Pilar Ivorra. Renacedora, facilitadora en Constelaciones Familiares y Chamanismo, terapeuta TTAE
Se podría pensar que las palabras terapia y espiritual no casan en la misma frase, sin embargo, en mi humilde experiencia he tenido la posibilidad de experimentar, en mí y en las personas que he tratado, que los efectos de la terapia no son duraderos ni lo suficientemente profundos cuando no se toma en cuenta la parte espiritual del ser humano.
En Constelaciones Familiares he visto la desconexión que sufrimos las personas entre nuestros cuerpos, he visto como el cuerpo físico es algunas veces una molestia y otras, no quiere saber nada del emocional, el mental de ninguno de los dos, y sobre todo que el alma es esa gran desconocida, esa parte de nosotros con la que ni siquiera nos relacionamos.
Y he comprobado repetidamente lo sanador que resulta que todos se reconozcan, se acepten, consientan en que se necesitan unos a los otros y que, en unidad, es como somos poderosos y podemos afrontar los retos de nuestras vidas.
El Renacimiento (Rebirthing) se sirve de la respiración conectada y consciente para alcanzar el sentimiento de unión con el Todo, Dios o llámese como se llame, acercándose más a la complitud. Sin embargo, aún era insuficiente. Había que reconquistar algo más íntimo todavía, una espiritualidad más íntima y personal, la que empieza por uno mismo, el autoamor, la autoestima real y verdadera. Mirando hacia adentro, no hacia arriba.
Para alcanzar la felicidad íntima, la paz interior y para la cocreación del Cielo en la Tierra, necesitamos abrirnos a la grandeza de lo que verdaderamente somos, reconocerlo e integrarlo cada día un poco más en nosotros y en nuestro diario caminar.
¿Y cómo hacer eso cuando se proviene de una educación judeo-cristiana basada en la falsa humildad, el sacrificio a través del sufrimiento y la "motivación" a través de la crítica y el castigo?
Poniendo la atención en eso que sí somos, semillas divinas sobre la Tierra, con todos los atributos de la Energía Creadora en miniatura. ¡Dejemos pues que germine la semilla y convirtámonos sin miedo en quienes somos realmente, tomando el poder que nos ha sido otorgado y ejerciéndolo con responsabilidad!
Reconocimiento
Este es el objetivo del método TTAE, Terapia Transpersonal de Acompañamiento Espiritual. Y el camino no es otro que el reconocimiento de quienes somos. Adoramos a ángeles y maestros sin darnos cuenta de quiénes somos y de que, en realidad, son ellos quienes nos adoran a nosotros, que en esta historia planetaria y en nuestras vidas nosotros somos los importantes.
La metodología incluye técnicas de respiración para alcanzar diferentes estados de conciencia, el tacto suave y sutil como acompañamiento de la liberación de la memoria celular, las nuevas formas de pensamiento (new thought) como ayuda para cambiar los condicionamientos grabados en la mente, conceptos de chamanismo como guía en la integración del trabajo en el cotidiano, y por encima de todo el RRS: Recogimiento y Reconocimiento del Ser.
RRS aplica la meditación y la visualización para alcanzar la imagen real de lo que somos e interiorizarla a nivel profundo de manera que "expulsa" de nosotros la autoimagen irreal que teníamos de nosotros mismos y, sobre todo, la imagen que nos reflejan las personas de nuestro entorno a través de críticas, opiniones, miradas, etcétera.
Es una forma de liberación profunda que sucede de manera parecida al cambio de piel de las serpientes. Cuando crecen, simplemente aparece una nueva piel y la antigua, que les quedó pequeña, se despega y cae; al avanzar, se va quedando por el camino, suave y sencillamente, con naturalidad. RRS es un proceso natural en el que, enfocándose en crecer, la imagen pequeña y limitada que teníamos de nosotros mismos va quedando atrás.
TTAE pone el foco de atención en acompañar la recuperación personal del conocimiento de quienes somos, siempre desde la propia experimentación y el máximo respeto por la persona y su desarrollo.
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