Tomás Ribes Rosner. Profesor de yoga, monitor sociocultural
Hace aproximadamente una década tomé una de las decisiones más bonitas de mi vida. Cambié el rumbo laboral y de trabajar en una empresa import-export de fruta (a la cual le estaré eternamente agradecido) y pasé a impartir sesiones de yoga y algún que otro taller de la risa. El universo me invitaba a cambiar de aires, de camino...y le hice caso. Realicé formaciones relacionadas con el yoga y la meditación, animaciones socio-culturales y clown, teatro y biodanza... Reconozco que ya sentía cierto cosquilleo (¿despertar?) en mi interior, y es que cuando nos abrimos al amor somos capaces de integrar todo lo que, continuamente, nos regala la Vida. Pero para que ocurra debe haber cierta predisposición, trabajo diario e intención.
Imagina una flor dentro de tu corazón, ¿qué harías para mantenerla bella y saludable? Muy fácil: regarla, podarla, mimarla. Lo mismo ocurre con nuestro espíritu, es decir, si regular y diariamente te comprometes a amarte...te aseguro que la vida es maravillosa. Tanto la práctica diaria de yoga como tomarte la vida con humor facilitan el equilibrio interior y que encontremos fácilmente nuestro centro. Al fin y al cabo estás dedicándote un tiempo diario a aceptarte, aprobarte y conocerte. Uno de los pilares básicos del yoga es la respiración consciente: "Eres como respiras y respiras como eres". Tomar conciencia de tu cuerpo, de tus sensaciones, escucharte... te conecta con tu verdadero propósito en la vida y desde ahí es más sencillo tomar decisiones y proyectar tu verdadera sabiduría e intuición.
Me considero una persona que se toma muy en serio la diversión y cuya vocación -que implica descubrir quién soy, cómo soy y hacia dónde quiero ir- está orientada tanto a mi propio crecimiento como al de los demás. Y qué mejor escenario que una sesión de yoga integral para dar ese primer paso en la escalera del aprendizaje interior y, desde ahí, poder elegir nuevos senderos hacia la autorrealización y la plenitud.
He decidido que el yoga, más allá del significado que le quieras dar, es una forma de vida, un modo diferente y divertido de vivir, ya que integra infinitas fórmulas cuyo objetivo es la unión del ser, el cuerpo y la mente. Gracias a Dios he disfrutado de los cambios positivos en mis alumn@s, de su evolución y despertar y he sido testigo de cómo algo tan sencillo como la respiración consciente y atenta proporciona un bienestar inigualable. Además me gustaría compartir otros de los innumerables beneficios que la práctica regular yóguica proporciona: aumenta la autoestima, otorga claridad mental, ayuda a respirar más y mejor, adelgaza, estira y estiliza el cuerpo...
Si diariamente dispones de unas 16 horas x 60 minutos = 960 minutos "haciendo cosas " relacionadas con el trabajo, la pareja, los hijos, las mascotas, los suegros, redes sociales, el vecino... ¿cómo es posible que no dispongas de 10 minutos para ti? El autoengaño más común es la frase "no tengo tiempo".
Y lo cierto es que uno tiene tiempo y energía para lo que quiere. Y cuando te sientes bien contig@ mism@ es más fácil conectar con el sentido del humor, algo tan sencillo como "tener un punto de vista desenfadado sobre la vida". No se trata de estar riendo todo el día y claro que podemos sentir tristeza, enfado o disconformidad.
Pero una vez has sentido y respirado esa emoción, adoptar una actitud "relativizadora" y quitarle importancia al asunto será una elección inteligente y sanadora. La vida no es lo que nos ocurre, si no más bien cómo gestionamos lo que nos ocurre. El sentido del humor es una herramienta que abre nuestras mejores cualidades: creatividad, espontaneidad, nos conecta y despierta al niñ@ interior. Y ya sabes: "Si la vida te sonríe... estupendo, y si no... hazle cosquillas". ¿Cómo? Descúbrelo.
La seriedad es la peor de las enfermedades y si quieres estar "happy", y por lo tanto sano, te propongo lo siguiente:
• Baila (ideal nada más despertar).
• Encuentra 10 minutos para no hacer nada (meditación, observa tu hogar, contempla un paisaje).
• Visualización positiva del día (imagina lo quieres que ocurra).
• Mírate al espejo y regálate halagos y alabanzas (hazte payasadas).
• Realiza algo que realmente te divierta.
• Canta tu canción preferida.
Cuando observo a l@s niñ@s sólo veo pureza, inocencia, alegría, limpieza, amor incondicional... Y cualquiera de las fórmulas que conocemos para llegar a tal estado de mente limpia están relacionadas con todo lo anteriormente citado.
¡Abrazos y horchatas!