Olga Lava Mares. Kinesióloga y Formadora de Terapeutas
Los seres humanos somos completamente emocionales, sin embargo este aspecto nuestro es el que más nos cuesta manejar. Todos experimentamos las reacciones psicofisiológicas que provocan las emociones ante los distintos retos de la vida, pero pocas veces somos conscientes de que cuando no sabemos procesar esto puede llegar a enfermarnos.
Cuando experimentamos el miedo ante una amenaza a nuestra supervivencia, la tristeza cuando perdemos a un ser querido, la ira ante una confrontación con nuestros semejantes o la alegría al celebrar nuestros éxitos, está bien y es sano vivir las emociones con toda su intensidad y de forma responsable; el problema sucede cuando luchamos contra lo que sentimos, no queremos o no sabemos expresarlo y lo reprimimos, entonces esa información, esa energía se densifica y queda atrapada en alguna parte de ti generando estrés, ansiedad y sufrimiento.
Puesto que somos seres complejos con distintos aspectos y todos ellos están conectados entre sí y afectan los unos a los otros, si existe una incapacidad en procesar determinadas emociones, todo nuestro sistema se verá afectado.
Existe un concepto en Kinesiología muy interesante llamado el Triángulo de la Salud, en el cual se compara al ser humano como un triángulo equilátero, en el cual cada parte –la emocional o psicológica, la nutricional o bioquímica, la estructural o física, y la energética– tiene que estar en equilibrio y armonía con las demás.
Un ejemplo para entenderlo sería el de una persona que vive bajo mucho estrés, tiene problemas financieros o de pareja, cuando los síntomas empiezan a aparecer es señal de que existe un desequilibrio. Como el aspecto emocional del triángulo se distorsiona, también el aspecto bioquímico lo hace (a través de los sistemas nervioso y endocrino), se extiende al aspecto psicológico aún más (derivando en ansiedad, depresión o ira) y a su vez tiene un impacto negativo en la estructura (la tensión o espasmos en los músculos esqueléticos, o los músculos lisos de los órganos internos), resultando así en una enfermedad física, dolores, problemas posturales o mala salud ya que el funcionamiento de los órganos internos también se ve afectado.
En Kinesiología tenemos herramientas eficaces para equilibrar cualquiera de estos aspectos, consiguiendo que el cuerpo recupere su capacidad de autosanación y como resultado viéndose afectados positivamente todos los demás ámbitos.
La Kinesiología es un sistema que aunque de reciente creación (los años 60) ha demostrado repetidamente su carácter científico y su eficacia. Basada en la Medicina Tradicional China, la Quiropraxia, la nutrición y otras técnicas energéticas, consigue excelentes resultados en aliviar dolores, liberar el estrés y la ansiedad, mejorar trastornos musculares y nerviosos. También puede detectar deficiencias nutritivas, resolver problemas psicológicos y de aprendizaje, estimular energías y liberar el potencial bloqueado.
Desde el 17 al 21 de julio se celebra en Valencia el curso intensivo de Kinesiología Básica, dirigido a cualquier persona que esté interesada en aprenderlo aunque no tenga conocimientos previos y que quiera aumentar y mejorar su bienestar. También, a todo el personal sanitario y terapeutas que quieran incorporar el uso del test muscular cualitativo en su trabajo: psicólogos, fisioterapeutas, osteópatas, médicos, enfermeros, reikistas, acupuntores, etcétera.
En este curso puedes aprender las bases de la Kinesiología, la Anatomía y la Medicina Tradicional China. Se enseña de forma fácil y sencilla las técnicas para liberar el estrés mental y emocional, equilibrar los órganos a través de la rueda de 14 músculos, detectar intolerancias y alergias alimentarias, sanar los bloqueos energéticos en los meridianos, aliviar los dolores, aumentar la vitalidad, desarrollar conciencia personal y mucho más... Si tienes curiosidad por conocer esta técnica, estás invitado a la charla informativa que tendrá lugar en Alatel el 7 de julio, a las 20 hs., en calle Alcudia de Crespins, 12 -33, Valencia.