Si crees que es más “espiritual” caminar, usar la bicicleta o utilizar el transporte público, está muy bien, pero si te descubres juzgando a todos los que conducen un coche, entonces estás en una trampa del ego.
Si crees que es más “espiritual” dejar de ver la televisión y leer las noticias de los periódicos por el daño que éstos hacen, pero te descubres juzgando a todos aquellos que sí la ven o leen los periódicos, estás en una trampa del ego.
Si crees que es más “espiritual” evitar los chismes o los medios de comunicación, pero juzgas a aquellos que no lo hacen, estás en una trampa del ego.
Si crees que es más “espiritual” escuchar música clásica, new age o música espiritual, pero te descubres juzgando a quienes escuchan música pop, rock o de cualquier otro tipo, estás en una trampa del ego.
Si crees que es más “espiritual” practicar yoga, convertirte en vegano, comprar sólo alimentos orgánicos, usar cristales, practicar reiki, meditar, llevar ropa sin marca, visitar templos y leer libros sobre cómo iluminarte, está muy bien, pero si juzgas a quienes no siguen el mismo camino, entonces estás en una trampa del ego.