Mar Tarazona Beltrán
Odontóloga
El sistema nervioso vegetativo (SNV) está presente en el cuerpo humano como si de una instalación eléctrica se tratara. En nuestro interior hay millones de fibras nerviosas que transportan los impulsos nerviosos desde el cerebro hasta los órganos y tejidos, todo está relacionado a través de infinitos lazos. Cuando algo afecta a una parte del sistema nervioso, es todo el sistema nervioso el que se ve comprometido.
Por ello en temas de salud lo importante es hacer un buen diagnóstico, averiguar en qué lugar del cuerpo está esa fibra nerviosa irritada, responsable de una enfermedad. Siempre centrándose en la persona en su conjunto, cualquier información es valiosa.
La Terapia Neural nos ayuda a restablecer el funcionamiento normal de nuestro sistema nervioso que al verse alterado manifiesta síntomas en el cuerpo. En la primera sesión se realiza una historia de vida exhaustiva del paciente, prestando atención a ciertos datos como las infecciones repetitivas (aunque estén separadas en el tiempo), las intervenciones o trabajos odontológicos, y las operaciones quirúrgicas que hubiera sufrido el paciente.
Junto con la historia de vida, el reconocimiento con las manos (con el tacto se puede percibir si el tejido está hipersensible, dolorido, adherido...) y el diálogo con el paciente, deberíamos saber dónde está la irritación del sistema nervioso y si la causa es de origen traumático, infeccioso o emocional.
La Terapia Neural usa un anestésico local, la procaína, que se inyecta en la fibra dañada a disoluciones muy bajas (0,5% - 1%). Se la emplea no con fines anestésicos, sino por su capacidad eléctrica: cuando se pincha el tejido nervioso para quitarle irritación, éste se repolariza y queda instantáneamente "reseteado". Además es un medicamento con muy pocos efectos secundarios y no sobrecarga los órganos de detoxificación. Sus efectos pueden ser inmediatos o tardar horas o días, ya que el sistema nervioso posiblemente necesite tiempo para realizar los ajustes.
La Terapia Neural es una de las terapias más completas e integrales ya que el sistema nervioso regula todas las funciones del organismo. Si ayudamos a recuperar el equilibrio del sistema nervioso, ayudaremos a recuperar el equilibrio de cualquier parte del cuerpo que esté afectada. Los resultados suelen ser duraderos porque tratamos la causa.
La Terapia Neural puede ayudar a curar numerosos procesos, tanto agudos como crónicos, como dolores articulares, contracturas musculares, parálisis, estreñimiento, problemas gastrointestinales, cefaleas, migrañas, insomnio, acúfenos, bruxismo, asma, rinitis, ansiedad, problemas de la piel, alteraciones tiroideas, infecciones repetitivas (faringitis crónicas, infecciones urinarias, sinusitis...) o problemas neurológicos.
¿Cuándo y dónde deberíamos inyectar la acúfenos?
Si queremos eliminar los campos de interferencia en:
• Vacunas asociadas con afecciones crónicas.
• Cicatrices que interfieren energéticamente.
• Amígdalas alteradas.
• Odontones (dientes y tejidos que los rodean o periodoncio) relacionados con el problema.
También en puntos de acupuntura si queremos estimular campos y líneas energéticas.
Para eliminar dolores locales se inyecta en forma de pápulas e internamente en la zona afectada.
La Odontología Neurofocal es una parte muy importante de la Terapia Neural, que se realiza teniendo en cuenta que los dientes están relacionados con todo el organismo. Somos una unidad biológica interrelacionada e intercomunicada, y como la boca es parte de esta unidad biológica, si los dientes, encías u otros tejidos de la cavidad bucal no están sanos pueden causar dolores o enfermedades en cualquier parte de nuestro cuerpo.
El tratamiento adecuado de todas las estructuras de la boca, junto con la utilización de material de mejor comportamiento biológico, puede ayudarnos a curar muchas enfermedades y prevenir otras más, logrando una medicina y odontología preventivas.
Nosotros, como odontólogos neurofocales, debemos intentar encontrar los focos irritativos que hay en una boca ya que pueden actuar como campos interferentes, produciendo problemas y enfermedades a distancia.
Si bien generalmente no se toma en cuenta la mezcla de metales en boca, está comprobado que dos o más metales en la boca pueden provocar corrientes galvánicas, es decir, como si la persona llevara una pila en la boca. Los empastes de amalgama son una mezcla de metales entre los que está el mercurio, y como el cerebro tiene "avidez" por este metal, desde la boca, en cantidades muy pequeñas, poco a poco puede llegar hasta el cerebro produciendo alteraciones neurológicas, de la memoria y predisponer a la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, etcétera.
También hay prótesis dentales de metales que contienen níquel, cobalto, cromo, entre otros, y prótesis acrílicas con cadmio. Lo que está más de moda son los implantes dentales, la mayoría de titanio, otro metal para añadir a la boca aunque sea biocompatible. Lo ideal sería que no se utilizaran metales en boca, hay muchos materiales nuevos biológicamente más respetuosos y menos dañinos.
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