por Carla Iglesias (Aqua Aura)
De la familia de los berilos, la esmeralda es considerada dentro de la trilogía de las gemas preciosas –junto con el rubí y el zafiro– la más apreciada. Con unas condiciones muy especiales gracias a su composición, la esmeralda ha sido motivo de gran preocupación de muchos orfebres y joyeros debido a su fragilidad y alto coste, exigiendo destreza a la hora del montaje.
Con un tono verde profundo, la esmeralda es una de las piedras asociadas al signo de Virgo. Muchas leyendas relacionan la fuerza de la esmeralda con el mundo del "infierno", concretamente por ser la gema que adornaba la corona de Lucifer.
Esa gema tiene el poder de conocer las energías del mal y proteger a su dueño.
En Sudamérica esta gema es considerada símbolo de la lluvia y por tanto muy asociada a la fertilidad y prosperidad. En la Edad Media, para superar momentos de profundo dolor, los médicos introducían una esmeralda en el interior de la boca de su paciente.
Considerada como una gema de superstición, la esmeralda era el foco de la esperanza y luz donde todo aparentemente todo se veía negro. También se la ha estimado como piedra que descorre velos en situaciones confusas.
Etimológicamente, la palabra esmeralda viene del idioma persa, "smaragdus", que significa esperanza.
En la India, cuando se detecta un problema con el planeta Mercurio en la carta astral, para neutralizar los efectos nocivos sobre la vida y el karma de la persona, ésta debe de llevar una esmeralda montada en oro en el dedo meñique.
Y en el terreno mitológico se dice que la esmeralda es una bendición del planeta Venus a la Tierra.
Gemoterapia
En terapia la esmeralda irradia fuerza y luz "siempre", sea cual sea condición. Su energía tiene el poder de destapar falsas situaciones, derrumbar los esquemas mentales y hacer aflorar la pura verdad. Siempre en la historia fue utilizada por distintas civilizaciones para desarrollar la videncia. Su poder, si se encuentra con una fuente de amor puro, se activa, conectándose con la verdad de la misión elegida por su poseedor, y como un verdadero talismán, empieza a obrar en favor del cumplimiento de su misión. El gran problema surge cuando su poseedor se aleja del "camino correcto" y la fuerza de la esmeralda derrumba obstáculos, destruye relaciones y desestabiliza situaciones aparentemente sólidas para conseguir su fin.
La esmeralda es la principal piedra unida al orden de la mente y la memoria. Para potenciarla es necesario limpiarla con la lluvia y luego cargarla en luna llena. La fuerza de este mineral se puede conseguir no sólo a través de una gema de máxima calidad.
En el mercado se encuentran piedras de color mate que también guardan su fuerza y mágica energía, aunque en menor intensidad.
Debido a la alta carga energética de este mineral, es fundamental limpiarlo continuamente. Si hablamos de piezas de joyería, por lo menos una vez a la semana hay que dejarlas en sal seca y si son piedras de terapia, debemos limpiarlas después de cada sanación.
En el cuerpo físico la esmeralda trabaja sobre la energía de la columna vertebral, llevando fuerza y "vida" por la médula y también reconectando todos los canales neuronales de nuestro cerebro.
Las propiedades de las esmeraldas son muchas, la única condición que nos pone su energía es que no sea mezclada con otros minerales. Solamente es aconsejable acompañarla con una piedra protectora (turmalina negra), cuarzos transparentes o resinas de ámbar.
Para cualquier terapeuta la esmeralda es una piedra de uso ineludible porque sirve como testeo de que realmente hay honestidad en relación al conocimiento y siempre vale para recordar el origen de la información sin filtros ni trampas mentales.
El trabajo con una esmeralda es siempre más efectivo cuando se empieza unos días antes de nuestro cumpleaños, para que las energías de la gema conecten con nuestra esencia y comiencen a "trabajar" desde el primer día.
La piedra de mayo: piedra luna.