Carla Iglesias. Aqua Aura
La piedra luna, también llamada adularia, es una de las piedras más místicas y enigmáticas que hay. De la familia de los feldespatos, este mineral cristaliza por capas, lo que ayuda a que sus mágicos brillos cobren vida cuanto más se utilicen. Ya sea como joya o como piedra de amuleto, al entrar en contacto con el agua, la grasa de la piel o simplemente con nuestra energía, se despierta y empieza a brillar con mayor intensidad.
Asociada al signo de Cáncer, proporciona una estabilidad general a los nacidos bajo este signo, sean hombres o mujeres. Su energía activa la intuición, despierta la energía femenina en los hombres y equilibra la energía de las mujeres.
La piedra luna puede ser, además del color blanco azulado tan buscado, de un tono anaranjado o gris, pero siempre recordando el brillo anacarado.
Toda mujer debería recibir una piedra luna al nacer. Las que han sido madres saben que las niñas a las pocas horas de vida muchas veces manchan con un poco de color rosado el pañal, teniendo así como una pequeña menstruación, el primero de muchos cambios hormonales que ocurrirán durante la vida.
La piedra luna armoniza la energía lunar con la energía femenina en general, sanando desarreglos hormonales o ayudando en casos de infertilidad. En la India, antes de utilizarla, la sumergen en leche, la envuelven en un trapo blanco y potencian con los efluvios de la luna llena.
Una forma fantástica de recibir los dones de esta piedra es beber agua donde el mineral permanezca al menos 24 horas, de la siguiente manera:
1° - Limpiar bien la piedra con sal seca durante toda una noche.
2° - Lavar la piedra y hacer una pequeña meditación con la piedra colocada en el sexto chacra, donde visualizamos las mujeres de luz de nuestro linaje espiritual. Les pedimos consejo y su bendición.
3° - Dar gracias a la madre naturaleza y colocar la piedra dentro de un recipiente con agua mineral.
El proceso es sencillo, empezando por elegir bien la piedra. Siempre es preferible una gema de pequeño tamaño pero de gran calidad porque nos aportará una energía de vibración más sutil. Se deja en el recipiente, evitando acabar por completo el agua porque cuanto más tiempo esté, más alta será su vibración. Si dejamos un poco de agua al final y añadimos agua nueva impregnaremos toda la fuerza de la anterior.
Esa agua puede utilizarse también para cosmética y para añadir algún olor y transformarla en agua energética de terapia. Por ejemplo, al final de una sesión de reiki, una meditación o un masaje, dejar caer una fina lluvia de agua con algunas gotas de azahar impregnadas de la piedra luna permitirá cerrar el aura, potenciará nuestra fuerza femenina, además de darnos una placentera sensación reconfortante de integración con nosotros mismos. Es importante que el aceite esencial sea natural y pidamos consejo a un experto a la hora de las proporciones.
Una vez al mes deberemos dejar que nuestra piedra luna descanse. La volveremos a limpiar y cargar el día de luna llena.
En algunas tradiciones se aconseja a las mujeres meditar mirando el reflejo de la luna en un bol de agua... y luego beber el agua. Una agradable meditación para unirse energéticamente con la gran diosa de la noche, llenándonos de su luz y fuerza.
La piedra luna blanca -también llamada labradorita blanca- tiene su parte de sombra que encontraremos en una mágica versión oscura de tonos verdes y azulados (la labradorita). Representa los miedos de la parte energética femenina. Esa piedra nos ayudará a superar miedos profundos que sean producidos por inseguridades y falta de autoestima.
Igualmente que en la naturaleza, la fuerza femenina viene del nacimiento de su comprensión. Si no entendemos de dónde viene nuestra verdadera fuerza nunca la llegaremos a notar en nuestro corazón.
La piedra luna es la aliada más grande de cualquier persona que quiera profundizar en la energía femenina. Descúbrela y disfrútala.
La piedra de julio: cornalina.
La piedra de agosto: citrino.