Aarón Andreo Moliner. Historiador del Arte
Profesor de Taichi y Chikung
Existe a lo largo de la historia un tema recurrente en mitos, cuentos de hadas, el folklore, incluso en el cine, que es el intercambio de alimentos como un banquete o el ofrecimiento de alguna pieza de fruta. En la mayoría de los casos, estos regalos suelen ser objeto de alguna treta y suelen estar hechizados, sumergiendo al personaje en un estado de letargo, hipnótico o de olvido. Un proceso de muerte iniciática de la vida profana porque quien despierta de ese estado, despierta en un nuevo estado de conciencia. Un rito de paso de muerte, resurrección y regeneración espiritual que simboliza un despertar, una revelación, desprenderse de la ignorancia de la vida profana para renacer a la libertad.
El tema del alimento prohibido aparece en numerosos mitos y cuentos de hadas. En el Paraíso cristiano, situado en el centro del mundo, se halla el árbol del conocimiento sobre el que Yahvé impuso a Adán la orden de no comer de él, pero la serpiente logra tentar a Eva, por lo que Dios los expulsó del Paraíso, condenándolos a trabajar para vivir. En la mitología griega, Perséfone fue raptada por Hades, el dios del inframundo. Después de que su madre Deméter la buscara y detuviera el crecimiento de la vegetación en la tierra, Zeus decide pedir a Hades el regreso de la joven, pero ella al comer seis granos de granada del inframundo (o cuatro, dependiendo de la fuente), es condenada a permanecer en los infiernos junto a su esposo un mes por cada semilla que hubiera comido.
Banquetes
Un famoso banquete es el celebrado por Circe –hechicera experta en el arte de envenenar y de transformar en animales a todo aquel que desea–, que invita a palacio a Odiseo y sus compañeros de viaje, ofreciendo mesas rebosantes de comida que provocaba la transformación de los pobres incautos en cerdos, y convertidos en esclavos por la diosa.
Tenemos a las hadas como seres fantásticos que pueden conceder deseos, que viven en el bosque, etcétera. La verdadera tradición habla de unos seres peligrosos que atraen por su belleza, pero como una planta carnívora hace con su presa, atraen con el dulce olor de la comida para atraparla y no soltarla. Se cuenta que las hadas celebraban maravillosos banquetes en los bosques, y que si uno tenía suerte podía acercarse a contemplarlos. Allí mismo podían ofrecerle alimento, que probara de lo que parecía fueran los alimentos más jugosos que había visto, pero traía una consecuencia: quien comiera cualquier cosa de la mesa de las hadas quedaba esclavizado para siempre sin poder salir de allí.
"Las invitaciones hechas para visitar la colina de un hada hay que recibirlas con gran precaución y rechazar todos los ofrecimientos de alimentos o bebida, ya que ello podría desembocar en una perpetua esclavitud" (Brian Froud).
También existen numerosos cuentos de hadas que narran hechizos o maldiciones para quien come un alimento que le es ofrecido. Blancanieves, Rapunzel o Hansel y Gretel son algunos de los ejemplos más conocidos.
La amnesia en los protagonistas de este tipo de relato es muy frecuente, alguna provocada por estos alimentos envenenados. Olvidar equivale a soñar, pero también es la pérdida de sí mismo y alude a la muerte simbólica; el hinduismo lo compara a la ignorancia, a la esclavitud y a la muerte, pero al desprenderse de las cosas mundanas y al reconocer su verdadero yo, se puede despertar de ese sueño. Para Platón el olvido es parte del proceso de la reencarnación, como tomar agua del río Leto, donde las almas debían beber para olvidar su vida pasada y así poder reencarnarse.
Bruno Bettelheim dice que "muchos héroes de los cuentos de hadas, en un determinado momento de su vida, caen en un profundo sopor", este estado se trata del fin de la inocencia, y Vladimir Propp, centrado en analizar cuentos de hadas rusos, habla de este proceso como "la prueba del sueño", que liga de nuevo con la muerte y el nacimiento.
Alicia, de Lewis Carroll, debe cruzar un tenebroso bosque donde las cosas pierden su nombre, y olvida no solo su propio nombre, sino cómo se llaman las cosas que la rodean. Otros que no recuerdan su nombre o su vida pasada son Bastian ("La historia interminable"), Peter Pan y Wendy (personajes clásicos muy conocidos) o los hermanos Pevensi (protagonistas de "Las Crónicas de Narnia"). Y algunos personajes cinematográficos que viven la prueba del fruto prohibido son Sarah (protagonista de la película "Dentro del laberinto"), Chihiro y sus padres (la heroína de la famosa obra de Hayao Miyazaki) y Ofelia ("El laberinto del fauno").
Cuidado con lo que comemos...