Olga Lava Mares. Kinesióloga e instructora de terapeutas
La Kinesiología del Alma es una terapia evolutiva cuya finalidad es ampliar la conciencia para avanzar en nuestro proceso de crecimiento personal. Averiguar en qué punto nos encontramos, qué cosas todavía nos limitan: miedos, carencias, dudas, escasez... es necesario. Sin embargo, es crucial saber de dónde vienen estos comportamientos, cuándo se generaron esos patrones que repetimos constantemente, proyectando y atrayendo a nuestra vida justamente lo que no queremos. Para poder cambiar nuestro presente y futuro hay que deshacer las creaciones que realizamos en el pasado.
Algunas veces son comportamientos heredados de nuestros ancestros a través de la genética, otras veces son situaciones por las que hemos pasado en vidas anteriores y que han dejado una información registrada en el alma, algo kármico que debemos resolver para no seguir repitiendo vida tras vida. Otras veces son simplemente programaciones que hemos realizado en momentos de mucho estrés y temiendo por nuestra supervivencia. O eventos traumáticos que nos han marcado de tal manera que la información desaparece de la mente consciente, no lo recordamos porque simplemente es tan doloroso que sería imposible seguir viviendo con ello, pero se guarda en el subconsciente saboteando cada una de nuestras acciones y decisiones en el momento presente. Las improntas, las adicciones y lo que llamamos la asimilación de la sombra.
¿Y qué es la sombra?
Es el nombre que se utiliza para definir aquella parte de nosotros mismos que no aceptamos, generalmente porque tenemos algún tipo de juicio hacia ella, y que se guarda en el subconsciente.
Cada vez que respondemos ante algo de una forma rígida e inflexible, ya sea a favor o en contra, podemos empezar a pensar que nos encontramos en el terreno de la sombra. Cada vez que algo nos molesta de una forma exagerada o cuando el comportamiento de alguien nos resulta insoportable, en realidad nos está haciendo de espejo para mostrarnos esa parte de nosotros mismos que tanto nos incómoda. Otra pista nos la da el sentido del humor, las personas que no saben reírse de sí mismos y de su propio ego están rechazando y reprimiendo su sombra.
En realidad, todos tenemos una parte de luz y una de oscuridad (la sombra), la una sin la otra no podrían existir, son como las dos caras de una misma moneda. Pero tenemos una tendencia a rechazar lo que no nos gusta de nosotros por diversas razones: nos dijeron que enfadarse es feo, que expresarse o decir "no" está mal visto, que llorar es de nenas, que si nos comportamos como realmente somos no nos van a querer, nos van a rechazar... Y una infinidad más de creencias que sólo sirven para limitarnos. Seguimos viviendo en la dualidad, en el juicio y no somos capaces de ver que no hay diferencias, que no existen las cosas malas o buenas, lo positivo o lo negativo, sino que todo forma parte de un aprendizaje y de las experiencias que nuestra alma elige vivir para evolucionar. Si llegamos a entender que somos seres de luz viviendo una experiencia humana podremos conectar con la conciencia de que todos somos Dios (energía, amor, universo, polvo de estrellas o como lo quieras llamar) y que nuestra mente humana analiza, clasifica, juzga y critica, porque al fin y al cabo ese es su papel. Pero mientras estamos identificándonos con esos personajes, creyendo que nosotros somos eso, sufrimos y no podemos vivir una vida plena y feliz como nos corresponde.
Podemos observar nuestra sombra a través de los actos cotidianos, las reacciones, los comportamientos hacia los demás y hacia nosotros mismos. También podemos preguntarle al cuerpo dónde nos duele, qué emoción hay oculta, qué alimenta esa emoción. El cuerpo tiene todas las respuestas, refleja todas aquellas emociones que se hallan en el subconsciente, y nuestra sombra se revela en los músculos, los huesos, los órganos...
No siempre resulta fácil identificar o ser conscientes de nuestra sombra, pero la integración de la misma se hace imprescindible para cualquier persona que pretenda evolucionar y esté firmemente comprometida con su crecimiento espiritual. Mientras luchemos contra la sombra eso solo servirá para reforzarla y atraer a nuestras vidas una y otra vez las situaciones o tipos de personas que más rechazamos, o simplemente nuestro cuerpo enfermará hasta el día en que decidamos resolver eso que no estamos queriendo mirar. La clave del éxito está en aceptar la propia sombra, saber canalizarla, aprender de los errores y fracasos para extraer todo su potencial y energía. Utilizarla en nuestro propio beneficio, es decir, convertir el problema en la solución.
La Kinesiología del Alma nos ofrece la oportunidad de poder revisar todos esos aspectos y situaciones que tenemos por resolver, de una forma suave y amorosa. Las memorias del alma guardan toda la información tanto de esta vida como de las anteriores. A través del test kinesiológico podemos acceder a ellas mientras la persona está totalmente consciente y participa de forma activa en el proceso. De este modo se puede observar e integrar toda la información que aparece. Poner paz en dichas situaciones nos da la conciencia que nos lleva a la aceptación, nos ayuda a evolucionar y a ver las cosas con una nueva perspectiva.