Carla Iglesias. Aqua Aura
El precioso color de la rodocrosita es debido al manganeso y, como a casi todas las piedras de color rosa, la situamos en el cuarto chakra. Este mineral, frecuentemente encontrado en Argentina, algunas veces en Estados Unidos, los montes Urales y Rumania, es una piedra clasificada como de dureza cuatro según la escala de Mohs, que va del 1 al 10 –o sea, un mineral blando–, que requiere determinados cuidados, como alejarla de la sal, perfumes, jabones y especialmente del sol.
Cuando tengamos una rodocrosita lo primero que debemos hacer es lavarla y luego hidratarla con algún aceite natural.
La propiedad de esta piedra es derribar los muros emocionales que el dolor ha construido en nuestro corazón. Todos, en algún momento, hemos pasado por situaciones difíciles y como un acto reflejo para protegernos, levantamos una barrera de protección. Al llevar una rodocrosita podemos ser capaces de respirar profundamente y liberar un dolor que habíamos guardado durante años.
Su energía es dulce y sanadora, un verdadero regalo para alguien que se da cuenta de que el amor –como energía pura y divina– está a su alcance, pero que por miedo al sufrimiento no lo deja entrar.
Lo ideal con este mineral es llevarlo colgado como mínimo nueve días. Si los sentimientos afloran y de repente abrimos los brazos y abrazamos a alguien como hacía tiempo no lo hacíamos, eso significa que la rodocrosita nos está curando y dando la oportunidad de superar obstáculos, derrumbando barreras emocionales.
Es importante trabajar con la rodocrosita juntamente con la turmalina negra, que absorberá y mandará al fondo de la tierra toda la energía que no sea compatible con nuestro corazón.
En gemoterapia
La rodocrosita en gemoterapia se trabaja mucho antes de colocar cualquier otra piedra en el corazón.
Después de un momento de relajación y de varias respiraciones profundas, la ubicamos durante tres minutos a la altura del esternón, luego la retiramos y ponemos un cuarzo rosa dos minutos más.
Con esta práctica poco a poco sanaremos con dulzura el corazón que ha sido herido, dándole la oportunidad de volver a sentir la esencia pura del amor.
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