Que la intuición era solo una cuestión del género femenino, hasta hace poco tiempo nadie lo discutía. Los hombres tenían otras habilidades, y esa no la desarrollaban. "Pero fue precisamente un hombre quien me enseñó cómo utilizar conscientemente la intuición", dice Pino del Castillo, con más de diez años de experiencia trabajando la intuición en diferentes áreas, e impartido cursos y conferencias en empresas, universidades y diferentes instituciones; también con políticos, deportistas, actores, en Chile, Argentina, Perú y España. En diálogo sobre esta actividad que también realizará en Valencia, comenta que ese hombre fue Kam Yuen, gran maestro de artes marciales, reconocido a nivel mundial porque entrenó al actor David Carradine, protagonista de la serie televisiva "Kung fu".
A través de la práctica, Yuen supo cómo detectar las debilidades en el adversario y así nació la intuición premeditada y de forma consciente. En la antigüedad este saber era utilizado por los monjes shaolín para defenderse, ganar a quienes los atacaban y así salvar sus vidas. Más tarde descubrieron que al sentir esas debilidades podían restablecer la salud en casos de enfermedad.
Según explica Pino, la intuición es un potencial que poseemos los humanos desde que nacemos y viene de nuestra parte animal. "Todos los seres vivos lo tienen, pero nosotros lo hemos perdido durante mucho tiempo".
"Yo aprendí a usar la intuición de forma consciente y premeditada. Por ejemplo, cuando quiero saber si alguien miente o no, si una noticia que leo es cierta o si algo me conviene o no", prosigue diciendo. Y aún más. "Hay una intuición con respecto a temas del pasado, como también una intuición en relación con algo del futuro. Puedo comprobar si un hecho que dicen que ocurrió realmente sucedió o, como me pasa personalmente, que soy pintora, adelantarme y sentir qué color logrará una mejor composición" para un cuadro que todavía no he comenzado.
¿Cómo constata que la intuición está funcionando? Pues el fenómeno de la intuición se verifica a nivel físico. Para entender mejor el modo en que se produce, Pino pone ejemplos: "Ante una noticia grata, como que nuestro equipo acaba de ganar un partido, se produce una exaltación de energía, activando un potencial de energía que nos puede hacer saltar. Del mismo modo que cuando nos dan una noticia triste, como la muerte de un familiar en un accidente, hay un desplome de energía, una desconexión. Estas señales ocurren constantemente, incluso con cada pensamiento. En un instante puede surgir una sensación activa y potente, y en otro te desconectas".
Sin embargo, debido a la enseñanza educativa y a las costumbres, que nos han forzado a no sentir, bloqueamos esta fuerza. "Nos ponemos educadamente correctos cuando en realidad tenemos ganas de gritar o insultar. Yo me dedico a enseñar cómo sentir estas respuestas, a recuperarlas. Y esto sirve en cualquier área de la vida, en todo momento, para cualquier profesión", agrega.
Y qué sucede con el delicado equilibrio entre el pensamiento racional, que enjuicia y critica, y la intuición. Al respecto, Pino define que "gracias a la intuición sabemos y gracias a la razón creemos. El intuir hace que confirmemos lo que la razón y la lógica dicen". Por eso "el estado más adecuado para intuir es el estado neutral que se enseña en las artes marciales. Aquel que todos los grandes compositores, escritores, creadores, sabios, buscan huyendo de la confusión. En el campo del espíritu se busca para conectar con fuentes superiores". Prosigue expresando que "cuando nacemos estamos en ese estado neutral, vacíos de interferencias. De allí que nos atrae tanto un bebé. Desde la neutralidad se llega a cualquier tipo de saber y activa cualquier potencial".
Pino destaca que el intuir es lo indicado "para dar cada paso en la vida, no de forma positiva o negativa, correcta o incorrecta, sino idónea", porque "como el universo donde vivimos es tan cambiante, lo que ahora mismo es bueno para mí, dentro de un instante no lo es".
Así pudo descubrir que a un deportista, como Ronaldo, que debe disponer de muchísimos datos al mismo tiempo para jugar con un alto rendimiento, la mente no lo puede ayudar. Entonces entra en un estado intuitivo, donde están las respuestas a un nivel tremendo de velocidad para anticipar la mejor jugada. "Todo su cuerpo va en esa dirección".
De este modo es como se lleva lo que ella define como "una vida en condiciones"; excelentes condiciones a cada instante en salud física, mental, espiritual, en cada paso. "Es a lo que me dedico, enseñar a cómo dar con las respuestas, los pasos idóneos, con herramientas que ojalá tuviéramos en un futuro cercano en las escuelas, en las empresas, en todos los ámbitos".
Además advierte sobre "la importancia de seguir lo idóneo y no lo que nos autoimponemos creyendo que es lo mejor para nosotros. No se puede ir contra el universo. Lucharás, te agotarás y sufrirás". Y agrega: "Si tuviéramos las capacidades intuitivas de elegir entre todas las millones de posibilidades que se nos presentan las más idóneas, no padeceríamos enfermedades y tendríamos continuamente resultados en la vida, que sería un verdadero gustazo. Lo digo por mi propia experiencia, lo estoy transitando, no soy una teórica, me uso de conejillo de Indias".
Por último dice: "Los potenciales y saberes a nuestra disposición son tan infinitos que si no conocemos la forma en que se activa el adecuado en cada instante, nos equivocamos. Y seguimos viviendo como si no necesitáramos esas cualidades infinitas en número y muy variadas".