Emi Zanón. Escritora y comunicadora
En primer lugar, queridos lectores de TÚ MISMO, agradeceros vuestra fidelidad un año más, y a este medio por brindarnos la oportunidad de compartir vías o caminos para el equilibrio personal y armonía con el Todo. Y, en segundo lugar, mis deseos de Felicidad, Amor y Paz para todos en este nuevo periplo solar que junto a nuestra Madre Tierra comenzamos y en el que ojalá cada uno de nosotros centremos nuestra atención, nuestras energías, en la sostenibilidad: en la búsqueda del equilibrio de nuestra especie con el planeta que nos acoge y los recursos que nos ofrece, sin dañarlo, sin afectar las generaciones futuras.
Hoy, como cada mañana cuando me levanto, he abierto las ventanas de mi casa, he respirado profundamente y he empezado, con los pulmones llenos de vida y la mirada recién estrenada, mi rápido y sentido recorrido por la hermosa tierra que me ha visto nacer. Acompañada por las bellas palomas de mi querido vecino Eduardo, he volado desde la frondosa arboleda hacia el milenario castillo árabe y el viejo campanario de la iglesia y, de ahí, he ascendido a las montañas y a lo lejos contemplado el romántico parque con su lago. Es entonces que, con los tibios rayos del sol en la cara, mi mirada se ha vuelto estroboscópica, se ha ralentizado y he empezado a dar las gracias: gracias a las montañas, al río, a las casas, a las gentes madrugadoras, a los pajarillos que tiñen de vida el cielo y la tierra, y les he dicho: "¡Gracias, gracias por estar de nuevo ahí para mí cada mañana!".
Y, al igual que el poeta Jorge Guillén, con quien compartiría además del optimismo y entusiasmo por la vida, la intuición de la profunda unidad de todo lo existente, a través de la conexión con el espíritu desde las impresiones cotidianas, he sentido el amanecer, el gozo de la luz, el gozo de tomar contacto de nuevo con la realidad visible... ¡He sentido la comunión con el Todo!, y me ha invadido una energía de agradecimiento que me hace ser consciente de lo afortunados que somos por vivir en este hermoso planeta azul. ¡Le he bendecido y le he pedido disculpas por todo el daño que le hacemos consciente e inconscientemente! Le he dicho que lo amo, lo amo profundamente y le he dicho también, aunque él ya lo sabe, que cada vez somos más personas las que andamos despiertas, comprometidas y responsables del gran regalo que se nos ha dado: la Vida. Y cuando me ha surgido la pregunta de si seremos capaces de mantener por mucho tiempo tanta belleza en equilibrio, la respuesta es "sí". Sí, somos capaces de ello, tan sólo debemos adquirir una mayor conciencia personal y colectiva que contribuya a la sostenibilidad, al equilibrio.
Conciencia que ya es una realidad en todas las áreas del saber. Por citar sólo un ejemplo de cambio de conciencia hacia una economía sostenible: "Una empresa no se mide por lo que ha ganado sino por lo que ha aportado a la sociedad", fueron las palabras del catedrático Juan Antonio Tomás en la reciente Jornada sobre "La Economía del Bien Común: nuevos modelos de gestión empresarial", celebrada en la Universidad de Valencia. "Se tiene que ganar dinero, pero no a cualquier precio", afirmó Rafael Climent, consejero de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Empleo de la Generalidad Valenciana, en la misma reunión.
Estamos desmontado el viejo paradigma mecanicista. Estamos construyendo paso a paso el nuevo paradigma holístico, en el que tan importante es nuestro mundo material como nuestro mundo espiritual. La sostenibilidad ambiental, económica, política y sobre todo social, educando y adoptando valores que generen comportamientos de respeto hacia la naturaleza y todo lo que nos rodea, y responsabilidad de cada uno de nuestros actos, es nuestro compromiso para este nuevo año 2017, declarado por las Naciones Unidas como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo.
¡Gracias por tu compromiso y aportación a un mundo sostenible!
emizanonsimon.blogspot.com.es
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