Mar Tarazona. Odontóloga
Lo ideal es que antes de quedarte embarazada te revises la boca, trates los problemas y que empieces con la boca sana, ya que los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo pueden comprometer tu salud bucodental afectando a la salud de tu hijo.
El problema más frecuente es la gingivitis o inflamación de las encías, sobre todo entre el tercer y octavo mes del embarazo. Éstas aparecen enrojecidas, inflamadas, dolorosas y sangran con facilidad al cepillarse los dientes. Se debe a la acción de hormonas como la prolactina y los estrógenos, que aumentan la irrigación sanguínea en el cuerpo. El problema sería que la gingivitis derivara en una periodontitis, lo que podría provocar la pérdida de algún diente.
Puede aparecer una tumoración benigna llamada épulis o granuloma del embarazo, se localiza en una zona con gingivitis y crece rápidamente. Está asociado a una mala higiene oral y lo normal es que desaparezca espontáneamente después del parto.
Se debe visitar al dentista al menos una vez durante el embarazo y será más cómodo hacerlo en el segundo trimestre (siempre que no haya una urgencia).
Hay que cuidar la boca adecuadamente cepillando los dientes y encías correctamente al menos dos veces al día con un cepillo suave y pequeño. También hay que utilizar la seda dental o cepillos interproximales entre los dientes al menos una vez al día.
Debemos mantener una dieta sana, evitando alimentos azucarados, las bebidas carbonatadas y mejor fruta fresca en vez de zumos industriales. Habitúate a comer manzanas a mordiscos. Comida así, esta fruta ayuda a limpiar entre los dientes, fortalece las encías, previene la gingivitis y regenera la saliva.
El tratamiento dental y periodontal no debe demorarse como consecuencia del embarazo. El beneficio del mismo es superior a los mínimos riesgos que conlleva. Las citas deben ser cortas y cómodas, evitando la posición incómoda de la embarazada en el sillón dental. La posición más recomendada es la semisentada.
La tila se puede utilizar en enjuagues con la infusión de sus flores y tiene una acción astringente, cicatrizante, hemostática y sedativa (de todas formas es mejor que lo consultes con tu médico).
Cuando el problema ya no afecta sólo a las encías sino que se empieza a perder el hueso de los soportes dentales podemos tomar sílice orgánica y el carbonato de calcio que se encuentran en las siguientes plantas: bambú tabashir, cola de caballo, dolomita y litotame. Pero para tomar estos productos es mejor que hayamos finalizado el embarazo y la lactancia.
Otra alteración que hay que vigilar durante el embarazo es la rápida evolución de las caries. El incremento del metabolismo, los cambios en la flora bacteriana y la mayor apetencia de las embarazadas por los alimentos azucarados pueden hacer que el deterioro del esmalte avance más rápido. Este problema se puede agravar por las náuseas y vómitos, que son comunes durante el primer trimestre del embarazo, aumentando la acidez de tu boca. Para reducirla puedes hacer enjuagues bucales (sin tragar) con una cucharadita de bicarbonato sódico diluido en agua.
Para las náuseas y vómitos también nos puede ayudar el jengibre en cápsulas o simplemente echar en un té de manzanilla una pizca de jengibre tubérculo (dos o tres gramos), dejar que se macere por cinco minutos. Tomarlo especialmente cuando vienen los síntomas.
El té de melisa y el té de menta también nos pueden ayudar; hay que hervir la planta en método de ebullición. El té verde (no hay que tomar demasiada cantidad) posee propiedades antibacterianas y ayuda a prevenir las caries.
Para combatir el mal aliento (debido a los vómitos o al reflujo gastroesofágico), prueba a beber infusiones de manzanilla, sin abusar.
Las aftas bucales son también más frecuentes en esta etapa. Puedes aplicarte durante un rato (no horas) un poco de pulpa de aloe vera.
Los nutrientes de esta planta ayudan a regenerar las células de todas las capas de la piel.
Por último, y lo más importante, es disfrutar de esta etapa de tu vida porque como vivas tu embarazo es importante para ti y el bebé, que está unido emocionalmente a ti y siente en todo momento lo mismo que tú.