Carla Iglesias. Aqua Aura
La meditación afortunadamente hoy es una práctica habitual y necesaria. Los que sabemos que nuestro cerebro necesita su momento de descanso, y nos atrae el mundo mineral, solemos meditar con minerales varios, especialmente cuarzos.
Normalmente elegimos el mineral, nos sentamos o tumbamos y empezamos la experiencia. Para la inmensa mayoría eso debería ser suficiente, conseguimos así aumentar nuestro campo energético y conectarnos enseguida con el reino mineral.
Si eres la excepción, o solo el contacto con el mineral te causa incomodidad, probablemente sea porque, como les sucede a algunas personas al meditar con una sola piedra, creas un desequilibrio energético en el cuerpo. Los seres humanos tenemos corrientes energéticas en el cuerpo y además éstas tienen un sentido de entrada y salida.
La lateralidad, dirigida por los hemisferios del cerebro, aplicada a la colocación de cuarzos en las palmas de las manos, suele seguir normalmente el orden: mano izquierda, entrada de energía; mano derecha, salida de energía.
Por eso, cuando meditamos con una sola piedra y somos muy sensibles a las energías, creamos un desajuste en ese circuito. Lo ideal es, si se trata de un solo mineral, que la meditación se haga sentado y con las manos sirviendo de soporte al mineral, como en postura del loto.
Si queremos aumentar el flujo energético, podremos utilizar dos puntas de cuarzo, o dos esferas o incluso dos cantos rodados, pero siempre uno en cada mano.
Con puntas de cuarzo: al tener una entrada y una salida energética, las puntas deben colocarse en las palmas de las manos de la siguiente forma: en la mano izquierda, la punta hacia el cuerpo; en la derecha, la punta hacia fuera, o sea, hacia los dedos.
Con ese simple gesto conseguimos potenciar el motor cristalino que todos llevamos dentro.
Siempre, en cualquier práctica energética, lo más importante es observar las sensaciones y los resultados.
Se han visto casos donde los ambidiestros experimentan verdaderos problemas al meditar con una sola piedra. También puede ocurrir que al momento de empezar la meditación sintamos la necesidad de invertir la dirección de las puntas de cuarzo.
Lo curioso de esta práctica es descubrir cómo la corriente energética se activa.
Las personas zurdas deben colocar las piedras al revés. Además es conveniente que éstas sean ligeramente diferentes, y así identificamos qué piedra nos funciona mejor en cada mano, y meditaremos invariablemente con las mismas piedras en la misma distribución.
Es recomendable elegir cuarzos en bruto, nunca pulidos, ya que a veces son íntegramente retallados y no corresponde su forma pulida con la original.
Con esferas: además de potenciar la energía, añadimos la esencia del símbolo, en este caso el equilibrio de la energía femenina.
Con cantos rodados: al no ofrecer forma regular, la energía de los rodados es mucho más suave, ideal para quien le guste experimentar las sensaciones poco a poco.
Los cuarzos, sean de la forma que sean, deben ser de tamaño pequeño y preferiblemente utilizados solo para ese fin. Es conveniente guardarlos juntos y solo compartirlos con personas energéticamente afines con nosotros.
Disfruten de la experiencia y ofrezcan con la meditación el necesario bienestar cristalino a vuestro ser. Y recuerden que sigo respondiendo a vuestras preguntas a través del correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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