"Hay otra cuestión importante que merece la pena aclarar", dice Matthieu Ricard, el famoso monje budista francés, en un pasaje de su diálogo con Christophe André (médico psiquiatra) y Axelandre Jollien (filósofo) transcripto en el libro "Tres amigos en busca de la sabiduría", publicado por Urano. "Se trata de la ambiguedad contenida en lo que se llama 'desarrollo personal': si este desarrollo se produce únicamente dentro de la burbuja de nuestro ego, nos alimentaremos, refinaremos y embelleceremos con ideas reconfortantes, pero siempre dentro de una óptica muy reducida, y dejaremos de lado la finalidad que perseguimos, porque la búsqueda de la plenitud solo puede culminarse a través de la benevolencia y la apertura al otro. Hay que evitar a toda costa que el ejercicio de la atención plena, y de la meditación en particular, se convierta en un refugio donde nos pasamos todo el tiempo en el mundo de nuestro ego... O intentamos transformarnos a nosotros mismos para ponernos al servicio de los demás, y todo el mundo sale ganando, o nos quedamos en la burbuja de nuestro ego y todo el mundo sale perdiendo, porque si intentamos desesperadamente ser felices nosotros solos, no conseguiremos ayudar a los demás ni ayudarnos a nosotros".