Teresa Márquez Sanmartín. Formadora de Acuyoga
Oriente nos dice que la enfermedad no es solo un conjunto de síntomas, es un estado del Ser, manifestándose a través de síntomas físicos. La salud no es solo ausencia de enfermedad, es vivir de acuerdo con nosotros mismos y comprender el mundo que nos rodea. Todos llevamos una carga emocional que nos hace actuar en desacuerdo con lo que realmente queremos o sentimos y esto produce un desequilibrio en el actuar, pensar y sentir, que se traduce en tensiones físicas y bloques energéticos. Estos bloqueos, conscientes o no, obstaculizan el buen funcionamiento del organismo y el equilibrio natural del cuerpo.
La tensión (estrés) siempre nos acompaña -en unos más, en otros menos-, es producto del diario vivir que se acentúa en estos tiempos donde los cambios se producen rápidamente y sufrimos una constante sobreestimulación.
El propósito de la tensión es alertar que estamos en desarmonía y guiarnos hacia la recuperación. Lamentablemente en muchos casos no advertimos los llamados de atención que nuestro cuerpo nos hace y nuestra salud se resiente.
Cuando la energia se libera en Acuyoga, fluye a través de los canales energéticos y va nutriendo todos los órganos internos y sistemas del cuerpo. Esta energía es la fuente de toda vida y cuando circula libremente conduce a la salud plena. Circula para regular y equilibrar nuestros sistemas respiratorio, digestivo, endocrino, vascular, linfático, urogenital y nervioso. También equilibra nuestras emociones.
La cabeza es un “órgano” que rápidamente reacciona. Cuando algo va mal, denuncia la situación mediante el dolor. Este dolor puede ser producto de un desequilibrio físico como respuesta a una emoción negativa, una preocupación excesiva, una intoxicación, en periodos menstruales, por malas posturas, un fuerte sentimiento de querer controlar todo, inflexibilidad psicológica, muchas horas frente al ordenador sin ser concientes de la posición que adoptamos.
La columna cervical también suele estar implicada en los dolores de cabeza. Si estas vértebras están desalineadas provocan tensión en el cuello y en los músculos de la cabeza. La zona cervical es atravesada por 5 meridianos, se cruzan las redes nerviosas, es el punto de encuentro entre el pensamiento y el sentimiento, que no siempre están en armonía bloqueando el chakra de la garganta, relacionado con la expresión y creatividad por medio de la palabra.
Los alimentos también juegan un importante rol en esta dolencia, entre ellos la sal y el azúcar, que se encuentran en exceso en todos los alimentos procesados. La sal (yang) tiene un efecto de contracción que acentúa la tensión. El azúcar tiene efecto tóxico, expansivo (ying) que puede causar latidos en la cabeza.
También puede existir una predisposición genética. Sea lo que sea, hay maneras de subsanar o aliviar esta dolencia cuando llegamos a la raíz del dolor y no envolvemos el síntoma con un calmante.
La tensión en la cabeza está relacionada, desde la mirada del Acuyoga, con desequilibrios en los meridianos de vesícula biliar, vejiga, triple calentador, vaso gobernador, meridanos que llegan a la cabeza. Ejercer presión sobre puntos específicos de estos meridianos produce cierto alivio instantáneo. Existen puntos de otros meridianos que alivian este dolor, como el meridiano de intestino grueso, riñón, hígado, estómago.
El estreñimiento suele también producir este tipo de dolor. El punto 4, llamado “Hoku”, del meridiano de intestino grueso, localizado en el pliegue interdigital entre el pulgar e índice, ayuda a aliviar la congestión tanto en la cabeza como en el sistema digestivo, además de controlar la dieta. Este tipo de dolor de cabeza se centra, generalmente, alrededor de la frente o de los senos nasales.
Un buen masaje abdominal mejora tanto el estreñimiento como el dolor de cabeza. Visualizar una circunferencia por encima del ombligo, imaginar que es un reloj y se va presionando puntos en cada hora: las 6 está por encima del ombligo; las 12, debajo de la punta del esternón; las 9, en el lateral derecho, y las 3, en el izquierdo.
Los chinos conectan el abdomen con la mente. Si el abdomen es débil las facultades mentales también lo serán; si los intestinos están muy cargados, el pensamiento también puede estar atascado. Con una buena dieta vegetariana y ejercicios se puede mejorar la evacuación y dar lucidez a la mente.
La práctica de la respiración de fuego (Agni Pran), además de los múltiples beneficios que su práctica nos aporta, tonifica el área abdominal, moviliza la energía de esa zona y en postura diamantina estimula puntos del meridiano de estómago, mejorando la digestión.
Generalmente estos puntos al ser presionados, mediante dígito o por medio de posturas, duelen bastante, lo cual nos indica que el órgano relacionado se encuentra inflamado o intoxicado y, por lo tanto, en desequilibrio.
También el dolor de cabeza puede ser causa de patologías más severas. Si no cede el dolor con el autotratamiento se debe recurrir a un diagnostico médico.
En todos los aspectos de la vida, la autoobservación, el autoconocimiento, la práctica de la meditación diaria, producen una apertura de conciencia que nos muestra que lo realmente beneficioso es hacernos responsables de cuanto nos acontece, hacernos dueños de nuestra propia vida y, desde ahí, hacer cambios que den por resultado una vida saludable, conciente, plena y en constante presencia del Ser.