Carla Iglesias. Aqua Aura
En octubre de 2015 la maestra Amanda Bell, del sistema Waldorf, hizo un interesante comentario sobre cómo el preadolescente se prepara para un profundo cambio de su Ser. A los 12 años empieza una gran revolución evolutiva y hay que sentar las bases para la adolescencia que pronto llegará. En las escuelas Waldorf, según su programa educativo, es momento de estudiar "los romanos”, y Bell explicaba por qué: las colonias romanas se encontraban en todas partes con tribus y culturas variopintas que se resistían y no colaboraban con ellos, entonces les daban dos opciones: rendirse y unirse al imperio o serían aplastados. “Aquí hay una imagen muy plástica de la situación del alma de los niños en ese momento. El mundo en general juzga a los adolescentes; los critica, los etiqueta, y ellos simplemente piensan ‘yo soy así’. La idea del yo los conduce a una gran duda... ¿y quién soy yo?”.
En base a esta idea buscaremos minerales adecuados para conectar con su Ser superior, y también combinaremos minerales que le aporten una energía adecuada para su gran tarea de vida en ese periodo que incluye el estudio, la confianza, la superación y la aceptación de uno mismo.
El cuarzo con rutilo será un gran aliado, juntamente con hermosas fluoritas colocadas estratégicamente en el lugar de estudios.
En este siglo XXI que nos toca vivir tenemos que aprender a cohabitar con la bella y la bestia del momento: la tecnología. Lógicamente los adolescentes acceden demasiado pronto a las nuevas tecnologías, pero estaría muy bien que les expliquemos que la energía que desprende un móvil no es compatible con el campo magnético generado por los minerales, y así animarlos a usar ordenadores cuando es preciso para el estudio sin estar pendientes del móvil. Cada uno conoce el adolescente que tiene cerca, pero no nos olvidemos que siguen nuestro ejemplo.
Y como somos los padres quienes con normas básicas podemos ayudarlos. En las habitaciones donde estudian deberíamos colocar una turmalina negra, piedra encargada de absorber toda la energía negativa del lugar. Además, cuatro fluoritas en canto rodados cerca de la mesa de estudio, para conseguir una emisión de energía de concentración y equilibrio. El cuarzo con rutilo que ya mencioné antes debería ir colgado siempre del cuello y solo se quitaría al ir a dormir.
También es muy recomendable hacer un pequeño mándala sobre un espejo en la misma habitación, que debe tener en el centro una amatista, seis puntas de cuarzo rodeándola y cuatro pequeñas turmalinas formando un cuadrado (foto).
Previamente, hay que limpiar con agua y jabón todas estas piedras y una vez a la semana, como mínimo, se debe repetir el procedimiento para así conseguir una energía limpia y pura en ese espacio.
El cuarzo con rutilo tendría que ser elegido por el adolescente, quien también lo debería lavar y pasarlo por incienso muchas veces, conectando con lo sagrado. A través de ese pequeño gesto recordará que tiene que cultivar su templo interior y que con pequeños gestos obtenemos grandes resultados.
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