Iñigo Pérez.Instructor de meditación y autoconocimiento
Buscamos vivir una vida feliz, en armonía, plena, anhelamos llenar ese vacío interior que marca nuestra existencia. Por ello tratamos de encontrar, fuera de nosotros mismos, la manera de cómo llenarnos: diversiones, consumo, habilidades, proyectos, ser reconocidos, el deseo en general.
Sin embargo, a pesar de tantos esfuerzos en la vida, poco dura la satisfacción. Basta el fin de las vacaciones, una mala noticia, un deseo insatisfecho, la rutina..., y tarde o temprano regresamos a ese estado de vacío interior que en el fondo es ignorar el sentido de la vida, ignorar que solo podemos ser llenados por dentro.
Pero cuando uno no se conforma, intuye que hay algo más, cuando hay en su interior un anhelo por conocer, de emprender una búsqueda, se da cuenta de que hay dos tipos de conocimiento.
Hay un conocimiento que nos llega del exterior, a través de libros, documentales, conferencias, conversaciones, cursos, etcétera, que puede ser más o menos interesante, motivador, pero si uno es sincero consigo mismo, descubre que es un conocimiento ajeno, prestado, siempre surgirá la duda de si es cierto o no. Es la doctrina del ojo, del intelecto.
Existe otro conocimiento que brota de adentro, es el autoconocimiento, la gnosis que conforma nuestra sabiduría, y cuando conectamos con ella nos hace felices, saliendo por fin de la duda a través de la vivencia directa, de la autorrevelación. Es la doctrina del corazón, de la conciencia.
Como enseña Sogyal Rimpoche, aprender a meditar es el mayor regalo que uno puede hacerse en esta vida, ya que nos permite emprender el viaje para descubrir nuestra auténtica naturaleza y encontrar así la estabilidad y la confianza que necesitamos para vivir y morir bien.
La meditación es un arte capaz de elevarnos a otros estados de conciencia, niveles de percepción diferentes a los cinco sentidos, más allá de nuestros pensamientos y emociones.
Mediante la meditación podrías recordar quién eres en verdad, para penetrar en lo profundo de ti mismo, conocer lo que fuiste, lo que eres y lo que puedes ser.
La meditación te enseña a darte cuenta de aquello que te hace sufrir, para que la conciencia vaya apartando todo aquello que te hace daño, y se dirija hacia aquello que te hace bien. La eterna lucha luz y tinieblas.
Aprender a sentir con la mente y aprender a pensar con el corazón nos da una posibilidad de trabajo interior profundo. Aunque sea una sola vez al día podemos relajar el cuerpo, la emoción, respirar profundamente, aquietar la mente, vivir el instante, ponernos en contacto con nuestro corazón, con nuestro interior profundo.
Si tenemos continuidad en la práctica, poco a poco la conciencia comienza a despertar, emerge de lo profundo de la mente, sintiéndonos, poco a poco, ser eso que somos en realidad, un alma infinita que jamás nació y que jamás puede morir, porque siempre ha sido y será.
Entonces se presentará el camino, el sendero iniciático.
Algunos caminantes de este sendero interior nos son conocidos: Krishna, Lao Tsé, Moisés, Buddha, Jesucristo, Dogen, Ibn Arabi, Rumi, Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Huiracocha, Blavatsky, Samael Aun Weor, Dalai Lama... y muchos más.
Estos seres son en verdad diferentes, con una sabiduría que es una gran luz que da la posibilidad a millones de almas para que la puedan captar y aprovechar. Nos narran su aventura, sus luchas, sacrificios, su experiencia y comprensión de la vida, persecuciones, éxtasis, meditaciones...
Si sabemos escuchar, nos damos cuenta de que, en esencia, todas las tradiciones tienen un origen común, unos mismos principios que se adaptan en cada época histórica a la cultura a la que va dirigida.
Esta sabiduría se ha transmitido ininterrumpidamente, a través de la historia de la humanidad, como una incesante tradición y revelación que continúa floreciendo a través de los siglos, de los continentes, de las culturas.
Si lo sabemos percibir, comprobaremos que ese conocimiento, esa gnosis, esa luz interior, esa sabiduría divina, ya está en el interior de todo ser humano, de cualquier tiempo y cultura. Nuestro trabajo intenso es dejarla brotar, salir.
La Naturaleza no hace saltos, el camino que uno emprende es paciente:
"La paciencia es la escala de los filósofos y la humildad la puerta de su jardín". (Nicolas Valois)
En nuestros cursos proponemos un trabajo profundo sobre sí mismo, de autoconocimiento que permita, a través de la práctica de la meditación, del Amor, de la alegría de cada instante, del yoga del sueño, psicología de los chakras..., aprender a dejar brotar ese conocimiento propio que ya está dentro de cada ser humano, mediante la revelación mística y la experiencia directa.
En la pedagogía de la meditación comenzamos desde lo más básico.
Realizamos cursos, conferencias, talleres, retiros. En noviembre iniciamos grupo de trabajo, los martes por la tarde.
Más información: gnosisvalencia.wordpress.com
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