Patricia Abarca (Matrona. Doctora en Bellas Artes y Máster en Terapias expresivas)
Estas tres afecciones producidas por las problemáticas del ámbito laboral tienden a situarse en un mismo conglomerado; sin embargo, para poder tratarlas adecuadamente es necesario diferenciar tanto lo que las origina como sus consecuencias.
El estrés laboral generalmente se vincula con la "inadaptación" al trabajo: hay una "interacción desfavorable" entre los atributos del trabajador y las condiciones de trabajo, provocando reacciones emocionales, fisiológicas y del comportamiento como respuesta a aquellos aspectos nocivos que provienen del entorno del trabajo y que se constituyen en elementos estresores. Por esto es muy importante que la persona sepa distinguir claramente y de forma muy objetiva qué es lo que le está produciendo el estrés.
Puede ocasionarnos estrés el ambiente físico –el ruido, la contaminación, el tipo de iluminación, la temperatura ambiental, etcétera–, o bien, la organización de las funciones al interior de trabajo, como por ejemplo no tener claro el rol que debemos desempeñar, tener sobrecarga laboral o presión horaria, el sentir que se tiene baja participación en las decisiones. Por otra parte, según las estadísticas, son más susceptibles al estrés laboral las personas dependientes, también aquellas que se caracterizan por ser muy activas, diligentes, competitivas, ambiciosas, agresivas o impacientes, y además, aquellas personas que no exteriorizan sus emociones y que procuran complacer a los demás para evitar enfrentarse a los otros.
El estrés laboral crónico puede ocasionar problemas cardiovasculares, o gastrointestinales, crisis de nervios, trastornos musculares, depresión, úlceras, drogodependencia, y alteraciones del sistema inmune, entre otros factores. Si la persona no puede cambiar de trabajo es necesario sobre todo reforzar el autoconcepto y la autoestima, entendiendo como autoconcepto la "representación mental" que uno hace de sí mismo, y autoestima como la "evaluación o valoración" que hacemos de esa representación mental que tenemos de nosotros mismos. Eso facilitará enfrentar aquello que nos incomoda, desahogarnos, expresar lo que pensamos de forma adecuada, no sobreexigirnos más de lo necesario, y a relativizar lo que nos sucede, aprendiendo a tomar las cosas con filosofía. Es fundamental además reforzar las relaciones con la familia y los amigos.
En relación al mobbing, palabra inglesa que se traduce como "acosar", el término define una forma de estrés laboral que presenta la particularidad de que no ocurre por causas directamente relacionadas con el desempeño de la ocupación o con su organización, sino que tiene su origen en las "relaciones interpersonales" que se dan en el trabajo.
El mobbing conlleva una sucesión de acciones hostiles, expresadas y manifestadas por una o varias personas hacia una tercera, como es por ejemplo el maltrato verbal y moral deliberado que recibe un trabajador por parte de su jefe (y/o compañeros de trabajo). En estos casos es necesario que la persona sepa identificar lo que origina (o lo que los otros buscan) tras este tipo de comportamiento; es necesario ser autocríticos con nosotros mismos y ver si nuestra forma de actuar o de responder a los requerimientos de los otros es la más adecuada, o bien, tener la claridad de ver la injusticia del otro hacia nosotros, sin culpabilizarnos. Hay casos en que la actitud cruel busca la destrucción psicológica de su víctima, o que ésta abandone el puesto de trabajo.
Estadísticamente se ha visto que las personas que sufren este tipo de acoso tienden a tener rasgos depresivos, baja autoestima, tendencia a autoculpabilizarse, sintiendo la necesidad de afecto y aprobación constante; personas que dan la impresión de ser inofensivas y de estar indefensas. Las molestias más características de las personas acosadas es el cansancio, el nerviosismo, el insomnio, las jaquecas, alteraciones digestivas, lumbalgia y estado depresivo; añadiéndose además ansiedad, baja autoestima, apatía, sentimientos de fracaso, conductas de aislamiento, inadaptación social y adicciones.
Las víctimas de acoso necesitan principalmente reforzar su sentido de valía, explorarse y descubrir sus potencialidades, para aumentar la confianza en sí mismas y saber responder adecuadamente a la conducta cruel de los otros.
Por otro lado, se ha considerado que el síndrome de Burn-out –o síndrome de "estar quemado"– hace referencia a una alteración que conlleva cansancio o agotamiento emocional, despersonalización y deshumanización, tendiendo a hacerse presente en aquellas personas que trabajan con el público y en ocupaciones con difíciles condiciones laborales, como es el contacto directo con usuarios (pacientes o clientes) de manera continuada o de forma repetitiva; esto se traduce en resultados negativos tanto para la persona que tiene Burn-out como el público y la institución. Generalmente estás personas se sienten insatisfechas con su desempeño laboral, aunque tiende a producirse en profesiones más vocacionales que obligatorias, es decir, quienes han elegido su ocupación libremente y no de manera impuesta.
El cansancio emocional, característico del Burn-out, se refiere a la disminución y pérdida de recursos emocionales, junto con la sensación de que uno ya no tiene nada que ofrecer psicológicamente a los demás, así como el sentimiento de estar emocionalmente agotado y exhausto debido al trabajo que se realiza. La despersonalización consiste en el desarrollo de una actitud insensible hacia las personas con quienes se trabaja, es decir, una actitud negativa hacia los beneficiarios del propio trabajo. La insatisfacción o el sentimiento de falta de realización personal suele producirse porque estás personas tienden a devaluar su labor, reprochándose no haber alcanzado los objetivos propuestos, con vivencias de insuficiencia personal y baja autoestima. Es decir, sentimientos negativos sobre la realización personal, que supone infravaloración de uno mismo y del trabajo, lo que a su vez conlleva baja productividad e incapacidad para soportar la presión laboral.
Se ha observado que son susceptibles de Burn-out las personalidades emotivas, es decir, aquellos que tienen más desarrollada la sensibilidad para temas relacionados con el trato humano, también los llamados "activistas sociales" que ofrecen ayuda a los demás, y los que se califican como "visionarios" porque toman su labor más como una cruzada que como un desempeño para ganarse la vida; tienden a ser personas autoexigentes, con baja tolerancia al fracaso y perfeccionistas.
En todos estos casos, las terapias expresivas y creativas se han transformado en una herramienta fundamental para ayudar a explorar, identificar, reforzar y transformar los condicionantes negativos que padecen quienes sufren estas afecciones derivadas de lo laboral. Como en toda terapia, necesitamos saber situar el problema y querer salir de él.
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www.procreartevida.wordpress.com