Aurelio Álvarez Cortez
"Tuve que enfrentar mucho dolor físico y ese fue mi punto de partida. Desde mi experiencia, además he llegado a reconocer otros distintos niveles de dolor, como el mental, el emocional, y llegué al más sutil. El dolor es el mecanismo de una ley natural y benevolente, a la que, cuando entendemos, en lugar de escapar, deberíamos tratar de comprender para saber qué es lo que nos quiere decir". Belinda Westcott, miembro de Brahma Kumaris en Sudáfrica, cuenta así el porqué del tema que vino a exponer durante una visita a Valencia.
En su conferencia titulada "¿El dolor es un amigo o un enemigo?" queda claro que esta sensación perceptiva siempre conlleva un mensaje o un significado que, finalmente, conduce a un cambio. "Muchas veces me he hecho esa pregunta: ¿puede suceder un cambio sin dolor? A la gente no le gusta mi respuesta, que es tienes que experimentar alguna forma de dolor para cambiar".
Las graves experiencias dolorosas por las que ha atravesado siempre la han empujado hacia su realidad interior "debido a mi creencia de que el dolor me estaba queriendo decir algo". La exploración de lo que estaba sucediendo, dice con sosiego, posibilitó que los cambios se dieran, "y si estos no hubieran acontecido a ese nivel tan profundo, otras cosas hubieran podido ocurrir".
Belinda reconoce que el dolor es diferente en cada persona. "En mi caso tuve que experimentarlo para despertar", afirma. Su primera experiencia de dolor físico fue en 2009. "Tuve una operación por cáncer. Después de la cirugía, cuando me quitaron los calmantes comencé a sentir un dolor muy intenso. Las enfermeras me dieron analgésicos, pero no hicieron efecto. Pedí más calmantes y me contestaron que no, debían esperar al médico. Tenía una gran cicatriz y mi cuerpo estaba completamente tenso, como si dijera resiste, resiste. Entonces recordé una frase: no hay que resistir al dolor, sino atravesarlo. Fui a mi interior, hacia lo profundo de esa experiencia... No sé cuánto tiempo pasó, pero finalmente vino el médico y me suministró otro calmante, el último que tomé". Así había despertado su curiosidad. ¿Qué es el dolor? Ahora sabe que "cuando lo abrazo, termina". Resultó ser también la comprobación de que "lo que resiste, persiste".
Esa ley natural y benevolente relacionada con el dolor "funciona en cualquier área de nuestra vida", según cree Belinda. "Cuando algo está fuera del equilibrio, todo se alía para que vuelva a su estado natural. Por ejemplo, hervimos agua y después de un tiempo se enfriará y la temperatura será como al principio. Si me corto el dedo hay mecanismos naturales en el cuerpo para recuperarlo. Acerco mi mano al fuego y si no hubiera dolor me haría mucho daño. El dolor avisa, es protector, y lo mismo se aplica en el nivel emocional".
En su organización, Brahma Kumaris, "nuestro punto de partida es que el alma es buena, pacífica, amorosa por naturaleza, pacífica. Por ello cuando me muevo de ese punto, pierdo la paz, el amor, y esa ley benevolente me da una señal para cambiar", asegura. De ahí que "aquel episodio de mi operación solo fue el principio de un profundo hallazgo de cuán desequilibrada era mi vida". Descubrió "cuánta represión había en mi alma, cuánta ira, resentimiento, enemistad, miedo... Antes, si me hubieran preguntado si había algo de eso hubiera dicho ¡no, yo medito! Eso fue quizá el peor dolor, y no se fue tan rápido como el dolor físico porque me estaba resistiendo a mí misma".
De una forma curiosa, advierte, la resistencia y la represión están muy unidas. Y en el fondo se acunan miedos insondables, como el de ser abandonado o no ser aceptado. "Todos ellos son parte de ese desequilibrio al que hemos llegado", añade.
Por otra parte, advierte que "cuando escuchamos al dolor no siempre es obvio lo que nos quiere decir, pero si intentamos escuchar, nos damos cuenta de que el dolor es un mensajero. Si no le prestamos atención, mañana lo dirá más fuerte".
Y ante el dolor que otros infligen, como los actos producidos en Europa por atentados terroristas, Belinda expresa que "tenemos siempre la elección de responder con más violencia y odio, o hacerlo con compasión y entendimiento". "El entendimiento tiene magia porque disuelve el conflicto –afirma–. Vengo de Sudáfrica, un país donde ha habido tanto dolor que no se ha sanado completamente, pero está comprobado que en cualquier lugar donde hay violencia nadie gana. Afortunadamente hemos tenido un gran líder (Nelson Mandela) que ayudó a todos a comprender que con esa actitud no habría vencedores. Cada día podemos tomar la elección adecuada. Necesitamos fe, valentía y amor. Incluso enfrentarse a la ira y al odio requiere valentía. Debemos ir más allá de nuestras reacciones automáticas".
Sobre el dolor causado por la falta de igualdad entre el hombre y la mujer, Belinda propone mirar el tema desde una perspectiva espiritual, aplicándola no solo a lo masculino y femenino, sino a todas las dualidades que hemos creado, basadas en el color de la piel, las religiones, las lenguas, etcétera. "Somos hermanos, pero no físicamente, por eso la gente confunde. Tenemos que ir detrás de esa máscara física y ver que en el nivel del alma hemos sido una familia y siempre lo seremos".