Mar Tarazona Beltrán. Odontóloga
El paciente que desea extraer sus amalgamas debe estar seguro de que el personal que le atenderá es consciente de los riesgos que conlleva este proceso. Si seguimos las instrucciones que vamos a describir, las extracciones de amalgamas no supondrán un perjuicio para la salud ya que la cantidad de mercurio que llegará al organismo será la menor posible.
Uso del dique de goma: el dique de goma aísla completamente la pieza o piezas que haya que tratar, protegiendo de la dispersión del metal al resto de la boca. La filtración puede ser mínima y un buen aspirado, tanto de aire como de agua, evitará que se filtre a la boca. El paciente debe concienciarse para no tragar saliva durante este proceso. Es recomendable después de la retirada del dique enjuagarse varias veces.
Uso del aspirador de agua: es el aspirador típico que se usa en odontología, ayuda a evitar que el agua contaminada con mercurio se filtre por la grapa que sujeta el dique o a succionar la que pasa a la boca.
Uso de aspirador de alta potencia: este aspirador se lleva el aire con mercurio evaporado por la alta temperatura, el polvo de mercurio y piezas de mayor tamaño que se desprenden de la muela.
Uso de agua para mantener las amalgamas frías: es necesario una irrigación de agua abundante y continua sobre la zona de fresado para que el mercurio no adquiera temperaturas elevadas y así se evapore en menor grado.
Uso de máscaras integrales con filtros de mercurio: tanto el paciente como el personal médico que está presente en la sala debe protegerse durante el proceso. Las máscaras deben ser integrales y cubrir boca, nariz y ojos. Es muy importante asegurarse de que los filtros sean específicos para el mercurio y no simples filtros de polvo.
Uso de fresas específicas para la retirada de las amalgamas.
Uso de una fuente alternativa de aire por la nariz. El CPAP es ideal para dar aire alternativo y seguro al paciente. Consta de un pequeño generador de aire a presión que puede instalarse fuera de la sala y que constantemente envía aire a través de un tubo hasta la máscara nasal.
Uso de un sistema de depuración del aire en el gabinete de la clínica donde se realicen las extracciones de amalgama.
El proceso de extracción de amalgamas
Es aconsejable ingerir dos cápsulas de carbón vegetal activado con medio vaso de agua minutos antes de pasar al gabinete. Una de las características del carbón vegetal activado es que atrapa ciertos tóxicos de una manera efectiva, en este caso los metálicos, y los hace pasar por el sistema digestivo de forma inocua.
Durante la extracción el paciente deberá relajarse ya que el proceso dura pocos minutos. Hay que respirar tranquilo por la nariz, evitando hacerlo por la boca y dejar de tragar saliva.
Una vez el metal ha sido retirado, el dentista quitará todo el aparataje y entonces habrá que enjuagarse varias veces antes de poner el empaste sustitutivo. Finalmente se puede enjuagar con un poco de agua al que se haya echado el contenido de una capsula de carbón vegetal activado durante un minuto.
Lo recomendable será dividir la extracción en varias sesiones, dependiendo del estado de las piezas, la profundidad del empaste, el estado del metal, si hay o no infecciones, etcétera.
Las piezas con el metal más antiguo, oxidado, corroído o fracturado son normalmente las que antes se deben extraer. Entre sesión y sesión tiene que pasar por lo menos 15 días o incluso un mes.
Las alternativas más biocompatibles a las amalgamas dentales son:
• Materiales cerámicos, siempre y cuando no sean radiactivos.
• Materiales policerámicos, siempre y cuando no sean radiactivos ni incluyan bisfenoles.
• Composites, siempre y cuando no incluyan isótopos radiactivos, ni bisfenoles, ni colorantes, ni metales pesados en su composición.
En cuanto a cementos temporales, el hidróxido de calcio parece el más biocompatible ya que es una estupenda cura pulpar que actúa estimulando la creación de dentina reparativa.
Encontrar y acabar con la fuente de envenenamiento es lo más importante a la hora de mejorar la salud y confiar en nuestro propio cuerpo, que es muy sabio. De todas formas el proceso de expulsión de las toxinas se puede acelerar llevando a cabo protocolos específicos para ello, pero siempre de la mano de un médico o terapeuta que se dedique a ello.
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