Mar Tarazona. Odontóloga
Se piensa que los dientes de leche tienen poca importancia debido a que serán remplazados por los definitivos. Pero la verdad es que son importantísimos ya que sirven para que el niño mastique bien, hable correctamente, mantenga el espacio para los dientes permanentes y conseguir una sonrisa sana y bonita.
Para mantener una boca sana desde la infancia hasta la edad adulta debemos llevar al bebé al odontopediatra antes del primer año de vida. Lo ideal es que lo hagamos para que no tenga caries, no para curarlas. Los consejos tempranos y las revisiones periódicas nos ayudarán a lograrlo.
Los dientes de leche se empiezan a formar a partir de la sexta semana de embarazo y siguen desarrollándose hasta erupcionar en la boca. Cualquier problema de salud de la madre o del bebé durante este periodo puede afectar a la estructura de estos dientes, motivo por el cual es muy importante la alimentación de la embarazada.
La lactancia materna tiene enormes beneficios nutritivos, inmunológicos y emocionales para el bebé ya que le proporciona satisfacción, placer y seguridad.
La succión del pecho ayuda a que la mandíbula avance en su posición y ejercita los músculos mas-ticadores y faciales, favoreciendo el correcto posicionamiento de las arcadas dentarias y consiguiendo una buena oclusión dentaria.
La lactancia materna nos ayuda en la respiración nasal del bebé, en la correcta posición de la lengua, en el buen desarrollo de la musculatura oral, en el mantenimiento de un patrón de deglución correcta, siendo todos ellos factores importantes para la salud futura de nuestro hijo.
En caso de que se decida la madre por una lactancia mediante biberón debe ser consciente que no se fomenta el crecimiento y desarrollo de los maxilares y de la musculatura facial como en la lactancia materna, y estos niños resultan ser más propensos a desarrollar maloclusiones.
Es importante si se usa biberón seguir estos consejos: los orificios de salida de la leche deben ser pequeños, que el bebe esté en una posición vertical en vez de horizontal al tomar, evitar el uso del biberón nocturno con cualquier líquido que no sea agua una vez haya dientes en boca, dejar de usarlo sobre los 12-18 meses de edad intentando que el niño beba los líquidos en un vaso.
La higiene bucal es uno de los factores más importantes para evitar la caries dental.
Desde el nacimiento hay que realizar la limpieza de las encías una vez al día, con una gasa húmeda o un dedal de silicona se masajean.
Alrededor de los 6 meses erupciona el primer diente de leche, siendo obligatoria la higiene dos veces al día (mañana y noche). Utilizando lo mismo que para el masaje de encías, se limpian también los dientes, la lengua, el paladar y las mejillas. Cuando el niño ya cumple un año se puede realizar la higiene bucal con un cepillo dental del tamaño de su boca y empezar a usar el hilo o cinta dental entre las zonas de contacto de las muelas antes de dormir cuando le salgan éstas. El adulto es quien debe realizar el cepillado dental hasta aproximadamente los 8 años, aunque podemos permitir que el niño juegue un ratito cepillándose. A partir de esa edad, supervisar el cepillado nocturno hasta la adolescencia.
Aparte de la higiene oral, hay que tener otros factores en cuenta para evitar las caries en los dientes de leche. A partir de la aparición del primer diente de leche se desaconseja la alimentación nocturna, en caso de continuar haciéndola se debe procurar limpiar los dientes después de la toma nocturna. Hay que llevar una alimentación correcta, no ofrecer al niño azúcares refinados como golosinas, galletas, zumos industriales, bollería, chocolates, helados, etcétera, antes de los dos años de edad. Evitar alimentos con sacarosa entre comidas, pues se aumenta la posibilidad de desarrollar caries precoz. Si lo toma, realizar la higiene bucal inmediatamente después.
Hay niños que toman medicación prolongada, convirtiéndose en pacientes de alto riesgo de caries y deben ser revisados con más frecuencia. Ello es debido a que muchos medicamentos pediátricos tienen un alto contenido en azúcares. También hay que controlar más a menudo a los niños que presentan defectos en el esmalte de sus dientes de leche (hipoplasia) ocasionados por alguna alteración durante su formación, estas superficies son más susceptibles a caries. Los bebés prematuros o con bajo peso al nacer tienen más probabilidades de presentar estas hipoplasias del esmalte.
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