Antibiótico natural de amplio espectro que no produce disbacteriosis (alteración del equilibrio microbiano de la microbiota normal) y que se ha ganado merecidamente la fama de efectivo antigripal, el propóleo también goza de reconocimiento por su acción antiinflamatoria y anestésica que lo convierte en eficaz protector de la garganta y las cuerdas vocales.
Además de su desarrollado efecto antibacteriano, el propóleo estimula la reacción inmunológica del organismo, complementando ambas funciones sin producir alteraciones de la flora bacteriana, cosa que ocurre con los antibióticos de síntesis.
También es activo frente a hongos, virus y parásitos. Ayuda a disminuir los niveles de colesterol, antialérgico, analgésico, antioxidante, cicatrizante, desodorante, hemostático e hipotensor.
Su principal importancia como complemento de la alimentación se basa en sus propiedades estimulantes del sistema inmunológico, aumentando la resistencia del organismo frente a las infecciones. Atendiendo a estas cualidades, los antiguos egipcios lo utilizaban en la momificación, evitando la descomposición de los cadáveres.
Fundamentalmente es un magnífico biorregulador, mejorando la capacidad de defensa, funcionamiento y adaptación del organismo. Los oligoelementos justifican muchas virtudes del propóleo. Por su parte, los flavonoides (con más de 40 acciones farmacológicas conocidas) son la base de su versatilidad terapéutica.
Su notable capacidad cicatrizante, desinfectante y antiinflamatoria lo hace indicado para heridas, quemaduras y afecciones de la piel. También resulta óptimo como fungicida de amplio espectro.
Incrementa la salud bucal por sus principios antisépticos, antibióticos y antiinflamatorios. Además impide la formación de caries y placa bacteriana.
Se ha demostrado perfectamente compatible y hasta complementario de otras prácticas terapéuticas. No obstante, no se recomienda su administración por vía oral a hipotensos, hipoglucémicos o embarazadas.
Puede presentarse como extracto hidroalcohólico o glicerinado, o bien utilizado en formulaciones de cosméticos y productos como jarabes, comprimidos, cápsulas, etcétera, generalmente destinados a resfriados y afecciones gripales. Actualmente pueden encontrarse incluso colirios y sprays nasales, orales y óticos.
Es necesario almacenarlo en un lugar fresco y seco, en recipientes bien cerrados.
Uso tópico: aplicar directamente sobre la zona afectada de la piel una o dos veces al día.
Uso oral: se toma disuelto en agua o zumo de frutas. La dosis recomendada en función de la edad es:
1 a 5 años: 5 gotas 2 veces al día
5 a 12 años: 7 - 15 gotas 2 veces al día
13 a 15 años: 15 - 20 gotas 3 veces al día
Adultos: 20 - 30 gotas 3 veces al día
Conviene recurrir al asesoramiento de un profesional antes de la toma de cualquier producto.