en la salud del individuo.
Tenemos tres opciones para reponer los dientes perdidos:
Aparato removible de plástico, que no es muy caro, bastante inocuo pero incómodo, frágil, daña las piezas donde se apoya y puede causar alteraciones a nivel emocional. Es móvil y se puede extraer con facilidad de la boca. Tiene la ventaja de ser cómodo en su limpieza, así como para la propia higiene bucal del paciente.
Un puente, que es más estético, más cómodo, más duradero, no tiene implicaciones emocionales, pero hay que desgastar los dientes sanos adyacentes. El material de elección es el óxido de circonio, estético, fuerte, puro, biocompatible y capaz de ser utilizado en puentes dentales largos.
Los implantes son fijaciones de titanio que se colocan mediante una intervención en la consulta dental y con anestesia local. Se oseointegran en el hueso maxilar o mandibular para sustituir las raíces de los dientes perdidos. Sobre esta fijación de titanio se coloca una corona, para conseguir una pieza artificial.
Las características del titanio lo acercan bastante a lo que se puede considerar "material biocompatible". No se oxida, no se corroe, no es buen conductor del calor ni de la electricidad, no es tóxico y no presenta alteraciones del sistema inmune.
Se puede realizar un testado previo del titanio sobre el cuerpo del paciente. Hay que realizar un estudio de las conexiones que tiene la zona a implantar sobre meridianos. Si el órgano relacionado presenta enfermedades o sintomatología, sería una contraindicación para colocar el implante. Cuando hay enfermedades graves que afectan al sistema inmune, al metabolismo del hueso, infecciones específicas, tumores malignos o radioterapia en grandes dosis, lo mejor es buscar otras soluciones distintas al implante.
El hábito de fumar empeora el pronóstico e influye negativamente en la osteointegración. También hay que valorar el trastorno emocional que supone para el paciente vivir con un aparato removible.
Como hemos visto, existen diferentes tipos de prótesis bucodentales, lo que hay que hacer es un estudio para saber cuál es la mejor opción y qué aceptará el cuerpo de cada persona.
Los materiales para las prótesis son muy diversos, pero tenemos que utilizar los más biocompatibles.
Al final la elección dependerá de cada caso en particular, nosotros podemos aconsejar pero el paciente es el que tiene que decidir.
Todavía tenemos que encontrar un material único que sea compatible para todos y la mejor manera de restaurar la boca de un paciente para una salud óptima. La solución perfecta aún hay que encontrarla. Debemos mantener una mente abierta y seguir buscando respuestas.
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