Juan Carlos Rodríguez
Si no tienes hijos con quienes estés compartiendo estos días de confinamiento… igual te puede interesar. Al fin y al cabo, de a ratos podemos —nosotros, adultos— comportarnos como ellos. Y no vamos a profundizar en el tema, porque razones no faltarían (ya las sabemos). Sea como sea, hablamos con Miriam Tirado, consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza, para que venga a socorrernos con algunas reflexiones para aquellos instantes en que los niños estallan en berrinches, o como reza el título de su libro, “Rabietas”, publicado por Urano.
-El peligro de las rabietas infantiles es que se contagien a los adultos. ¿Qué debemos entender para no perder la calma?
-Que cuando nuestro hijo o hija estalla en rabieta, es porque sufre. Tenemos que entender que nos está intentando contar algo: algo que necesita, algo que le pasa, algo que le produce malestar… Si podemos conectar con su sentir y comprender que no nos toma el pelo sino que es su forma, en este momento, de decirnos lo que le ocurre y de pedirnos ayuda, nos será muchísimo más fácil controlar nuestras emociones y poder responder de una forma consciente y asertiva.
-Humor, juego, imaginación… Tiempo. ¿Recursos indispensables para tratar los berrinches?
-Totalmente. Si podemos conectar con el mundo en el que está nuestro hijo o hija, un mundo en el que solo existe el presente, el juego, la imaginación, etcétera, podremos lidiar con sus rabietas de una forma muchísimo más adecuada.
-¿Habría que sintonizar el niño que todos llevamos dentro con ese otro niño/a que nos mira desafiante?
-Ojalá, eso sería ideal. Conectar con el niño que fuimos y darnos cuenta de que también nosotros pasamos por eso. Si podemos empatizar con el niño o niña que fuimos en nuestra infancia, nos será mucho más fácil conectar con el niño o niña que tenemos delante y que nos está pidiendo ayuda.
-Si superamos con éxito un episodio explosivo, una rabieta, ¿hay alguna señal que nos indique que también hemos “crecido” internamente?
-Después de gestionar de una forma consciente y asertiva una rabieta, madres y padres nos sentimos más conectados que nunca a ellos, y nos sentimos bien. A gusto, seguros y muy satisfechos de haber podido ser las madres o padres que ellos necesitaban en ese momento. Esto nos ayuda a crecer siempre, porque nos transmite que la conexión es el camino y la próxima vez nos será más fácil volver a andar ese camino porque ya es un poco más conocido. Se trata de ponerle mucha práctica para, poco a poco, ir cambiando el paradigma y crecer juntos.
-¿Qué es la crianza consciente?
-Es criar desde la consciencia de que tanto hijos e hijas como adultos estamos creciendo juntos. Que aprendemos todos de todos, y que nos ayudamos mutuamente a andar y crecer en este camino que es la vida. En la crianza consciente, madres y padres sabemos que para criar de una forma asertiva y conectada a nuestros hijos, tenemos también que ayudar a crecer a nuestro niño o niña interior herido.
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