Zara Casañ. Psicóloga
Las enfermedades oncológicas son uno de los principales problemas de salud más frecuentes que existen en la actualidad. Según la OMS, el cáncer es una de las tres enfermedades que coexisten en nuestra sociedad después de las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas con mayor prevalencia de mortalidad, siendo la segunda causa de muerte entre la población.
El cáncer afectará a uno de cada tres hombres y a una de cada cuatro mujeres a lo largo de la vida. En lo que a la Comunitat Valenciana se refiere, se diagnostican cada año unos 20.100 casos de cáncer (datos de la Agencia Valenciana de Salud).
El cáncer no es una enfermedad unitaria, sino que bajo la denominación de cáncer se agrupan aproximadamente unas 200 enfermedades diferentes. Cada uno de ellas posee características particulares, que en algunos casos son completamente diferentes al resto de los otros cánceres, pudiendo considerarse enfermedades independientes, con causas, evolución y tratamiento específico. (AECC).
El denominador común de la enfermedad: una división y un crecimiento descontrolado de las células que tienen la capacidad de dividirse dentro de los órganos donde se han originado y cuando el tumor se vuelve maligno, pueden viajar por el torrente sanguíneo y el líquido linfático a otros órganos y crecer, lo cual se denomina metástasis. Todos los tipos de cáncer son alteraciones biológicas y en el material genético de las células hacen que paulatinamente vayan perdiendo su función y se tornen malignas.
Estas alteraciones pueden ser provocadas por agentes externos que al interactuar con nosotros resultan perjudiciales, como las radiaciones, agentes infecciosos, productos químicos, etcétera. Pero también se pueden producir como a causa de errores durante la replicación del material genético que no son corregidos. No obstante existen factores de riesgo, que son cualquier elemento que hace aumentar las probabilidades en que una persona padezca la enfermedad, como el tabaco, el alcohol, el ejercicio físico o la dieta, que pueden ser controlables, o la edad, las hormonas y los aspectos hereditarios que son más difíciles y muchas veces imposibles de controlar.
Pronóstico y tratamiento
No es una enfermedad unitaria sino que varía muchísimo según el lugar donde se desarrolle el tumor, así como en el estadio en el que se diagnostique (y dónde esté localizado, por dónde esté extendido, si presenta metástasis...) y por supuesto dependiendo de la edad de la persona, su trayectoria de vida, hábitos, etcétera. Cuanto más pequeño y localizado esté el cáncer, más probabilidades de supervivencia existirán para la persona enferma.
En el actual siglo XXI, y gracias a los avances científico-médicos, más de la mitad de los cánceres se pueden llegar a curar.
En las últimas décadas y gracias a los avances científico-médicos y biotecnológicos, más de la mitad de las personas puede salvarse de esta enfermedad. Los tratamientos dependerán en todo caso del tipo de cáncer, su localización, la extensión de la enfermedad en el momento en que ha sido diagnosticada, y por supuesto de las características individuales del enfermo en un momento determinado.
Terapias como el reiki, meditación, yoga, biomagnetismo, terapia floral, entre otras, cada vez más en boga y con una mayor aceptación por parte de la población general, conviven con los tratamientos médicos (quimioterapia, radioterapia, terapia hormonal, etcétera). Incluso cuando un tratamiento no puede curar puede prolongar la vida y mejorar su calidad. Es lo que los profesionales de la oncología llaman "tratamientos paliativos" o tratamientos con intención paliativa porque, a veces, puede ser incluso curativo.
Objetivos de la psicooncología
• Llevar a cabo una atención integral que tenga en cuenta aspectos: físicos, emocionales, sociales y espirituales, que forzosamente llevarán a una atención tanto a nivel individual como familiar y social.
• El enfermo y la familia son la unidad a tratar: el soporte emocional y la comunicación con el enfermo, la familia y el equipo terapéutico deberá ser a través de una relación franca y honesta.
• Promover la autonomía y de la dignidad del enfermo con el sentido de conservar y restaurar todas las capacidades, tanto prácticas como afectivas y relacionales de los enfermos.
• Concepción terapéutica activa: incorporando una actitud rehabilitadora con miras a la recuperación total del enfermo.
• Importancia del ambiente: atmósfera de respeto, confort, soporte y comunicación influyen de manera decisiva en el control de síntomas. La realidad es que no hay un "manual de actitudes o de aptitudes" (por ejemplo), en que las personas después de ser diagnosticadas de cáncer han de llevar a cabo, ya que dependerá del estilo de personalidad, de las creencias, del estilo o calidad de vida del individuo, de la tipología de cáncer, de la edad, etcétera.
Pero sí es positivo desde el punto de vista de la psicooncología, -que constituye una disciplina entre la medicina y la psicología que se ocupa principalmente de las relaciones entre el comportamiento, los estados de salud y enfermedad, así como de la prevención, el tratamiento y el fomento de los hábitos saludables para la población en general-, que la persona sepa la realidad y la magnitud de su enfermedad, para poder sobre todo "ayudarse a sí misma" en este delicado período, sin que los profesionales sanitarios o el entorno más inmediato del paciente le den falsas esperanzas y, realizando por ejemplo actividades que le resulten placenteras, tener más conciencia de sus hábitos (alimentación, ejercicio físico moderado, etcétera).