Mar Tarazona Beltrán
Odontóloga
En los últimos cien años, la humanidad ha cambiado para mal el medio ambiente (lo que está a nuestro alrededor). Hay contaminación del aire, del agua y del suelo, existe una exposición a sustancias químicas y a fuentes electromagnéticas y además se suma el cambio climático. Todo ello hace que nos suponga un esfuerzo de mantenernos saludables, y quienes más lo van a sufrir son las personas más débiles, susceptibles y vulnerables.
La medicina ambiental es la medicina que relaciona y analiza el impacto del medio ambiente en la salud y en la calidad de vida de las personas. Se ocupa de los trastornos debidos a la creciente exposición del ser humano a las múltiples sustancias tóxicas presentes en el agua, el aire, los alimentos, en nuestras propias casas, etcétera.
La salud es el resultado de una serie de factores de tipo social, ambiental, económicos y genéticos, y se mantiene cuando nuestra capacidad de compensación es mayor que los factores perturbadores.
Cuáles serían los factores perturbadores
Higiene de vida: café, tabaco, alcohol, escasa hidratación, vida sedentaria, baja autoestima.
Alimentación: colorantes, conservantes, aditivos, azúcar blanco, lácteos, harinas, insecticidas, xenoestrógenos.
Ambiente: gas, barnices, radiaciones, campos electromagnéticos, desodorantes, formaldehido, productos para la madera, pinturas, cables eléctricos, teléfonos, móviles, TV, ordenadores.
Medicamentos: antibióticos, antidepresivos, antirreumáticos, cortisona, anestésicos, vacunas, materiales odontológicos.
Geopatías: corrientes de agua subterránea, campos magnéticos, radiaciones, radón.
Infecciones: virus, bacterias, hongos y otros microorganismos.
Estrés: ruido, conflictos laborales, sociales y familiares, problemas emocionales.
Frente a ellos, debemos hacer todo lo posible por aumentar nuestra capacidad de compensación.
• Apoyar los mecanismos de defensa que cada uno tiene, sobre todos los inmunológicos y enzimáticos de la manera más natural posible.
• Reducir o interrumpir la exposición a sustancias tóxicas o factores ambientales que le puedan estar afectando en la salud.
•Eliminar del cuerpo las sustancias tóxicas y los elementos responsables, constatables mediante análisis de laboratorio apropiados.
Qué es la odontología ambiental
Es aquella que se encarga de proteger el medio ambiente, evitando el uso de materiales tóxicos y agresivos para el paciente y que son altamente contaminantes para nuestro entorno.
El mercurio es uno de los contaminantes más peligrosos para el planeta y para nuestra salud, el elemento más tóxico después de los radioactivos.
Cada empaste de amalgama tiene como mínimo 1 gr de mercurio, este se encuentra en su forma metálica que es poco tóxica. Sin embargo, dicho metal se evapora a 25º C, presentándose como vapor de mercurio, muy tóxico para el ser humano.
Lo normal es que al tomar bebidas calientes, las temperaturas en la boca pueden llegar a 40º C, por lo que puede haber liberación de vapor de mercurio cada cierto tiempo, manteniendo al paciente a una exposición crónica a este metal.
La inhalación de vapor de mercurio puede ser perjudicial para el sistema nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, los pulmones y riñones.
Por ello hay que seguir unos protocolos específicos para que la retirada de amalgamas sea segura para nuestros pacientes. La alternativa más frecuente a las amalgamas de plata son los composites (resinas compuestas). La mayoría de ellos incluyen Bis GMA en su matriz, uno de cuyos componentes es el bisfenol A, sustancia que forma parte de muchos plásticos y que se ha comprobado que actúa como disruptor endocrino. Puede ocasionar graves problemas para la salud; su molécula mimetiza a la estructura de los estrógenos naturales y por tanto tiene la capacidad de alterar el sistema endocrino.
Usaremos composites que no contengan bisfenol A, pero actualmente no existe un material perfecto que sea totalmente biocompatible, puesto que todos ellos llevan en su composición sustancias químicas que causan en mayor o menor medida algún tipo de daño.
Debemos tener en cuenta la individualidad de cada persona y elegir el material más adecuado. Podemos testarlo kinesiológicamente o con electroacupuntura de Vol. También es importante utilizar una buena técnica a la hora de manipular los productos y conocer perfectamente los posibles efectos adversos para poder ser capaces de reconocerlos.