Mar Tarazona Beltrán. Odontóloga
Los síntomas de envenenamiento con mercurio son muy variados. Dependiendo de la persona, el mercurio puede acumularse en distintos tejidos, creando una sintomatología muy diversa y derivando finalmente en alguna enfermedad crónica o terminal, sin encontrar en la mayoría de los casos la relación entre ella y los envenenamientos crónicos.
Los síntomas pueden surgir progresivamente o de forma espontánea, nunca se presentan aislados. Hay una gran cantidad de síntomas relacionados con el mercurio, por lo cual sólo voy a nombrar algunos de ellos.
Psicológicos y de comportamiento: ansiedad, depresión, falta de memoria, irritabilidad, pesadillas, incapacidad de concentrarse, etcétera.
En el sistema inmune: candidiasis, alergias, enfermedad de Crohn, rinitis, síndrome de fatiga crónica, mononucleosis, etcétera.
Digestivos: colitis, diarreas, pérdida de apetito, problemas digestivos, ardor de estómago…
En el sistema cardiovascular: anemia, angina, taquicardia, presión en el pecho, arterioesclerosis, arritmias…
Dermatológicos: acné, dermatitis, picor excesivo, erupciones…
En el sistema nervioso central: vértigo, convulsiones, epilepsia, insomnio, parálisis del músculo, dificultad para andar, dolores de cabeza crónicos, entumecimientos y hormigueos, desórdenes en el habla, audición y visión, demencia, Alzheimer, sensibilidad química múltiple, fibromialgia, autismo…
En el sistema endocrino: artritis, sudor excesivo, osteoporosis, diabetes, pérdida de peso, pérdida de la libido, micción frecuente...
En el sistema respiratorio: bronquitis, tos, hipersensibilidad a olores, congestión pulmonar…
Energía: fatiga, somnolencia, falta de energía…
En la cavidad oral: mal aliento, sangrado de encías, úlceras, leucoplasia, lengua inflamada, sensación de ardor en la boca, gusto metálico, enfermedad periodontal…
La OMS declara que la exposición al mercurio más común y peligrosa es la de las amalgamas dentales, pudiéndose agravar si existen otras fuentes que impliquen más entrada de mercurio (u otros metales pesados) en nuestro organismo. Estas vías por orden de peligrosidad son:
• Rotura de bombillas de bajo consumo
• Ingesta de pescado como el pez espada, tiburón, caballa, atún…
• Agua contaminada por las antiguas tuberías de plomo que no se hayan desmantelado aún. Otras formas de canalización, legal y actual son las tuberías de cobre y PVC, que también contaminan el agua. También los tratamientos químicos que se le hacen al agua por parte de los ayuntamientos o empresas contaminan el agua con otras sustancias poco recomendables.
• Aire contaminado por industrias y automóviles.
• Tatuajes
• Vacunas con timerosal
• Manipulación de termómetros de mercurio rotos. Actualmente están prohibidos.
Detección
Cuando se habla de intoxicación por metales pesados debemos diferenciar entre dos etapas, la primera es la que encontramos el metal en circulación dentro de nuestra sangre, líquido intestinal, etcétera. En la segunda etapa el metal termina acumulado celularmente para su almacenamiento. Lo más fácil es medir la cantidad de metal en la primera etapa y hay varias formas.
Análisis de sangre, orina o heces: con este tipo de analítica detectaremos la cantidad exacta de metal circulante en nuestra sangre u orina, dándonos una referencia indiscutible de que estamos intoxicándonos.
Test portátil de metales pesados en fluidos: son fáciles de realizar y miden únicamente los iones de metal libre. El resultado es suficiente para demostrar si nos estamos envenenando.
Test de pelo: se corta desde la raíz alrededor de un gramo de pelo para intentar saber el metal acumulado celularmente.
Challenge test con agente quelante: la tiene que realizar un doctor especializado, se inyecta un agente quelante para provocar la salida masiva de metal acumulado a nivel celular. El riesgo de esta prueba es producir una reintoxicación.
Casi todas las pruebas que intentan medir el metal acumulado son peligrosas, incómodas, costosas y no ofrecen resultados reales. Es más fácil y barato medir los niveles en sangre u orina, si estos son elevados es muy seguro que también exista metal acumulado.
Pero lo importante es averiguar la fuente de la intoxicación para evitarla y seguir los protocolos de desintoxicación.
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