Atit Dharma Das Jesús
A través de la sabiduría que muchas civilizaciones desarrollaron en la tierra acerca de la combinación de diferentes minerales, cuarzos y otros elementos presentes en la naturaleza, se crearon lo que se llama las varas de sanación o de poder. También en el mundo de la Energía Universal y luego el Reiki son conocidas como bisturí energético, aunque éste solo tenía dos cuarzos y el cuerpo de cobre.
Fue difícil en su día recopilar información sobre ellas y sus orígenes son aún muy confusos. Unos piensan que vienen de la Atlántida (algo que realmente no se podrá comprobar jamás), otros que sólo los reyes tenían unas a modo de cetros especialmente construidos para ellos por druidas o alquimistas de la corte, o que eran regalos de los dioses mayas…, etcétera.
Los únicos datos fiables son unas varas muy similares a las conocidas, con la punta de cuarzo, el cuerpo de madera de ébano con incrustaciones de gemas preciosas y la parte de arriba con alguna figura de oro representando algún dios egipcio, que se encontraron en sarcófagos.
Más tarde, ya en la civilización maya encontramos algunas de estas piezas elaboradas también con cuarzos, madera, plumas, arcilla y otros adornos. Más conocidas son las provenientes de Nepal y Asia, también con alguna resina, plata y cobre, siendo en todos los casos posibles herramientas o amuletos para aumentar el poder de las personas que las poseían.
Hoy en día es difícil encontrar a personas que hagan este tipo de varas desde el lugar de meditación, sabiduría e intención adecuadas, no obstante seguirán siendo piezas únicas.
¿Qué podemos aprender de cualquiera de estas piezas? Pues al igual que sucede con las demás gemas y piedras, depende de cómo las tratemos y utilicemos, así será el beneficio que obtengamos. Si aprendemos realmente a ponernos en contacto con la vibración que cada una de ellas tiene, sin dejarnos llevar por toda la información de lo que sabemos sobre los cuarzos, las gemas, las piedras preciosas, los metales y demás materiales que los forman, sólo entonces podremos usar esa combinación que tenemos entre las manos. Sacarles el mayor partido a la hora de la sanación, de la meditación, de la proyección, como también para todo aquello que queramos utilizarlas.
El funcionamiento de estas varas de sanación o poder es sencillo de entender, sabiendo que los cuarzos son grandes receptores y potenciadores de ondas empleados en innumerables elementos como relojes, instrumentos espaciales, etcétera. También con el conocimiento de lo que es la conductividad de los metales, plata, cobre; de cómo los vórtices atraen la energía en su punta, y sabiendo el poder que tenemos para concentrarnos en algo y que cuando lo hacemos nuestro cerebro emite unas ondas. Podemos imaginar cómo estas ondas que emitimos son captadas y potenciadas en la parte superior (bola de cuarzo u otra gema), cómo el cobre la plata u otro metal hace de conductor hasta la punta o vórtice (generalmente cuarzos, también otras gemas) por donde se focalizan o concentran esas ondas ya potenciadas, a modo de láser de luz o similar, lo que nos permite aumentar el poder de la intención y ayudarnos a desarrollar nuestro trabajo.
Esto, tan sencillo en apariencia, más que comprenderlo hay que experimentarlo por uno mismo. Si tienes en tus manos en estos momentos una de estas piezas o estás interesado en una de ellas y quieres sacarle el máximo beneficio, puedes empezar meditando con ella, llevándola contigo el máximo tiempo posible junto a ti, dejarla cerca de donde duermes, observarla detenidamente y apuntar cualquier cambio de tonalidad, pequeñas fisuras, o diferentes sensaciones al cogerla. Todo ello te ayudará a ponerte aún más en sintonía con la vibración particular de tu vara y así permitir que esas ondas emitidas por ambos se vayan armonizando y ayuden a tu particular proceso, cualquiera que éste sea.
Si además quieres saber otras muchas utilidades de cómo se utilizan a nivel energético estas varas de sanación o de poder, te invitamos a participar en el próximo taller que se impartirá en ALATEL el 17 y 18 de febrero.
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