Francisco Peña
"El mito es un cuento imaginario que se refiere a asuntos humanos de importancia que afectan al comportamiento cultural, étnico, familiar, o a cuestiones personales, y tiene lenguaje metafórico o simbólico", afirma Stanley Krippner, doctor en psicología, ex profesor de psicología en la Universidad Saybrook, que dirigió durante muchos años el Laboratorio de Investigación del Sueño del Centro Médico Maimónides de Nueva York.
Estudioso de los fenómenos oníricos, Krippner es autor de numerosos libros sobre sueños, espiritualidad, fenómenos paranormales y estudios sobre la conciencia. Algunas de sus obras están traducidas al español, portugués, francés y alemán. Ha realizado talleres y seminarios sobre los sueños e hipnosis en América, Europa, Asia y Sudáfrica.
"Nuestros sueños están llenos de metáforas, y reflejan nuestros mitos y las relaciones cotidianas", dice, convencido de que "nuestros mitos personales afectan nuestra salud, en forma positiva o negativa", exponiendo que a veces se producen contradicciones.
"Cuando dos mitos entran en conflicto –señala– podemos unir las mejores partes de ambos y desechar lo que no sirve, creando un nuevo mito", y aclara que "en ciertos casos no se da la síntesis; así, llega un nuevo mito y otro muere".
En ese marco, "es frecuente encontrar personas que se sacrifican con una enfermedad psicosomática sólo por mantener un viejo mito. Con el hallazgo de uno nuevo, el mal puede detenerse". Y asevera que "la cura de un síntoma físico –teniendo en cuenta lo expresado– permite decir que pudo haber una integración y armonización en el nivel psicoemocional, logrando superar, por ejemplo, episodios de ira, rencor o resentimiento".
Krippner establece así una relación de los sueños con los mitos. "Muchos de nuestros sueños son formas de interpretar los mitos personales. Nada es perfecto y los sueños tampoco, pero pueden ayudarnos. Estamos en condiciones de pedir consejos y respuestas para los problemas a través de los sueños", añade.
Técnica básica
Como técnica básica para trabajar con esa información metafórica que son los sueños, detalla un ejercicio con los siguientes pasos:
1) escribir el sueño en tiempo presente, tal y como ocurrió;
2) identificar las emociones y sentimientos surgidos en el sueño;
3) rastrear elementos similares en la vida cotidiana;
4) asociar la temática onírica con esos elementos;
5) volver a la estructura narrativa del sueño, pero con las asociaciones que hayan aparecido en el paso previo, y
6) identificar la información que transmite el sueño.
Conviene tener sobre la mesa de luz cuaderno y lapicera. "Los sueños son muy frágiles y representan un nivel de conciencia especial. Pasar desde este nivel al ordinario resulta tarea difícil para el cerebro. Por eso, cuando despierten luego de un sueño, de inmediato escriban lo que recuerden", recomienda Krippner.
El psicólogo recuerda que “Jung consideraba que los sueños revelan más que lo que esconden; son mensajeros de la psiquis. Nos enseñan o muestran realidades a través de símbolos o metáforas. Sin embargo, no podemos exagerar. Los sueños nos ofrecen parte de la realidad, no toda”.
De todos modos, recomienda aprender a recordarlos, “una cuestión de práctica y técnica”, y tener en cuenta que soñamos unas cuatro o cinco veces durante la noche. “Cuanto más nos acordemos, mejor”, sostiene.
Por otra parte, explica que “cuando se reiteran determinados sueños, éstos indican que nos debemos dar cuenta de algo. La mayoría de las veces es para que aprendamos a tener más control de la vida, sobre formas de actuar, ya sea en lo físico como en lo mental, emocional o espiritual. También, para tratar alguna enfermedad que se padece”.
Asimismo, comenta que “en nuestro cerebro las conexiones no son lógicas, sino atemporales, los sueños nos enseñan a través de metáforas, que incluyen entrecruzamientos del presente y el pasado, o personas fallecidas, y que no transcurren en forma cronológica”.
Acerca de la existencia de sueños premonitorios, indica que “de vez en cuando hay sueños predictivos, pero son muy raros. La mayoría de los sueños puede explicarse sin necesidad de interpretarlos como premoniciones. Habitualmente, repito, son metáforas. El soñar, por ejemplo, la muerte de un pariente puede significar el cancelamiento de una actitud negativa de parte de quien sueña o de quien es soñado, o también la necesidad de cambiar el tipo de relación entre ambos”.
Krippner opina que en los gabinetes de estudio de la psique "trabajamos mucho en los diferentes estados de conciencia, pero poco sabemos aún lo que ocurre en los estados de nuestros sueños", por lo que, en una iniciativa original que propone personalmente habida cuenta de sus experiencias chamánicas, convendría poner "especial atención utilizando el contacto con el curador interno, esa parte del subconsciente que nos ayuda a curar. El trabajo con el curador interno se hace en conjunto con los sueños y mitos personales".