Sayari Mati. Terapeuta Sexual
Cuando pregunto a los asistentes a mis talleres y clases sobre qué es la sexualidad, la gran mayoría me habla sobre la coitalidad. Y sí, efectivamente, la coitalidad es la parte en la cual la sexualidad se hace más intensa y en la que cobra mayor fuerza e inercia inconsciente, en la que se localiza más en un menor espacio de cuerpo y por ello quizás se pueda sentir más.
Esta misma fuerza hace a veces que nos desconectemos del sagrado momento del Aquí y Ahora, y que nos dejemos arrastrar por ese impulso gozoso que tiene un claro objetivo: el orgasmo.
Pero retrocedamos y veamos dónde empieza o termina esta sexualidad realmente y así entender más ampliamente el término sexualidad.
Ya os he hablado en otras ocasiones del concepto de sexualidad como energía vital, como la fuerza de la vida que puja por abrirse paso en este planeta.
Por lo que podríamos decir que la vida es un proceso sexual y por eso matizo y reitero, la sexualidad no es solamente penetración o coitalidad. Diríamos en este plano que la sexualidad es bioenergía, chi, ki, orgón, kundalini, prana, la energía que lo envuelve todo en el universo.
Solo que esto no nos lo han dicho en el colegio y esta energía y concepto se nos pasa desapercibida en muchas ocasiones porque aquí la sexualidad es más amplia, no se localiza en ninguna parte concreta del cuerpo. Es más sutil, envolvente, cósmica, radiante, pulsante, eterna, longeva, sin principio ni fin, se autogesta... esta es la sexualidad en la cual se basa el Tantra. La que os mostramos los terapeutas tántricos con múltiples dinámicas.
El proceso energético va tomando forma en lo corporal de una manera sensorial, así es como empezamos a condensar la energía y a sentirla más claramente, con el Viaje Sensorial.
La sensualidad es el segundo escalón descendente en esta escalera que empezó con la biodinámica.
Aquí el cuerpo está receptivo desde el tacto en la piel, la caricia en el oído a través de la música, el mundo que se nos abre con el olfato, del gusto y por supuesto de la visión.
Estos canales de recepción y otros menos conocidos pero también reales son por los cuales la sexualidad va tomando forma en su camino hacia abajo por la escalera.
Estas improntas que recibimos a través de estos canales, si las trabajamos en un encuadre tántrico, van dirigidas a despertar las sensaciones placenteras entre una sola persona o más, pero no van buscando a priori una salida erótica o genital o de contacto coital entre quienes lo practican.
Es una sensualidad tierna que en ocasiones puede ir hacia el erotismo o excitación y en otras ocasiones puede permanecer en sensualidad y autocuidado o nutrición, o podemos volver a elevarla hacia el plano de arriba y experimentar con la bioenergía más etérea.
Si seguimos descendiendo, llegamos al erotismo, que es cuando esa energía se va densificando, concentrando, amasando, en un proceso de condensación hacia los genitales, aunque aún no ha llegado del todo allí.
Pues normalmente lo que ocurre es que empezamos a sentir un llamado en nuestros genitales, o bien el yoni (vulva) empieza a humedecerse o al lingam (pene) empieza a llegar la sangre. El placer y la presencia en los genitales van aumentando. Esto va ocurriendo poco a poco y también desde el Tantra invitamos a respirar esta energía y a crear espacios de consciencia. Respiramos toda esta energía y la vamos elevando para generar mayor presencia en la relación y mayor gestión de la energía sexual.
Si seguimos bajando llegaremos a la genitalidad, que es cuando la energía sexual ya se ha concentrado del todo en el genital y pide a gritos un orgasmo, disminuye la amplitud y la vaporosidad. La respiración se agita, la tensión sexual aumenta, sudoración, fuego, deseo.
Podemos aquí dejarlo en genitalidad con sexo oral o masturbaciones o podemos llevarlo a la coitalidad, es decir, el sexo al que la mayoría se refiere o también podemos, con algunas técnicas y sobre todo con la práctica, elevar esta energía hacia arriba conscientemente a diferentes centros energéticos o chakras y tener allí nuestro "orgasmo" particular.
En otras ocasiones esta misma energía se va abriendo camino y explota en diferentes lugares, creando un sinfín de sensaciones placenteras en quien lo experimenta.
A veces en el pecho nos inunda una sensación de amor infinito que nos lleva hasta las lágrimas de gloria bendita, otras veces en la garganta nos sale un sonido armónico que libera y nutre a la vez, totalmente involuntario y al mismo tiempo sanador, reparador, bellísima melodía celestial que nos trasporta a estados alterados de consciencia meditativa.
En otras ocasiones se nos despierta la visión, la conexión con lo divino o con el todo, en un estado meditativo que trasciende el mundo conocido y nos eleva a un agradable Aquí y Ahora.
Lo importante es llevar consciencia a la sexualidad, a la forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.
Taller "Sexualidad y Chamanismo", 18 y 19 mayo.
Terapia Sexual. Terapia privada tantra parejas.
Más info en www.sayarimati.com