Olga Lava Mares. Kinesióloga e Instructora de Terapeutas
¿Qué es el alma? Me gusta preguntar a mis alumnos qué significa para ellos. Las respuestas son variadas en función de sus creencias o religiones, aunque la mayoría de las explicaciones tienen en común que es una energía que anima al cuerpo, que en ella se guardan todas las memorias de las experiencias vividas y que es el vínculo entre lo humano y lo divino.
Desde el punto de vista de la Metafísica, nuestro ser divino (la fuente o el origen) se densifica en un alma y el alma se densifica aún más encarnando en un cuerpo físico que toma como vehículo para experimentar y evolucionar. Cuando la persona fallece, el alma abandona este cuerpo y se eleva a planos superiores, donde revisará los sucesos que ha experimentado y decidirá qué nuevas experiencias necesita para continuar su evolución. Encarnando en otro cuerpo como un nuevo vehículo, esta energía sutil del alma, al igual que el conductor de un coche, guiará a los distintos cuerpos físico, emocional y mental en sus diferentes aprendizajes. Así pues, solemos decir "tengo un alma", cuando lo correcto sería decir "mi alma tiene un humano". En realidad somos seres de luz viviendo una experiencia humana.
El alma es una estructura energética que debe interpenetrar cada órgano y célula para que exista salud, bienestar y equilibrio. Sin embargo no siempre es así, muchas veces las distintas personalidades del ego toman las riendas de nuestra experiencia humana cuando es el alma quien debería hacerlo y nos quedamos anclados en diferentes traumas o adicciones emocionales.
Existen diferentes factores que pueden provocar la pérdida de la salud y el bienestar:
• La información errónea que se envía a las células.
• El karma, situaciones no resueltas en esta u otras vidas pasadas.
• Las energías interferentes que se acoplan a los cuerpos energéticos en función de la vibración que el individuo tenga (miedo, enfado...). Existen diferentes energías involucradas en la desarmonía.
• Los pensamientos repetitivos. Ocurre cuando, por más que lo intentamos, no podemos dejar de pensar en una situación, ya sean hechos pasados o futuros. Esto ocasiona que se hagan fisuras en el campo electromagnético y se retroalimenten las redes neuronales.
• Los eventos traumáticos en nuestra vida ya sean accidentes, abusos, disgustos o traiciones, que van a provocar que las uniones energéticas existentes entre el cuerpo y el alma se rompan, quedando el alma desplazada.
Con la Kinesiología del Alma resolvemos estos conflictos para que el alma vuelva a acoplarse y tengamos mucha más energía disponible. Esta terapia nos ayuda a reconocer nuestros patrones y pautas de conducta en las diferentes situaciones de la vida o en nuestras relaciones. Podemos averiguar el origen de estos comportamientos gracias al testeo kinesiológico y a partir de ahí sanar sus aspectos mentales y emocionales hasta liberar todas las creencias limitantes. De esta forma, el evento traumático desaparece en el nivel emocional y energético, y como consecuencia de ello, también en el físico.
Al desactivar estos patrones y redes neuronales la persona cambia de comportamiento y actitudes, desaparecen las enfermedades (remisión espontánea), cambia la frecuencia vibratoria, por lo que se deja de atraer personas y situaciones de determinada vibración. La persona va despertando a otra realidad, cambiando la percepción que tiene del mundo y esto le permite generar un nuevo futuro, con una nueva forma de vida exitosa, sana y con relaciones positivas.